?Autobuses nodriza?

Cu¨¢ndo la se?ora quer¨ªa acceder al autob¨²s con su ni?o, el cochecito y la bolsa de la compra -porque adem¨¢s de transportarse y llevar hijo, tambi¨¦n come- eran las cuatro de la tarde de estos d¨ªas que del calor se caen los tordos. El autob¨²s p¨²blico estaba pr¨¢cticamente vac¨ªo. La se?ora no pod¨ªa subir por la incomodidad de la barra central, de aluminio en la escalera, un ¨²nico picabilletes, puertas autom¨¢ticas que se terminan de abrir manualmente, escalones para baloncestistas, etc¨¦tera. El conductor, con raz¨®n, le dijo que no pod¨ªa abandonar el volante, y los viajeros, con la can¨ªcula ya en el cerebro, no o¨ªmos nada hasta que la amable petici¨®n de la se?ora surti¨® efecto y le ayudamos a subir.Querido alcalde, querida oposici¨®n, Madrid, ciudad saludable, centro de muchas cosas y m¨¢s, escaparate de otro tanto, ejemplo de esto y lo otro que se quiere comparar con las ciudades modernas de Europa, pero se les olvida a todos que, adem¨¢s de autobuses refrigerados y de baja contaminaci¨®n, existe la necesidad de acceso para muchas personas cuyas posibilidades econ¨®micas no dan para viajar en taxi. Al dise?ar y comprar los autobuses deber¨ªan pensar, y no invento nada, en una plataforma en el centro del veh¨ªculo para cancelar el billete y colocar el cochecito.- .