Desaparece para siempre el n¨²mero 6

El Milan envi¨® hace d¨ªas una carta certificada a la Liga y a la Federaci¨®n Italiana de F¨²tbol en la que solicitaba que no se volviera a asignar a nadie del club la camiseta con el n¨²mero 6. El equipo milanista quiere convertir de esta forma a Franco Baresi en un mito, como ocurre desde hace tiempo en Estados Unidos con los deportistas m¨¢s grandes.En el f¨²tbol no hab¨ªa sucedido nunca, porque por tradici¨®n los n¨²meros de la camiseta se asignan seg¨²n el puesto, no por el nombre. Tambi¨¦n es verdad que desde que los jugadores tienen la facultad de elegir si quieren, llevar el 25 antes que el 14, el mecanismo de identificaci¨®n nombre-n¨²mero se ha vuelto m¨¢s estrecho, una especie de pacto personal para consigo y con el propio talento, traducido en n¨²mero.

Pero el capit¨¢n se ha adelantado a la nueva ola, le ha atribuido un significado m¨¢gico, como la firma de un cuadro. Con ¨¦l, el 6 no ha sido un simple aprobado: ha resultado tan grande y prestigioso como un 10. M¨¦rito de una mezcla realmente inusual entre calidad y devoci¨®n, profesionalidad e intuici¨®n.

Sacchi, que le quer¨ªa mucho, dec¨ªa: "Franco, aunque parezca absurdo, es un atleta perezoso. Ha comprendido que desarrollando la elasticidad, el primero de todos los mecanismos defensivos de la zona presionante, se cansar¨ªa menos y alargar¨ªa su carrera". A condici¨®n, obviamente, de poder emplearlos adecuadamente en reflejos, lucidez, carisma, cabezoner¨ªa: dotes que le han permitido romperse un menisco al principio del Mundial 94 y jugar (estupendamente) la final, pero tambi¨¦n convencer a los ¨¢rbitros de que su brazo alzado val¨ªa m¨¢s que la banderita del juez de l¨ªnea.

Sus robos de bal¨®n, sus fallos sus silencios, han marcado de forma irremediable la historia de los ¨²ltimos 10 a?os del f¨²tbol italiano. Quitar el 6 del abanico de n¨²meros milanistas equivale a decir: Baresi es insustituible. Qui¨¦n sabe cu¨¢nto tiempo har¨¢ falta para anunciar felices: nos hab¨ªamos equivocado.