Ceses en Educaci¨®n
EL NOMBRAMIENTO de Fernando Tejerina como secretario de Estado de Universidades fue acogido con esperanza en los medios universitarios y cient¨ªficos. Su experiencia como rector en Valladolid y su talante dialogante garantizaban un ¨¢mbito de consenso y de relaci¨®n fluida con la Universidad en un ministerio que empez¨® pronto a manifestarse con declaraciones inquietantes y" medidas de corte claramente autoritario. Pero la presi¨®n de los sectores m¨¢s duros y confesionales del PP, te?idos de ultraliberalismo, ha sido excesiva, y Tejerina y su equipo se han tenido que ir.La ¨²nica justificaci¨®n del cese dada por la ministra de Educaci¨®n, Esperanza Aguirre, hace referencia a la propensi¨®n de Tejerina a consensuar con los rectores de las universidades reformas que llevan ya muchos a?os en cartera y que es urgente afrontar. Sobre estas reformas tienen los rectores opiniones definidas, producto de su propia experiencia docente. Pero la ministra entiende que la mayor¨ªa de estos problemas no incumben a los rectores, sino a las autoridades. Desde un punto de vista estrictamente legal lleva raz¨®n en muchos casos. Pero pocas instituciones como la Universidad necesitan de aut¨¦ntica autonom¨ªa, hasta el punto de que. ¨¦sta es un derecho garantizado por la Constituci¨®n. El Consejo de Universidades fue creado para que se pronunciase sobre multitud de temas que les afectan, en algunos casos con car¨¢cter vinculante, y. en otros, consultivo. Esos dict¨¢menes han sido generalmente respetados o, en. ocasiones, los puntos de desacuerdo han sido debatidos hasta alcanzar un acuerdo.
Las cosas no han sido as¨ª ¨²ltimamente. Los casos de las universidades de Elche, primero, y las cat¨®licas de ?vila y Murcia, despu¨¦s, o la manera en que se ha aparcado una serie de iniciativas referentes a planes de estudios o selecci¨®n del profesorado, han revelado un creciente distanciamiento entre el ministerio y la Universidad que puede terminar en enfrentamiento. Puesto ante una situaci¨®n imposible, Tejerina ha preferido dejarlo, y es de temer que, tras su salida, se instalen en el ¨¢rea de Universidades maneras y actitudes ya presentes en otros departamentos de Educaci¨®n y Cultura.
Los desvar¨ªos en materia educativa llegan tambi¨¦n a la ense?anza no universitaria. Si se cumple lo previsto, a partir del pr¨®ximo enero, las 10 comunidades aut¨®nomas que todav¨ªa no tienen competencias plenas en esta materia las recibir¨¢n. Pero el Gobierno parece pretender que, junto con las competencias, en los pr¨®ximos Presupuestos se transfieran ¨²nicamente unas partidas similares a las del austero ejercicio de 1997, sin recursos suplementarios para implantar todas las reformas legales previstas, en particular las derivadas de la LOGSE. Culminar un proceso de transferencias que afecta a cerca de dos millones de estudiantes no universitarios, de importancia vital para el futuro de la educaci¨®n, y en consecuencia del empleo, crear¨ªa en esas condiciones dificultades casi insalvables a los afectados. El pronunciamiento de Aznar sobre la prioridad de la educaci¨®n no deja de ser extravagancia populista a la luz de lo que hace Esperanza Aguirre.
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