El Gobierno Blair recompensar¨¢ con dinero las mejoras en la escuela estatal
El ministro Blunkett aboga por volver a los m¨¦todos tradicionales
El Gobierno laborista brit¨¢nico de Tony Blair est¨¢ dispuesto a recompensar ec¨®micamente a las escuelas estatales que introduzcan mejoras eficaces. David Blunkett, ministro de Educaci¨®n, est¨¢ dispuesto a dejar huella en la historia y aboga por un regreso a los m¨¦todos tradicionales de ense?anza. Ha presentado hace una semana, y distribuido en versi¨®n de bolsillo en los grandes supermercados, su Libro Blanco de la Ense?anza.
Las escuelas que mejoren su nivel acad¨¦mico recibir¨¢n recompensas econ¨®micas. Las que no lo consigan, se arriesgan a severas medidas disciplinarias y eventualmente, al cierre.El documento, que recoge algunas iniciativas del anterior Gobierno conservador, tiene como objetivo esencial y casi obsesivo de aqu¨ª al a?o 2002 mejorar los pobres resultados escolares de los centros docentes estatales. Para ello, Blunkett propone un regreso a los m¨¦todos de ense?anza tradicionales con una inmersi¨®n profunda del alumno en lectura, escritura y matem¨¢ticas.
Convencido de que los males de la educaci¨®n brit¨¢nica emanan, en parte, del r¨ªgido sistema de clases que ha llevado a las clases medias a desertar de la escuela estatal, Blunkett se ha manifestado decidido a rescatar del olvido "el viejo compromiso obrero de superaci¨®n a trav¨¦s de la educaci¨®n", tal como declaraba recientemente en el dominical The Observer.
El ministro est¨¢ dispuesto a movilizar a padres, profesores y autoridades locales en su particular cruzada contra la complacencia y el fracaso escolar: No olvida tampoco el papel de la inspecci¨®n, que, actuar¨¢ con m¨¢s contundencia. La participaci¨®n de los padres quedar¨¢ fijada en una especie de contrato casa-escuela que impedir¨¢ a ¨¦stos desentenderse de los problemas de indisciplina que surjan en la escuela y les obligar¨¢ a mantener un, papel m¨¢s activo en las tareas escolares.
Desconfianza
En cuanto a los profesores, la cruzada Blunkett pasa por un reconocimiento mayor de una profesi¨®n vapuleada en el Reino Unido, pero a cambio de fijar nuevas exigencias para los docentes. Por ejemplo, los directores de escuelas medias tendr¨¢n que obtener un t¨ªtulo especial para ejercer, mientras Blunkett ha dejado claro que su preocupaci¨®n por los maestros no est¨¢ re?ida con- su desconfianza hacia los sindicatos.Otro de los aspectos esenciales, y uno de los m¨¢s discutidos, del documento -subtitulado Excelencia en las escuelas- es la introducci¨®n de un denominado principio de "diversidad" en las aulas, que permitir¨¢ clasificar a los alumnos de un mismo curso en diferentes niveles. La idea del ministro es que no todos los estudiantes de una misma clase est¨¢n al mismo ' nivel. Los que aprendan m¨¢s de prisa podr¨¢n terminar la secundaria antes. Este principio de selectividad incorporado a la escuela estatal ha provocado cr¨ªticas aisladas entre quienes ven discriminatorio e innecesariamente competitivo el sistema. Pero Blunkett y sus asesores est¨¢n decididos a mejorar los resultados en el sector estatal.
Tanto los sindicatos de profesores -tradicionalmente prolaboristas- como la prensa de izquierdas tan elogiado las medidas, para las que la Hacienda brit¨¢nica ha destinado unos 2.000 millones de libras (unos 48.000 millones de pesetas) de fondos extra. Un dinero imprescindible para cumplir la promesa de reducci¨®n de las ratio de alumnos/profesor en las escuelas primarias, lo que significa contratar m¨¢s profesores. Los laboristas, que han abolido el sistema de becas del Gobierno conservador a los alumnos brillantes para estudiar en centros privados, lo tienen todo a. favor para esta reforma, pero la ense?anza se ha revelado como uno de los puntos m¨¢s delicados.
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