Primer gran ¨¦xito el jefe de Intxaurrondo
La operaci¨®n de rescate de Jos¨¦ Antonio Ortega Lara ha sido el primer gran ¨¦xito del teniente coronel Ignacio Laguna desde que sucedi¨® en la comandancia de Intxaurrondo, en el verano de 1995, al hoy general Enrique Rodr¨ªguez Galindo. Frente a la inicial desconfianza de algunos, Laguna se ha hecho acreedor a la confianza que depositaron en ¨¦l la entonces viceministra de Interior Margarita Robles y el que era gobernador de Guip¨²zcoa, Juan Mar¨ªa J¨¢uregui.Laguna, casado con una m¨¦dica, padre de tres hijos y natural de Mieres (Asturias), lleg¨® la Intxaurrondo procedente de la comandancia de Huesca. T¨ªmido, introvertido, extremadamente met¨®dico hasta el punto de anotar cada llamada que recibe, pidi¨® tiempo para cambiar la negra imagen que pesaba como una losa sobre el acuartelamiento donostiarra.
La larga sombra de Galindo y su falta de carisma eran un problema, sobre todo cuando los hijos de los dem¨¢s oficiales les preguntaban a los de Laguna: "Y tu pap¨¢, cuando sea mayor, ?ser¨¢ como Galindo?". Pero el teniente coronel llegado de Arag¨®n ten¨ªa su estilo. Empez¨® por retirar del despacho heredado los trofeos de guerra -obuses y granadas cogidos a ETA-, y en la fiesta del Pilar, patrona de la Guardia Civil, mont¨® una "paella para todos", sin separaci¨®n entre jefes ni agentes.
Tozudo y trabajador "como una hormiguita", quien le conoce dice que "ha logrado hacerse con el control de Intxaurrondo". Atr¨¢s parece haber dejado el trauma que le supuso, reci¨¦n llegado al cuartel, ver a su hijo menor pisoteando a un mu?eco: "?Muere, sucio etarra!".
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