Regresa el Pantani m¨¢gico
El escalador italiano gana la ¨²ltima batalla alpina- Virenque tira la toalla ante el marcaje de Ullrich- Escart¨ªn supera a Olano, en la general
![Carlos Arribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe3f9d365-91a0-4554-a5c4-70f3bf1ea029.png?auth=e6426bc0be73ca7a1a032b8f3a5a8f5479303facc987fc5270aa197eb094c06b&width=100&height=100&smart=true)
S¨®lo alguien como Pantani pod¨ªa reconducir hacia el espect¨¢culo una etapa que fue, hasta el ¨²ltimo puerto, un puro ejercicio de resistencia. Lo que ped¨ªa un d¨ªa de resaca. Lo llaman magia a este tipo de actuaciones. Hablando de cualquier otro corredor capaz de saltarse el gui¨®n escrito por los dos equipos m¨¢s fuertes y sus respectivos l¨ªderes, quiz¨¢ la palabra m¨¢gica suene muy fuerte, pero hablando de Pantani y del Joux Plane, el puerto m¨¢s duro, es inevitable.Casi ¨®pera. La noche anterior se extendieron los rumores de un posible abandono del hombre que vol¨® en Alpe d'Huez. Bronquitis avanzada. Por la ma?ana apareci¨®, casi un fantasma, p¨¢lido y ojeroso, con un pa?uelo negro al cuello. Hablaba de enfermedad y de d¨ªa de prueba. De deseo de llegar a Par¨ªs, pero de imponderables que se lo pon¨ªan dif¨ªcil. Durante la etapa se hizo invisible. Asisti¨® desde la retaguardia al pulso de resistencia. Pelot¨®n tranquilo. Repescados del fuera de control de la v¨ªspera -Jalabert en el Tami¨¦ y la Forclaz, Chepe y Chanteur en la Colombi¨¦re- lanzando chinitas para revolver el ambiente. Y el Festina omnipresente. Como si fuera el equipo del l¨ªder. El Telekom, tranquilo, a rueda. Estilo puro y duro del equipo de Roussel: grandes despliegues para poco beneficio matem¨¢tico.
Cuando Moreau, el pen¨²ltimo de los peones de Virenque, llevaba al pelot¨®n a m¨¢s de 50 por hora en el llano entre la Colombi¨¨re y el Joux Plane, Pantani iba el pen¨²ltimo del pelot¨®n de 40 a que se hab¨ªa reducido el gran grupo. Los periodistas italianos dudaban. ?D¨®nde vas Pantani? ?Qu¨¦ te pasa? Pero cuando en la primera rampa del Joux Plane (11,6 kil¨®metros al 8,7%), Herv¨¦, el ¨²ltimo festina, dio el ¨²ltimo aceler¨®n, y Bolts, el primero de los de Ullrich, le tom¨® el relevo, y los 40 quedaron reducidos a 11, all¨ª estaba el Pirata. Quinto, detr¨¢s de Escart¨ªn.
Dicen de Virenque que es el corredor capaz de aparentar ser el m¨¢s fuerte durante m¨¢s tiempo, pero incapaz de demarrar con fuerza en un puerto e irse solo. Pantani le demostr¨® ayer c¨®mo se hace. El pacto Festina-Telekom para que la etapa la ganara Riis salt¨® por los aires cuando a siete kil¨®metros de la cima salt¨® Pantani. Riis, el ¨²ltimo pe¨®n de Ullrich, se qued¨® clavado. Virenque intent¨® reaccionar. Salt¨® detr¨¢s, con Ullrich a rueda. Imposible cogerle. Incluso en el descenso, el ligero y vol¨¢til Pantani. les sac¨® tiempo. Tanto muestrario de equipo para verse ridiculizado por un hombre de 1,70 y apenas 50 kilos. Italiano y con bronquitis.
Escart¨ªn mostr¨® en esos momentos su capacidad cori¨¢cea, su aferrarse al ¨²ltimo clavo de forma desesperada, y, al mismo tiempo, su incapacidad para ser algo m¨¢s que el pen¨²ltimo de los descolgados. Era su ¨²ltima oportunidad para desbancar a Olano del puesto de primer espa?ol e intentar ganar una etapa. Lo primero -lo consigui¨® provisionalmente, previsiblemente hasta la contrarreloj de Disneylandia, el s¨¢bado. Lo segundo se le escap¨® un a?o m¨¢s.
Olano ense?¨® sus carencias y habilidades. El eterno perseguidor volvi¨® a ser el primer descolgado. Casero le marc¨® el ritmo suave de subida. Como todos los d¨ªas. A su ritmo, a su ritmo, sin nunca arrojar la toalla. Otro que se aferra con todo a lo que puede tener. Y fue tambi¨¦n el ¨²nico que lim¨® tiempo a Pantani en el descenso: un segundo. Bajando consolid¨® su futura quinta plaza, a menos que en la media monta?a de hoy y el jueves vuelva a sufrir. A Escart¨ªn, por ejemplo, le lim¨® medio minuto, a Riis, 37 segundos, a Virenque y Ullrich, 23. L¨¢stima que el Tour se gane subiendo.
Las exhibiciones, para Pantani y Virenque; el poder, para Ullrich; las migajas, para los dem¨¢s: Riis calcula que el tercer puesto del podio lo tiene asegurado -simplemente tendr¨¢ que aventajar a Pantani en m¨¢s de 1.48 minutos en los 62 kil¨®metros de Disneylandia-; Olano se da de dientes con una quinta plaza, el menos malo de sus objetivos, que tendr¨¢ que ganarle a Escart¨ªn en la ¨²ltima contrarreloj (35 segundos de ventaja del aragon¨¦s por el momento), aunque deber¨¢ desconfiar de Casagrande (s¨¦ptimo, a 34 segundos del vasco); Jim¨¦nez asegura un magn¨ªfico octavo lugar, completando el tr¨ªo de espa?oles entre los 10 primeros, lo que se dec¨ªa anta?o, en los a?os duros, un magn¨ªfico Tour. La ¨²ltima batalla alpina supuso, como se preve¨ªa tras el desgaste de Courchevel, un regreso a las calculadoras. Con un d¨ªa de ciclismo a la antigua basta.
Y las calculadoras siguen hablando. El ganador de la guerra de los Alpes -tres tremendas etapas encadenadas, Alpe d'Huez, Courchevel y Morzine- ha sido el l¨ªder Jan Ullrich. Sumando las diferencias de los tres d¨ªas, el alem¨¢n, ya triunfador en los Pirineos, ha aventajado en 40 segundos a Virenque y en 1.02 a Pantani, los dos ganadores de etapa. Un dato curioso: el alem¨¢n, m¨¢s contrarrelojista que escalador -hablando en t¨¦rminos de especialistas-, no habr¨ªa necesitado de etapas contrarreloj para ganar su primer Tour. Imita a Riis y rompe con el dan¨¦s la tendencia de los ¨²ltimos a?os: desde Pedro Delgado, en 1988, todos los ganadores, o sea LeMond e Indur¨¢in, hab¨ªan resistido en la monta?a la ventaja alcanzada en solitario. Con un solo ataque -los 10 kil¨®metros de Arcalis- Ullrich dio el golpe de Estado. Los dem¨¢s d¨ªas su regularidad le ha bastado. Efectivamente, el Tour se gana siendo el m¨¢s regular. Con fuerza y con la calculadora a mano. Puede ser el sino de Virenque: una condena al papel de animador nunca ganador. Por muy monta?oso que sea el Tour, siempre habr¨¢ alguien m¨¢s fuerte que le derrote en la monta?a.
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