Otra 'espant¨¢'
Dos toreros pegaron la espant¨¢ y ya van cuatro en la feria. Esto est¨¢ adquiriendo caracteres de desbandada. Mucho se les recrimin¨® a Curro Romero y Rafael de Paula que salieran de estampida porque les cambiaran los toros y resulta que C¨¦sar Rinc¨®n y El Cordob¨¦s han hecho lo mismo.Curro y Paula, por su conocida propensi¨®n a afligirse cuando los toros no les inspiran confianza, ven¨ªan siendo la percha de los golpes. Vaya toreros, vaya torer¨ªa, se les reprochaba en los mentideros taurinos, y ac¨¢ tambi¨¦n. Pero C¨¦sar Rinc¨®n y El Cordob¨¦s han demostrado que no son m¨¢s toreros ni m¨¢s valientes. La fama que tiene uno de bravo, el otro de tremendista, est¨¢n ya sujetas a revisi¨®n.
La n¨®mina de afamados diestros sin verg¨¹enza torera no se reduce a estos cuatro. Existen peores precedentes. Enrique Ponce, Manzanares y Vicente Barrera, por otro cambio de toros, se cayeron de un cartel de la Feria de Julio de 1996, en una bochornosa manifestaci¨®n de prepotencia, desagradecimiento y falta de respeto a la afici¨®n.
Boh¨®rquez / Espl¨¢, Mendes, Mora
Toros de Ferm¨ªn Boh¨®quez, con cuajo, sospechosos de pitones, muy flojos, descastados.La anunciada corrida de Los Guateles fue rechazada en el reconocimiento, y C¨¦sar Rinc¨®n y El Cordob¨¦s se cayeron del cartel. Luis Francisco Espl¨¢: pinchazo hondo, rueda insistente de peones y descabello (palmas y saluda); pinchazo, rueda de peones, pinchazo hondo y dos descabellos (ovaci¨®n y saludos). V¨ªctor Mendes: dos pinchazos, estocada corta ca¨ªda -aviso- y dobla el toro (palmas y saludos); pinchazo y dos descabellos (silencio). Juan Mora: pinchazo hondo atravesado ca¨ªdo, ruedas insistentes de peones y cinco descabellos (silencio); estocada tendida ca¨ªda (aplausos); asistido de cornada menos grave en una pierna. Plaza de Valencia, 26 de julio. 9? corrida de feria. Media entrada.
Les sustituyeron toreros valencianos y en esa corrida muri¨® v¨ªctima de una cornada el banderillero de la tierra Jos¨¦ G¨¢zquez, apodado Curro Valencia. Esta tarde har¨¢ justo un a?o de la tragedia. Aquel torero modest¨ªsimo, matador de toros sin fortuna, despu¨¦s subalterno con escasas contratas, obligado a compaginar ¨¦sta profesi¨®n vocacional con el oficio de alba?il, pervive en el recuerdo de los buenos aficionados y merece el homenaje de los toreros que llevan la torer¨ªa en el coraz¨®n.
Veremos...
Pues, para empezar, la torer¨ªa no se lleva. La torer¨ªa es un valor obsoleto, menospreciado, motivo de mofa y de befa por gran parte del taurinismo. La famosa cultura del pelotazo ha invadido el mundo de los toros con tanta intensidad que es ahora su gu¨ªa y su meta. La aspiraci¨®n m¨¢xima de los taurinos es llev¨¢rselo, no importa que sea con atropello de la raz¨®n, cometiendo injusticias, dejando la fiesta convertida en un erial.
?Rechazan los veterinarios los toros? Pues los toreros que tienen padrino pegan la espantada. Los toros, para esos toreros de la espantada, al parecer no basta que sean inv¨¢lidos; deben carecer de presencia, ofrecer absolutas garant¨ªas de estupidez.
Los toros de Boh¨®rquez que sustituyeron a los impresentables espec¨ªmenes de Los Guateles es evidente que no cumpl¨ªan con semejantes especificaciones. Ten¨ªan presencia; el trap¨ªo, que se sol¨ªa decir cuando exist¨ªa lidia y el toro era elemento fundamental y la fiesta manten¨ªa en vigor un vocabulario rico, imaginativo y expresivo que serv¨ªa para llamar las cosas por su nombre.
Sin casta
Lo que no ten¨ªan los Boh¨®rquez, en cambio, era casta y fortaleza. Llegan a saberlo los de la espant¨¢ y a lo mejor se quedan. Inv¨¢lidos en diversa medida, llegado el ¨²ltimo tercio se quedaban aplomaditos, desnortados, acaso exhaustos, puede que moribundos.La excepci¨®n fue el segundo. Ese toro era de cuidado. Juan Mora le hizo un quite pinturero, al rematar apunt¨® un marchoso desplante y el toro lo atrap¨® y lo lanz¨® por los aires con tremenda violencia. Qued¨® maltrecho, llevaba una cornada, pero aguant¨® con buena voluntad y agua en el callej¨®n. Este hombre no daba la espant¨¢, aunque ten¨ªa sobrados motivos.
Estaba en turno V¨ªctor Mendes, que encar¨® valeroso la agresividad del encastado Boh¨®rquez y libr¨® por derechazos el genio de sus embestidas. El resto de la corrida supuso un desesperante estrellarse con el descastamiento de un ganado infame. Luis Francisco Espl¨¢ pis¨® los terrenos de sus toros sin lograr embarcarlos. A Mendes le ocurri¨® lo mismo con el quinto. Ambos diestros amenizaron la funci¨®n alternando en banderillas y Espl¨¢ a?adi¨® el espect¨¢culo de su maestr¨ªa. Juan Mora intent¨® embellecer de arte sus tenaces porf¨ªas... Mas todo resultaba in¨²til con aquel ganado imposible.
Alguien coment¨® que acertaron quienes salieron de estampida. Los taurinos del pelotazo lo entienden as¨ª. Pero mienten. Quienes ten¨ªan raz¨®n estaban en el ruedo, cumpliendo con su deber, dando la cara, como han venido haciendo siempre los toreros verdaderos.
Babelia
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