La industria alemana considera inaceptables los planes fiscales de Bonn
Sindicatos y patronales han recrudecido sus cr¨ªticas contra la err¨¢tica pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno alem¨¢n. Mientras Klaus Zwickel, presidente de IG Metall, el mayor sindicato europeo, ped¨ªa ayer la dimisi¨®n del canciller Helmut Kohl por su incapacidad para crear empleo y renovar el estado social, la poderosa federaci¨®n de la industria (BDI), se rebelaba contra la "contrarreforma" fiscal que pretende imponer Bonn.
Los nuevos planes del Gobierno alem¨¢n para seguir tapando los agujeros que se descubren en el presupuesto parecen haber acabado con la paciencia de los empresarios germanos. Y es que, la famosa reforma fiscal que el canciller Helmut Kohl calific¨® como la m¨¢s importante de la historia de la Rep¨²blica Federal, se va a quedar en muy poco, si es que entra alg¨²n d¨ªa en vigor.Las modificaciones fiscales que ha consensuado la coalici¨®n cristianoliberal han sido calificadas de "inaceptables" por la federaci¨®n de la industria alemana. La reforma pretende, entre otras cosas, limitar la posibilidad que tienen las empresas de equilibrar las p¨¦rdidas de un ejercicio con el ejercicio siguiente o precedente, para pagar menos impuestos y suponen, adem¨¢s, ingresos suplementarios para el Estado.
Con estos cambios, el Ejecutivo de Kohl pretende recuperar entre 4.000 y 5.600 millones de marcos (338.000 y 475.000 millones de pesetas) para las arcas p¨²blicas y lograr tapar as¨ª el descubierto financiero que habr¨¢ en el presupuesto de 1998.
Consternaci¨®n
Esta especie de "contrarreforma" fiscal ha sido muy mal acogida por el empresariado. La BDI ha declarado en un comunicado que "acoge con consternaci¨®n que los grupos parlamentarios del CDU-CSU y el partido liberal, FDP, no hayan tenido en cuenta para nada en su decisi¨®n la opini¨®n de las empresas industriales"."El desmantelamiento de empresas y la destrucci¨®n de empleo va a continuar", advierte la BDI, que considera "particularmente grave" la intenci¨®n del Gobierno de limitar la compensaci¨®n de p¨¦rdidas. Esta medida "perjudicar¨¢ el empleo, impedir¨¢ el saneamiento de las empresas y disuadir¨¢ las inversiones extranjeras en Alemania", asegura la BDI.
De "chiste trasnochado" ha calificado el presidente de Porsche, Wendelin Wiedeking, los cambios fiscales que planea el Ejecutivo, en un reportaje que publica la revista Der Spiegel el pr¨®ximo lunes.
Hans Peter Stiehl, presidente de la federaci¨®n de c¨¢maras de comercio y de industria, lanz¨® un claro mensaje de advertencia al al Gobierno de Helmut Kohl: "tendremos bronca si las cosas en Bonn siguen de tal manera que en lugar de descargar a las empresas se les grava cada vez m¨¢s".
Tampoco los sindicatos parecen contentos con los derroteros que toma la pol¨ªtica econ¨®mico social de Alemania. "Ya es hora de que el Gobierno se vaya", porque no es capaz de luchar contra el paro ni de renovar el estado social, declar¨® ayer en Hannover Klaus Zwickel.
El presidente del sindicato metal¨²rgico, con m¨¢s de tres millones de afiliados, se mostr¨® convencido de que en las elecciones legistativas previstas para el oto?o de 1998 habr¨¢ una nueva mayor¨ªa en Alemania, "tal y como ha ocurrido en el Reino Unido y Francia en las ¨²ltimas semanas"
Zwickel reproch¨® al canciller alem¨¢n la pol¨ªtica "neoconservadora" que est¨¢ llevando a cabo y su incapacidad para enfrentarse al principal problema de la econom¨ªa alemana que es el paro masivo.
El responsable del sindicato metal¨²rgico, quien lanz¨® la idea del fracasado pacto por el empleo en 1996, se ha manifestado ahora contrario a repetir el intento.
"Es imposible llegar a un acuerdo con el canciller Kohl", dijo para a?adir que este tipo de tentativas s¨®lo se pueden hacer una vez. Sus declaraciones fueron contestadas por otros sindicatos como el de transportes y el de qu¨ªmica, cuyos l¨ªderes declararon la necesidad de alcanzar un pacto por el empleo "con decisiones vinculantes".
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