Voces de muerte
La honda conmoci¨®n social producida por el asesinato de Miguel ?ngel Blanco a manos de ETA no dej¨® a los partidos de la Mesa de Ajuria-Enea otra salida que suscribir al d¨ªa siguiente un en¨¦rgico comunicado de condena contra los criminales y sus c¨®mplices; las de m¨¢s instituciones vascas y los grupos parlamentarios firmantes del Pacto de Madrid respaldaron anteayer, ese texto. Atr¨¢s quedan los ventajismos, las cobard¨ªas y los oportunismos que regalaron a los terroristas, mediante la tentativa de internacionalizar el vidrioso debate sobre el acercamiento de los presos de ETA al Pa¨ªs Vasco, un amplio margen de maniobra para esa guerra psicol¨®gica que prepara los ejercicio los con fuego real posteriores. Y en el futuro se inscribe el temor a eventuales inconsecuencias partidistas capaces de convertir en papel mojado el compromiso acordado por todas las fuerzas parlamentarias para romper definitiva y completamente los puentes con HB, cuyos dirigentes -dice el comunicado de la Mesa- "o bien est¨¢n en el dise?o del crimen, o bien lo estimulan o lo -provocan con sus palabras".La tensi¨®n entre el optimismo de la voluntad y el pesimismo de la inteligencia mencionada en su d¨ªa por Gramsci planea sobre cualquier pron¨®stico sensato sobre el Pa¨ªs Vasco. El vigor del razonamiento y la emotividad expresiva del documento de la Mesa de Ajuria Enea abogan por la solidez de sus propositos; aunque ese texto consensuado conceda una inmerecida preferencia ret¨®rica, a un Pueblo divinizado (con may¨²scula) frente a una sociedad secularizada de ciudadanos (con min¨²scula), los contenidos democr¨¢ticos y pluralistas del comunicado nada tienen que ver con la terminolog¨ªa totalitaria empleada por ETA para presentarse como la vanguardia armada y el representante exclusivo de esa mitol¨®gica entidad ahist¨®rica. Sin embargo, la experiencia ense?a que otros acuerdos previamente alcanzados por las fuerzas democr¨¢ticas, tras algunos espantosos atentados de ETA, para cortar cualquier relaci¨®n con los c¨®mplices del terror tuvieron un corto recorrido; el abismo abierto ante la clase pol¨ªtica por la reacci¨®n social contra el asesinato del concejal de Ermua tal vez haga, posible esta vez la retirada del apoyo de los grupos dernocr¨¢ticos que dieron a HB varias alcald¨ªas (la de Mondrag¨®n entre otras) de los 25 ayuntamientos bajo su control.
El comunicado de Ajuria Enea no concreta -esa labor corresponde a las instituciones- los procedimientos espec¨ªficos para hacer operativa la, ruptura con HB, c¨®mplice del abominable asesinato "con su palabra de apoyo o su silencio cobarde". Los peligros del activismo legislativo en situaciones emotivas y el obligado respeto a la Constituci¨®n aconsejar¨ªan cierta cautela a la hora de emprender reformas urgentes del marco penal y procesal. Pero los jueces, los fiscales y los juristas ya pueden analizar conceptualmente si son aplicables a los comportamientos de: esos terroristas verbales algunos de los tipos delictivos del nuevo C¨®digo Penal: por ejemplo, la incitaci¨®n directa, por medio de la prensa y de la radio o ante una concurrencia, a la comisi¨®n de delitos terroristas y la provocaci¨®n a la discriminaci¨®n, el odio o la violencia por motivos racistas, de origen nacional, ideol¨®gicos o de creencias.
El juez de la Corte Suprema norteamericana Oliver Wendell Holmes Jr ilustr¨® en 1919 la doctrina del "riesgo claro e inminente" como l¨ªmite a la libertad de expresi¨®n con un ejemplo imaginario: esa garant¨ªa constitucional no ampararar¨ªa la falsa alarma del insensato que gritase ?fuego! y produjese el p¨¢nico en un teatro abarrotado. Tampoco la protecci¨®n dada por nuestra Constituci¨®n a la libertad de expresi¨®n cubre a los provocadores que incitan al asesinato ("iETA, m¨¢talos") o se burlan de las, v¨ªctimas del terrorismo. El inefable secretario de Estado de Comunicaci¨®n Rodr¨ªguez sostiene que "las palabras no matan": una afirmaci¨®n desmentida, sin embargo, por esas voces asesinas -?apunten, fuego!- que ordenan disparar a ETA.
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