Cuba y Espa?a inician el camino de la normalizaci¨®n de sus relaciones
La tormenta pol¨ªtica que enturbia las relaciones hispano-cubanas desde que el Partido Popular lleg¨® al poder ha comenzado a amainar. Siete meses despu¨¦s de la crisis que desemboc¨® en la retirada, del pl¨¢cet a Jos¨¦ Coderch como nuevo embajador de Espa?a, ambos Gobiernos han ido dejando de lado los insultos y los enfrentamientos p¨²blicos y desde hace alg¨²n tiempo han retomado el di¨¢logo entre sus ministros de Asuntos Exteriores. Seg¨²n el canciller cubano, Roberto Robaina, ahora hay "un mayor nivel de intercambio", pese a que persisten las diferencias.
"Vivirnos un momento distinto. No estamos en un momento de tensi¨®n o de agudizaci¨®n de determinadas posiciones", opin¨® Robaina, durante una entrevista concedida el viernes a EL PA?S. Seg¨²n el canciller cubano, entre ambos pa¨ªses hay una "tendencia hacia una convivencia civilizada" y el di¨¢logo es hoy "mayor y m¨¢s frecuente" que antes de la crisis.Robaina no ocult¨® que desde hace varios meses, despu¨¦s de que el ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, sufriese un infarto, ambos hablan por tel¨¦fono con frecuencia y dijo que ahora "hay un mayor nivel de di¨¢logo e intercambio".
A esta mayor comunicaci¨®n, s¨ªntoma evidente de distensi¨®n, se suman otros "gestos" que reflejan la voluntad de ambas partes de aparcar la crispaci¨®n y favorecer un clima de serenidad, imprescindible para normalizar las relaciones. Quiz¨¢s el reflejo m¨¢s evidente de este deseo es la pr¨¢ctica desaparici¨®n de las grescas p¨²blicas y las cascadas de descalificaciones en la prensa. En los ¨²ltimos meses, el Gobierno espa?ol ha moderado visiblemente el tono agresivo de sus cr¨ªticas a Cuba, que hasta el a?o pasado eran continuas.
Los matices y la moderaci¨®n del discurso pol¨ªtico espa?ol hacia Cuba no han pasado desapercibidos para las autoridades de la isla. "En mi opini¨®n, la Canciller¨ªa espa?ola est¨¢ actuando con mayor serenidad, inteligencia y con m¨¢s diplomacia", dijo Robaina, para quien, "salvo por la no) presencia f¨ªsica de un embajador espa?ol en La Habana", podr¨ªa decirse que en la actualidad las relaciones diplom¨¢ticas entre ambos pa¨ªses se desarrollan con normalidad.
Tampoco Espa?a ha dejado de interpretar las ¨²ltimas se?ales de distensi¨®n enviadas por Cuba durante la visita, la semana pasada, del presidente del Gobierno vasco, Jos¨¦ Antonio Ardanza. La primera fue la invitaci¨®n al encargado de negocios de la embajada espa?ola, Javier Sandomingo, a una cena que ofreci¨® Fidel Castro al lehendakari. La segunda, el alto. nivel de los dirigentes cubanos que asistieron a la recepci¨®n , entre ellos, Carlos Lage y el propio Robaina. Para ¨¦l ¨²ltimo, estos dos hechos no suponen ning¨²n "gesto" especial: "La voluntad cubana nunca ha variado.". Se?al¨® que durante la pasada crisis "Cuba no provoc¨® nada", sino que se limit¨® a responder a las "ofensas" que sufri¨® del Gobierno del PP.
Robaina reconoci¨® que el nombramiento de un nuevo embajador ser¨ªa el "paso l¨®gico" que vendr¨ªa a continuaci¨®n para alcanzar ese objetivo, pero aclar¨®: Nosotros no lo estamos pidiendo. Eso es una decisi¨®n del Gobierno espa?ol, ya que es a Espa?a a quien interesa.". Asegur¨® que no ha abordado el tema de la posible fecha del nombramiento en sus conversaciones con Matutes, pero reiter¨® que "Espa?a tiene todas las facilidades para dar ese paso cuando considere".
El ministro de Relaciones Exteriores manifest¨® que tampoco se ha hecho ninguna gesti¨®n oficial hasta el momento en relaci¨®n a un posible viaje del rey Juan Carlos a la isla en 1998, una visita que ser¨ªa " muy provechosa para ambos pa¨ªses". "Simplemente hay una invitaci¨®n hecha y un viaje por reafizar Robaina consider¨® que la visita de Su Majestad ser¨ªa sin duda muy provechosa para ambos pa¨ªses", y reiter¨® que la invitaci¨®n ha sido ratificada en varias ocasiones.
A pesar de la suavizaci¨®n de las tensiones bilaterales, el ministro cubano no ocult¨® su malestar por la actitud de Espa?a en la UE. "Querer llevar a la Uni¨®n Europea hacia una posici¨®n com¨²n que se basa en condicionamientos que no existen para otros pa¨ªses del mundo con caracter¨ªsticas similares al nuestro, es una actitud discriminatoria y selectiva que Espa?a no deber¨ªa permitir". Robaina indic¨® que para que dos pa¨ªses puedan tener unas relaciones plenas, es imprescindible que ¨¦stas se basen en el respeto, sin presiones ni condicionamientos. Y, desde luego, dijo Robaina, eso vale tambi¨¦n para el Gobierno de Aznar.
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