Ullrich, el alem¨¢n lac¨®nico

No, no era un ejercicio de realidad virtual. No, no eran los largos repechos de Luxemburgo 92 aquellas cuestas del centro de Francia; no, no era Laurent Fignon aquel corredor doblado con un maillot de lunares; no, no era un ciclista navarro aquella apisonadora vestida de amarillo, y tampoco era Miguel Indur¨¢in aquel ciclista alto, pelirrojo, pecoso y con cara de ni?o con mal humor. Aunque hablara lo mismo. Es decir, casi nada. Seguimos en ¨¦poca de campeones lac¨®nicos. 0 sea, estamos con Jan Ullrich.Ni una frase rotunda en su comparecencia tras la exhibici¨®n se permiti¨® el superclase alem¨¢n. "Bueno, estoy satisfecho porque he logrado un gran avance en la general [5.42m sobre el segundo, Virenque, y 8m sobre el tercero, Olano], pero a¨²n hay muchas dificultades de aqu¨ª hasta Par¨ªs y me puede pasar de todo". No se entera, o no quiere enterarse, de que los dem¨¢s ciclistas ya consideran que corren otra carrera, que han llegado a la conclusi¨®n de que terminar segundo detr¨¢s de ¨¦l ser¨ªa un triunfo. "Espero no sufrir una p¨¢jara, como en la Vuelta a Suiza, o alguna ca¨ªda, como en la Midi Libre". Desconoce, quiz¨¢s, que a todo ciclista en estado de gracia se le ahorran los sinsabores, que quien no tiene que arriesgar ya para ganar no sufre contratiempos. Pero, por si acaso, tiene un buen consejero en el equipo, Bjarne Riis.O ese papel se ha adjudicado el gran dan¨¦s.

"Jan es un corredor impresionante", dice Riis "Est¨¢ claro que se ha acabado la discusi¨®n sobre qui¨¦n es mejor dentro del equipo, pero Jan es muy joven, y a¨²n le falta experiencia". Y para eso est¨¢ Riis Y para cubrirle las espaldas, oficilamente. El ganador del pasado Tour calc¨® su contrarreloj a la de Olano, aunque un pinchazo al comienzo de la primera subida le hiciera perder "30 segundos y el gran ritmo que hab¨ªa cogido".

Ullrich se enfrenta en los Alpes a un terreno desconocido. De los grandes puertos que quedan por franquear- Alpe d'Huez, Glandon, Madeleine, Courchevel, Croix Fry, Colombi¨¦re y Joux Plano-, el joven alem¨¢n s¨®lo conoce la Madeleine, que ascendi¨® el pasado Tour. Pero eso no es ninguna desventaja. Tampoco conoc¨ªa el Tourrrulet o Arcal¨ªs, los terrenos de sus demostraciones. "Hay dos tipos de ciclistas", dice un experto. "Aquellos que necesitan conocer palmo a palmo todos los terrenos para apurar al m¨¢ximo sus posibilidades, y las fuerzas de la naturaleza, aquellos que cuando van bien lo superan todo a fuerza de piernas". Y UlIrich es de ¨¦stos. Y en cuanto a la experiencia, un d¨ªa de amarillo vale por 20 de gris.