Banyalbufar

Todav¨ªa quedan en Mallorca algunos pueblos en los que el verano es tranquilo. Lo s¨¦ porque acabo de volver de uno de ellos, Banyalbufar, un lugar al que las hordas de hooligans brit¨¢nicos no llegan porque se morir¨ªan de pena: cuatro restauran tes, un par de bares y un pub que cierra a la una constituyen toda su oferta. l¨²dico-festiva. Los ingleses que se ven son, por lo general, de edad provecta: parejas de esas en las que el marido propone un nuevo gin tonic y la esposa contesta que por supuesto, querido. Los hoteles son confortables y familiares, las pues tas de sol muy hermosas, y a uno se le pasan los, d¨ªas palpando moscas. O sea, que est¨¢ todo tan bien que uno, que es de natural apocal¨ªptico, piensa que alguna desgracia debe estarse cerniendo, sobre el lugar.?Ser¨¢ esa desgracia el complejo tur¨ªstico que est¨¢ tramando el inefable Richard Branson, gran patr¨®n de Virgin, que hasta ahora se conformaba con su hotelito de lujo en Dei¨¤? El Branson actual no es, l¨®gicamente, el mismo que hac¨ªa el hippy en Mallorca hace 25 a?os y que inici¨® su carrera hacia el triunfo pag¨¢ndole a su amigo Mike Oldfield esas campanas tubulares que nadie quer¨ªa o¨ªr. El Branson actual es un hombre de negocios que va a por todas, y cuando compr¨® Son Bunyola pretendi¨® reciclar sus tierras en una especie de, gran parque Vacacional para. ricos. La respuesta mallorquina consisti¨® en el tradicional, "a ver si nos cae algo" (v¨¦ase el horror en que se ha convertido Valldemossa) y s¨®lo el alcalde de Banyalbufar exigi¨® control sobre. el asunto para que la cosa no se desmadrara y se convirtiera en, un monstruo a lo Club Med.

Est¨¢ en ello, y ya se ha ganado la animadversi¨®n de los que aspiran a pillar algo y consideran que esto de la protecci¨®n del entorno es una chorrada. Hay, sitios en los, que intentas poner orden y te la ganas.