Sorpresa con b¨ªfido activo
Una serpiente asi¨¢tica de dos metros atac¨®, en un portal de Tetu¨¢n, a una anciana
Do?a Mar¨ªa Natividad se la encontr¨® el domingo en el portal. Fl¨¢cida, tirada en el suelo y de un color verde chill¨®n, a primera vista le pareci¨® una cinta de esas que llevan las chicas modernas enroscadas en el pelo. "Huy, la habr¨¢ arrastrado el viento", pens¨® Natividad. Pero eso s¨®lo fue al principio, porque tal y como ella iba a meter la llave en el portal¨®n, la presunta cinta grunge se irgui¨® repentinamente medio metro y, mir¨¢ndola con una cabeza del tama?o de pulgar le sac¨® la lengua b¨ªfida. "Me hizo zzzzsssss. Y claro, entonces me di cuenta de que era una serpiente de m¨¢s de dos metros de largo. F¨ªjese, a mis 70 a?os, y con mi pierna operada y todo, sal¨ª de estampida", recuerda Natividad.La anciana, aterrorizada, avis¨® a su hermana -"que hay una serpiente en el portal, ven a verla", le dijo- y a su cu?ado -"que es grande y verde", le detall¨®-, y tambi¨¦n a Modesto, Fernando y Nicol¨¢s, los muchachos del bar de al lado (llamado Pensamiento, como la calle).
Los j¨®venes escucharon el entrecortado relato y, con una escoba y una sonrisa por el escepticismo, marcharon a por la serpiente. Pero al llegar al portal no encontraron nada. S¨®lo un: enorme puerta cerrada. Do?a Natividad, quien barrunt¨® que la serpiente se hab¨ªa colado en la vivienda -"de no estar, hubiesen pensado que era tonta" -, declin¨® entrar, pero, a instancia: de los muchachos, procedi¨® abrirles el portal.
As¨ª que introdujo la llave, empuj¨® la puerta y, de pronto, restall¨® a sus espaldas el estremecedor grito de su hermana: "?Mari, Mari, que la tienes sobre tu cabeza!". Y efectivamente, ah¨ª arriba, desde las oquedades de la forja, descend¨ªa - peligrosamente hacia ella la serpiente verde chill¨®n. Natividad, como un rayo, salt¨® atr¨¢s, aunque no sin antes tirar de la puerta. En el cierre, la sierpe qued¨® atrapada, medio cuerpo dentro, medio fuera, entre los hierros, y con ella, Fernando, uno de los muchachos del bar, quien, aprisionado en el portal, acerc¨® t¨ªmidamente la escoba al ofidio. "Cada vez que lo hac¨ªa, la serpiente le sacaba la mala leng¨¹ecita esa", recuerda do?a Natividad, Finalmente, tras 45 minutos de espera, arrib¨® al portal la patrulla ecol¨®gica de la Polic¨ªa Municipal. Con destreza vaquera echaron el lazo al ofidio y lo encerraron en una cesta. "A ¨¦sta no la tocamos, porque parece mala", comentaron a los presentes.
El reptil, ayer, se recuperaba en el Zoo. Se trata de una gonyosoma oxycephala, un reptil no venenoso procedente de tierras asi¨¢ticas y aficionado a darse el fest¨ªn con roedores. "Su mayor pel¨ªgro reside en el susto que da su parecido con la mamba verde,una de las m¨¢s venenosas", -afirm¨® un portavoz del zool¨®gico.
Tras la captura del ofidio, en la calle del Pensamiento (Tetu¨¢n), qued¨® el misterio sobre su procedencia. Algunos vecinos apuntaban a una tienda de animales situada en la misma acera de la finca de Natividad.
Pero en el establecimiento, repleto de silentes ofidios -incluida una boa constrictor-, negaban que se hubiese registrado fuga alguna, aunque si reconoc¨ªan haber vendido por unas 40.000 pesetas alg¨²n ejemplar de gonyosoma oxycephala. Verde e inquietante.
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