Sin futuro
Una de las consecuencias m¨¢s esperanzadoras para la convivencia democr¨¢tica -adem¨¢s de la p¨¦rdida del miedo- es que ayer ETA qued¨® de nuevo en evidencia ante el pueblo al que ret¨®ricamente dice defender. Hay un antes- y un despu¨¦s de ayer. Resulta estremecedor el paralelismo que es posible establecer entre aquel triste d¨ªa de 1975 en el que el dictador Francisco Franco fusil¨® a cinco personas -dos de ellas, militantes de ETA-, desoyendo una movilizaci¨®n social notable en una dictadura y tambi¨¦n las apelaciones a la cordura de jefes de Estado y el propio pont¨ªfice Pablo VI, y la p¨¦trea determinaci¨®n etarra frente al clamor de cientos de miles de ciudadanos- que apostaban por la libertad y la vida del concejal Blanco. El mismo odio a la raz¨®n y al di¨¢logo, el desprecio por la democracia y, sobre todo, la incapacidad para entender el sentir democr¨¢tico late tras las actitudes de Franco entonces y de ETA ahora. Los etarras son peores que Franco.ETA ha presentado su faz m¨¢s primaria ante la sociedad que dice defender. El procedimiento seguido con el secuestro, el chantaje y la ejecuci¨®n, es la mejor demostraci¨®n de los m¨¦todos gansteriles, ayunos de cualquier racionalidad pol¨ªtica. Es simplemente una banda que defiende el poder del crimen en su territorio. "ETA se ha re¨ªdo de todos nosotros, de la sociedad vasca", reconoc¨ªa dolorido ayer el lehendakari Ardanza. La desnuda brutalidad de los prop¨®sitos terroristas qued¨® tan de manifiesto que incluso los simpatizantes de HB tendr¨¢n que sacar sus propias conclusiones. El silencio de HB son¨® tanto como los gritos de los dem¨®cratas.
Tal como ped¨ªa el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, el d¨ªa de ayer "no ser¨¢ un d¨ªa cualquiera". La sociedad vasca se ha movilizado masivamente contra el chantaje y el terror, como demuestran las manifestaciones de Bilbao y en otros puntos del Pa¨ªs Vasco, la airada y emotiva reacci¨®n de los vecinos de Ermua ante las primeras y confusas noticias sobre la suerte del concejal. La sociedad vasca -y la del resto del pa¨ªs- est¨¢ harta de la tortura, el crimen y el chantaje en nombre de creencias pol¨ªticas que ni siquiera los propios verdugos conocen con precisi¨®n. El horror vivido durante el d¨ªa de ayer, en el que se pudo seguir paso a paso, minuto a minuto, la evoluci¨®n de un crimen atroz, tiene al menos una esperanza y una promesa: a partir de la vil y fallida ejecuci¨®n, en primera instancia, de Miguel ?ngel Blanco hay que contar ya con un arma poderosa en la tarea de combatir el terrorismo: la colaboraci¨®n activa y la solidaridad abierta de los ciudadanos. As¨ª puede haberse escenificado el suicidio de ETA.
En esa tarea no ser¨¢ menor la actitud cotidiana de los vasco!. ETA no es nada -s¨®lo una secta- sin Herri Batasuna. Existe porque existe HB. Sin adelantar expectativas optimistas, habr¨¢ que comprobar cu¨¢l es el efecto de la ejecuci¨®n de Miguel ?ngel Blanco sobre las conciencias de los votantes de la coalici¨®n abertzale y, por tanto, sobre el soporte pol¨ªtico del terrorismo. La tarea social que queda por hacer, no obstante, es enorme. Se deben acabar las complicidades, los v¨ªnculos de vecindad. No s¨¦ puede hacer la vida c¨®moda a quienes act¨²an como soporte de los asesinos: aislarlos como apestados, vaciarlos como individuos, apartarlos de la sociedad civil de la que se benefician los liberticidas, mirar hacia otro lado cuando pasan, dejarlos solos. ?Alguien podr¨ªa entender que los representantes de HB continuasen formando parte de la Comisi¨®n de Derechos Humanos del Parlamento vasco, al lado de los partidos democr¨¢ticos?
No se puede ser tolerante con los intolerantes ni hacer impunemente apolog¨ªa del terrorismo. Son verdugos, no v¨ªctimas, como los defini¨® ayer Ardanza. Ejerciendo los derechos de ciudadan¨ªa, la debilidad de las democracias frente al totalitarismo devendr¨¢ en fortaleza. La exclusi¨®n de los que desprecian a la mayor¨ªa y se r¨ªen de nuestro dolor, y la aplicaci¨®n, rigurosa de la ley, como hemos defendido siempre. Sin salirse nunca de la ley, pero sin renunciar nunca a ella. ?se es el ¨²nico camino.
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