La derrota del PRI liquida el sistema de partido ¨²nico en M¨¦xico

M¨¦xico celebr¨® ayer el triunfo de la democracia, todav¨ªa bajo la sorpresa de las elecciones del domingo. El Partido Revolucionario Insticucional (PRI), que durante 68 a?os ha gobernado con un autoritarismo cada vez m¨¢s desgastado, perdi¨® la hegemon¨ªa heredada de la revoluci¨®n de 1910. El PRI sigue siendo el partido m¨¢s votado, pero cede el control de la C¨¢mara de Diputados y de la capital, que pasa a manos del centroizquierdista Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas. Los mexicanos consideran que ha comenzado la transici¨®n democr¨¢tica.

El PRI ha obtenido el peor resultado electoral de su historia: logr¨® un 38,2% de los votos, cuatro puntos por debajo del m¨ªnimo necesario para mantener la mayor¨ªa que ha permitido a los sucesivos mandatarios pri¨ªstas gobernar como "presidentes imperiales". En la capital fue peor. C¨¢rdenas, l¨ªder moral de la izquierda y candidato del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), se alz¨® con un triunfo rotundo, el 48% de los votos, dejando al aspirante del PRI a m¨¢s de 20 puntos de distancia. El PRD cree que a partir de ahora M¨¦xico es "una rep¨²blica representativa y democr¨¢tica". A pesar de la derrota de su partido, la figura de Ernesto Zedillo, el joven presidente que en su toma de posesi¨®n prometi¨® elecciones limpias, se ha agigantado. Con mano firme, muchas veces en contra de los sectores duros del PRI, el presidente ha cumplido su palabra: una reforma electoral que entierre el fraude, permita celebrar comicios equitativos y finalmente haga posible el triunfo de la oposici¨®n. "En este 6 de julio", dijo Zedillo en un mensaje a la naci¨®n, "M¨¦xico ha dado el paso irreversible, definitivo e hist¨®rico hacia la normalidad democr¨¢tica". El domingo por la noche, por primera vez de forma espont¨¢nea, miles de personas festejaron el nuevo pluralismo salido de las urnas.