Una mirada espa?ola sobre Marruecos
Una exposici¨®n fotogr¨¢fica recuerda en Madrid los a?os del protectorado (1913-1956)
"Marruecos es el pa¨ªs que nos marc¨®, del que nunca saldremos, aunque nunca volvamos". Esta frase de Francisco Trujillo resume el sentimiento de miles de espa?oles que vivieron al sur del estrecho de Gibraltar durante los a?os del protectorado (1913-1956) y define el esp¨ªritu de una exposici¨®n fotogr¨¢fica, Marruecos en el recuerdo, abierta en Madrid la pasada semana. Sin resabios colonialistas, pero con una comprensible nostalgia por aquella ¨¦poca, lejos de las tendencias militares africanistas y m¨¢s cerca del mestizaje cultural, la muestra de fotograf¨ªas de Francisco Garc¨ªa Cort¨¦s y la colecci¨®n de postales que la acompa?a proyectan en gran parte la visi¨®n espa?ola sobre un Marruecos ya desaparecido.La biograf¨ªa de Trujillo, que nac¨ªo en Badajoz hace 70 anos, pero que residi¨® en el norte de Marruecos durante casi medio siglo, ilustra la trayectoria de muchos espa?oles que protagonizaron historias olvidadas o en todo caso adulteradas por una cierta visi¨®n despectiva hacia los vecinos del sur que, lamentablemente, a¨²n persiste.
"Los a?os, del protectorado significaron un enriquecimiento mutuo entre las dos culturas", comenta este abogado jubilado que preside La Medina, una asociaci¨®n de antiguos residentes en Marruecos organizadora de la exposici¨®n que re¨²ne m¨¢s de un centenar de fotograf¨ªas, as¨ª como tarjetas postales, objetos cotidianos y un v¨ªdeo documental sobre aquel periodo en el norte de ?frica.
Cielos limpios, muros blancos y encalados, bullicios de las medinas de Tetu¨¢n o de Xauen, estampas de aguadores o de encantadores de serpientes, estruendos de las fiestas de la p¨®lvora, desfilan por las im¨¢genes de Francisco Garc¨ªa Cort¨¦s (Soria, 1901-M¨¢laga, 1979), el fot¨®grafo espa?ol que mejor retrat¨® las escenas cotidianas de los a?os de un protectorado que abarc¨® un 10% del territorio de Marruecos. El resto del pa¨ªs estuvo bajo control franc¨¦s, seg¨²n el Acta de Algeciras de 1913.
Desde su privilegiada atalaya como periodista y como fot¨®grafo oficial de la Alta Comisar¨ªa espa?ola, Garc¨ªa Cort¨¦s recorri¨® riscos y despe?aderos, playas y mercados en busca de un Marruecos de leyenda. El cari?o por una sociedad tan pr¨®xima y a la vez tan distante en sus concepciones de la vida, tan presente en la cultura espa?ola y al tiempo tan castigada por prejuicios, alienta las im¨¢genes de la exposici¨®n, que permanecer¨¢ abierta en el Museo de la Ciudad, dependiente del Ayuntamiento de Madrid, hasta el pr¨®ximo 7 de septiembre.
"La huella espa?ola sigue viva en el norte de Marruecos, comenta Trujillo, "aun que nuestro pa¨ªs pod¨ªa olvidar ya de una vez los desprecios ignorantes hacia todo lo musulm¨¢n e impulsar m¨¢s la colaboraci¨®n cultural. La penetraci¨®n de las televisiones espa?olas y la actividad del Instituto Cervantes en varias ciudades marroqu¨ªes han fomentado mucho nuestra presencia, pero los esfuerzos deben redoblarse", afirma Trujillo con contundencia.
La muestra incluye tambi¨¦n fotos del urbanismo moderno en Tetu¨¢n, capital que fuera del protectorado, y donde los espa?oles levantaron, el ensanche de la ciudad, pero, siempre respetando su hermosa medina.
Al igual que, muchos otros conocedores del Magreb, el presidente de La Medina sostiene que "el atavismo del miedo al moro y el sangriento papel de las tropas regulares al servicio de Franco durante la guerra civil son dos losas que pesan sobre nuestra memoria hist¨®rica".
Testimonios de espa?oles residentes, que se reconocen mimados en Marruecos tras la independencia de 1956, inmensos flujos de turistas y crecientes relaciones comerciales han contribuido en los ¨²ltimos a?os a difuminar y modificar ese estereotipo de las malditas guerras de ?frica.
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