'Gracia y Justicia'
Gracia y Justicia fue una revista sat¨ªrica de la ultraderecha en los a?os de la II Rep¨²blica. Soez, clerical, integrista, no reparaba en los ataques personales.- Todos los prohombres de la Rep¨²blica -pol¨ªticos, pero tambi¨¦n intelectuales fueron convenientemente triturados en las p¨¢ginas de la desdichada revista, que limpi¨® y ajust¨® pistolas y fusiles para la guerra civil. El tal peri¨®dico (donde, por ejemplo, se le llamaba a Lorca -sin errata- Federico Garc¨ªa Loca) deber¨ªa ser ya cosa definitiva del ayer; pero, a juzgar por ciertas manifestaciones, le han salido muy brillantes herederos, obstinadamente empe?ados en revigorizar su estricto esp¨ªritu purificador, siempre al servicio de los bienpensantes.As¨ª, por ejemplo, la portada de un diario conservador ilustraba la semana pasada la salida de Alfonso Guerra de la ejecutiva del Partido Socialista en el 34? Congreso mediante una contundente patada que Gonz¨¢lez arreaba en el trasero al ya ex vicesecretario del PSOE (a lo que segu¨ªa un trivial pie de texto). Una ponderada y elegante met¨¢fora de un no menos ponderado y elegante acad¨¦mico, cuyas aportaciones a la mejora del idioma son de todos conocidas, que analizaba, con imaginaci¨®n tan fresca como exquisita, un nada irrelevante episodio del principal partido de la oposici¨®n. Episodio sin duda m¨¢s complejo de lo que daba a entender la contundente patada o coz de cu?o acad¨¦mico (y, el trivial texto), seg¨²n se vio enseguida. Tampoco los dibujantes de Gracia y Justicia eran suaves, llegado el caso.
Claro que, cuando se vio que el episodio era m¨¢s complicado de lo que la sut¨ªl met¨¢fora gr¨¢fica expresaba, acudieron los editorialistas y articulistas del dogma del orden tridentino a proclamar la aviesa, retorcida psicolog¨ªa de Gonz¨¢lez, su condici¨®n taimada, su naturaleza de embustero o jugador fullero, cicatero, etc¨¦tera. "?Qu¨¦ se puede esperar de tal elemento?" (sic), voce¨® un converso columnista, mientras otro recordaba el son caribe?o de Se va el caim¨¢n, aquel estribillo que en los a?os cincuenta se canturreaba como cr¨ªtica velada al general¨ªsimo de los ej¨¦rcitos de tierra, mar y aire. Es decir, Felipe y Franco son lo mismo. Con lo bien que viv¨ªan con Franco y lo mal que van a vivir sin Felipe, fuente de tanta subterr¨¢nea inspiraci¨®n. Aunque esto ¨²ltimo no lo creo: Gonz¨¢lez es para ellos como el fantasma del padre de Hamlet.
El odio acerbo al ya ex secretario general del PSOE y a cuanto representa, pese a lo vendido que est¨¢ al capitalismo salvaje -Anguita dixit-, ha resucitado desde hace a?os el estilo de Gracia y Justicia y resucitar¨¢ lo que haya que resucitar. Todo sea en nombre de la libertad de expresi¨®n. Las floridas plumas period¨ªsticas del falangismo llegaron incluso, a?os ha, a narrar la noche de bodas de un alto cargo de la Administraci¨®n socialista. Qued¨® muy gracioso, muy ocurrente, muy divertido, muy en ese estilo Gracia y Justicia, que hace las delicias de miles de lectores a quienes las formas guerracivilistas proporcionan, seg¨²n parece, un inefable placer.
Y cuando esa prosa, esas prosas se convierten en versitos rimados, entonces lectores hay que levitan ext¨¢ticos, literalmente arrobados ante tama?a exhibici¨®n de genialidad. Prosa, prosas graciosas, tan graciosas, y encima en verso. Como dice Jos¨¦ Saramago en sus Cuadernos de Lanzarote, un imb¨¦cil lo es incluso cuando escribe. Aunque se escriben cosas muy peligrosas, como calificar una noche del 34? congreso del principal partido de la oposici¨®n de "noche de navajas", que no queda muy lejos mentalmente de la noche de los cuchillos largos y por ah¨ª. Esas u otras cosas que est¨¢n en la reciente memoria de todos. Por eso dijo Manuel Aza?a aquella frase ciertamente terrible de "No hay libertad para los enemigos de la libertad". Algunos liberales de sal¨®n se han rasgado las vestiduras ante la frase. Pero el hecho es que, en el caso de Aza?a y en su circunstancia, los hechos acabaron d¨¢ndole la raz¨®n. Toda la raz¨®n.
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