Las palabras y los hechos de Sheinbaum
La presidenta ha reiterado que se guiar¨¢ por el credo de ¡°cooperaci¨®n s¨ª, subordinaci¨®n no¡±. Falta ahora que informe cu¨¢nto m¨¢s cedi¨® ante Estados Unidos en su llamada con Trump
M¨¦xico presume el desplazamiento de 10.000 efectivos de la Guardia Nacional para cumplir la exigencia de Estados Unidos, casi al mismo tiempo que la presidenta proclama palabras de fervor patri¨®tico en contra del sometimiento nacional a las pretensiones de Washington.
72 horas despu¨¦s de que la presidenta Claudia Sheinbaum lograra un apaciguamiento de un mes ¡ª30 d¨ªas¡ª de las pretensiones arancelarias de su hom¨®logo estadounidense, Donald Trump, la titular del Ejecutivo ha saboreado en Quer¨¦taro la entrega de su movimiento.
Al conmemorar el 108 aniversario de la Constituci¨®n de 1917 en el emblem¨¢tico Teatro de la Rep¨²blica, Sheinbaum ha recogido oleadas de aplausos y v¨ªtores de un auditorio de incondicionales, m¨¢xime porque la presidenta misma margin¨® de ese acto a la titular del Poder Judicial.
La ceremonia ha sido una reivindicaci¨®n del sectarismo morenista de cabo a rabo. Morena no concede m¨¦rito alguno a lo ocurrido entre alg¨²n punto del priismo cl¨¢sico (acaso desde la d¨¦cada de los setenta) y el 2018, a?o que declaran como de renacimiento democr¨¢tico.
No tendr¨¢n ni la honestidad intelectual de reconocer, justo ahora que Trump pretende demoler el TMEC, que este es producto con el que PRI de los noventa abri¨® la econom¨ªa mexicana al mundo, esa econom¨ªa que hoy Sheinbaum y su equipo defienden a capa y espada.
Lo de espada es literal. O casi. Sheinbaum ha aceptado desplazar a 10.000 efectivos de la Guardia Nacional, con sus fusiles, a la frontera norte, para tratar de apaciguar al personaje que se instal¨® en la Casa Blanca el 20 de enero con enorme apoyo popular.
M¨¦xico dio de nuevo la espalda a los migrantes, e inici¨® el despliegue del segundo piso del muro humano que desde 2019, en la primera presidencia de Trump, se comenz¨® a instalar en ambas fronteras para impedir que personas sin documentos intentaran llegar a Estados Unidos.
Los discursos sobre soberan¨ªa nacional retumbaron en el Teatro de la Rep¨²blica, pero esa emotiva estampa en Quer¨¦taro poco tiene que ver con la celeridad con que este martes el propio Gobierno claudista report¨® que los soldados mexicanos llegaban a la frontera.
Las palabras de Sheinbaum en defensa de la autodeterminaci¨®n en la ceremonia del 5 de febrero suenan fuerte; los hechos de su gobierno son igualmente sonoros: la frontera norte cuenta ya con 10.000 hombres armados m¨¢s al servicio de las prioridades de Donald Trump.
El comp¨¢s de espera de los 30 d¨ªas de tregua trumpista, tan aplaudido como tranquilizador, es la espada de Damocles que pende sobre una naci¨®n que parece preferir el solaz de reivindicar su esp¨ªritu nacionalista e incluso antiyanqui a la realidad: ganamos tiempo, cedimos control migratorio y seguridad, y a saber qu¨¦ m¨¢s.
No somos colonia ni protectorado de nadie, ha dicho la presidenta en la parte m¨¢s emotiva de su intervenci¨®n. Sin duda una proclama justa que, sin embargo, corre el riesgo de toparse con la pared de la realidad de la lucha antinarco, que ahora ser¨¢ certificada por Estados Unidos.
La presidenta denuncia las nuevas amenazas de esp¨ªritu intervencionista, reclama el derecho que M¨¦xico se ha ganado a ser un pa¨ªs libre, soberano e independiente. Su discurso es coronado por gritos de ¡°presidenta, presidenta¡±: el homenaje m¨¢s claro en su sexenio.
El festejo de la Constituci¨®n, convertido en b¨¢lsamo para atenuar las presiones padecidas por la gobernante semanas atr¨¢s, y como mensaje de ¨¢nimo ante de lo ¨²nico seguro: la voracidad injerencista se manifestar¨¢ en contra de M¨¦xico m¨¢s temprano que tarde.
La presidenta ha reiterado que se guiar¨¢ por el credo de ¡°cooperaci¨®n s¨ª, subordinaci¨®n no¡±, que nada de aceptar intervencionismo o sometimiento, que defender¨¢ nuestras libertades. Falta ahora que informe cu¨¢nto m¨¢s cedi¨® ante Estados Unidos en su llamada del lunes.
¡°Estamos unidos¡±, ha dicho la presidenta en un momento del discurso en Quer¨¦taro. Ella cree eso al mismo tiempo que por su designio fue anulada la representaci¨®n de la ceremonia constitucional del Poder Judicial. La rep¨²blica, le guste o no a ella, no estuvo completa.
Son las palabras y los hechos de la presidenta en este mi¨¦rcoles. Por sus dichos y por sus obras ser¨¢ recordada. Y por la congruencia entre ambos lenguajes, el de los discursos y el de su conducta.
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