Morder como deporte
CUANDO UN ser humano muerde a otro es que la humanidad retrocede al territorio de la animalidad. Eso es exactamente lo que ocurri¨® en la madrugada del pasado domingo, cuando dos boxeadores se enfrentaron en un ring de Las Vegas. Poco importa el resto.Lo sucedido, la simbolog¨ªa de una violencia cruda, corrobora la l¨ªnea editorial de este peri¨®dico, que no publica informaciones sobre la competici¨®n box¨ªstica, "salvo las que den cuenta de accidentes sufridos por los p¨²giles o reflejen el s¨®rdido mundo de esta actividad", seg¨²n dice el Libro de estilo. La tradici¨®n de EL PA?S es contraria al fomento del boxeo: no hay mayor sordidez que la vuelta n¨ªtida, sin disfraces, al hombre de Cromagnon, como lo refleja morder una oreja y escupir el trozo en se?al de ferocidad. El combate revel¨® un aspecto nuevo en el sadismo de un espect¨¢culo que algunos denominan deporte.
Combatimos la brutalidad descarnada. A menudo el cuadril¨¢tero de un ring nos recuerda lo peor de la vida misma. En lo que podamos, deseamos evitarlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.