Los toros del telele
Al sobrero le dio el telele y al toro que sustituy¨® le hab¨ªa dado tambi¨¦n. Ambos abrieron plaza. Iba en turno Enrique Ponce y al toro que vali¨® (pero que no val¨ªa un duro) hubo de despacharlo sin dar ni un pase. Lo hizo endilg¨¢ndole un bajonazo escandaloso. Esa especie de agresi¨®n tabernaria se la perpetr¨® asimismo al cuarto. No fue Ponce el peor matarife de la tarde, sin embargo. Le super¨® Rivera Ord¨®?ez, que de una cuchillada en los blandos bajeros dej¨® al pobre sexto toro convertido en bicarbonato.Y los llaman figuras; vivir para ver.
A estas dos figuras y a la tercera en discordia, que era Vicente Barrera, las sacaron para su goce y lucimiento el toro del telele. ?ltimamente salen muchos toros con telele. Ya no hay feria en la que no aparezca de repente un toro que se pone a trastabillar, a pegar bandazos, a caminar lateral, a caerse y levantarse compulsivamente, hasta que le da el soponcio.
Pilar / Ponce, Barrera, Rivera
Toros de El Pilar (uno devuelto por inv¨¢lido), bien presentados, varios sospechosos de pitones, flojos y varios inv¨¢lidos, de casta borrega. 1?, sobrero de Manuel Angel Millares, bien de presencia, descoordinado e inv¨¢lido total.Enrique Ponce: bajonazo escandaloso (silencio); estocada corta atravesada trasera baja -aviso- y dobla el toro (ovaci¨®n y tambi¨¦n algunos pitos cuando sale al tercio). Vicente Barrera: media trasera ladeada, rueda vertiginosa e insistente de peones, descabellos -aviso- y dos descabellos (silencio); pinchazo baj¨ªsirno, estocada cortatirando la muleta -aviso- y se echa el toro (silencio). Rivera Ord¨®?ez: dos pinchazos -primer aviso-, tres pinchazos m¨¢s, ruedas de peones en distintos terrenos, media, rueda de peones -segundo aviso- y cuatro descabellos (pitos); espadazo infamante en los bajos (protestas). Plaza de Pamplona, 14 de julio (tarde). 9? y ¨²ltima corrida de feria. Lleno.
Los taurinos y algunos presuntos expertos en tauromaquia aseguran que esto sucede porque los toros han perdido casta. Ahora bien: ?Qu¨¦ tienen que ver las ca¨ªdas con la casta? ?Qu¨¦ relaci¨®n guarda con la casta que un toro salte a la arena -cualquiera de los de esta infumable corrida vale de ejemplo- y a las pocas galopadas hocique, o se derrumbe, o se venza de atr¨¢s y as¨ª quede como s¨ª se estuviera dando unas aguas en el bid¨¦? ?Cu¨¢l es la influencia de la casta para que un toro se desplome de s¨²bito? ?Qui¨¦n ha conseguido descubrir el nexo,casta-telele?
La literatura cient¨ªfica, la sesuda oratoria y la procelosa casu¨ªstica inspiradas en el encierro, sanferminero componen un arsenal de paradojas, contradicciones y dislates con los que se pretende construir una teor¨ªa. sobre la ca¨ªda de los - toros que es puro surrealismo. Cuando los toros de los sanfermines no se ca¨ªan, dec¨ªan que era gracias al encierro, pues equivale a una gimnasia funcional y les libera del estr¨¦s (un toro con estr¨¦s, tiene gracia: igual que los ejecutivos). Ahora que se caen, dicen que es por culpa del encierro, pues les cansa y le estresa tanto mozo alborot¨®n metido de por medio.
El d¨ªa en que se descubra la verdadera causa de la ca¨ªda de los toros, el estr¨¦s y el telele les va a dar a m¨¢s de uno.
Con eso que llaman toros, las figuras rese?adas hac¨ªan que toreaban. Enrique Ponce empleando en el cuarto borrego de la tarde su pulcritud, ventajismo y monoton¨ªa habituales; Vicente Barrera ensayando el toreo vertical, con resultados aleatorios; Rivera Ord¨®?ez, sin ideas ni recursos, deslavazado y torp¨®n, temeroso y tosco, hasta perder los papeles.
Enrique Ponce tiraba con cierta finura los muletazos pero no los ligaba. Si los hubiese ligado... Vicente Barrera instrument¨® una buena tanda de derechazos a su primero, y luego ya se puso de costadillo ahogando las embestidas, seg¨²n moda obsoleta que impusieron ciertos toreros tremendistas en un tramo de los a?os 50. Si hubiera seguido como al principio...
En el toreo moderno todo son condicionales: si hubiera ligado los pases..., si cargara la suerte..., si toreara de frente, si no apuntara a la ri?onada.... si no se cayeran los toros..., si no les diera el telele... Los taurinos los utilizan mucho. Hay un aficiona do de Las Ventas que ha convertido, un condicional en regla de oro para acabar con el problema m¨¢s 1 grave de la fiesta. Y dice que si le dejaran vigilar los corrales provisto de una garrota, no se volv¨ªa a caer un solo toro de aqu¨ª a la consumaci¨®n de los siglos. Pura utop¨ªa, evidentemente. Y los toros se siguen cayendo. Incluso en la famosa feria de San Ferm¨ªn, que acab¨® ayer con fracaso, esc¨¢ndalo y oprobio. Pobre de m¨ª.
Babelia
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