Sustancial

Las fotos de la Pathfinder deber¨ªan ense?arnos un par de secretos sobre la existencia. Emociona esa remota e inhumana vastedad, lamida desde hace eones por un viento rojizo. Por a?adidura, ese paisaje abrumador no es m¨¢s que un mero aperitivo de lo enorme: apenas una superficie de unos cientos de metros, en un planeta peque?o, dentro de un sistema solar de rango muy menor, en las afueras de una galaxia de lo m¨¢s corriente. No somos nada, menos que nada, una m¨ªnima mota de polvo c¨®smico. Las fotos de Marte deber¨ªan elevarnos sobre nuestras miserias y hacernos reflexionar sobre qu¨¦ es lo sustancial del vivir y qu¨¦ lo accesorio.Pero no, no sucede as¨ª: por el contrario, la mezquindad arrecia. Por ejemplo: hay unos se?ores empe?ados en matar y torturar lentamente a sus cong¨¦neres s¨®lo por sus ideas sobre un pedacito de tierra, dentro de un planeta insignificante, dentro de un sistema solar mediocre, dentro de una galaxia menor del universo. Y hay otros, en fin, que sin duda no contemplan el cielo: no levantan la vista de sus ambiciones y eso les impide tener una apreciaci¨®n cabal de la realidad. Como Arzalluz o Egibar, capaces de poner sus intereses partidista por encima de la m¨¢s simple y fundamental humanidad.

Y as¨ª, Arzalluz se escuda en la vieja mentira del odio a lo vasco para disfrazar despiadados berrinches de pol¨ªtico, y Egibar llega hasta tal extremo de ruindad que se podr¨ªa pensar que este hombre no se limita a su labor de portavoz del PNV, sino que desempe?a "alguna funci¨®n a?adida". Y todo esto sucede, se me ocurre, porque ninguno de ellos se ha parado a mirar los ojos de Ortega Lara: porque all¨ª, en el fondo del sufrimiento de cualquier ser humano, se atisba la vida sustancial, la materia misma de las estrellas, la enormidad del universo.