Tres Cantos
?Urbanismo de vanguardia en la calle del Azafr¨¢n de Tres Cantos?Mi hija y yo mantenemos un pugilato verbal acerca del muro que ella ha visto construir, primero, con curiosidad y, despu¨¦s, con gran cabreo a escasos metros de su portal y de sus ventanas. Los metros son los del ancho de las calles de las viviendas unifamiliares de PSV, o puede que alguno menos.
Ella est¨¢ empe?ada en que no deb¨ªa haberse permitido nunca ese muro con el que se enfrenta, al igual que sus vecinos, cada vez que sale de su casa o mira por cualquiera de las tres ventanas -fachada principal- que dan a la calle del Azafr¨¢n.
Yo me he esforzado para convencerla de que los que deben cuidar de nuestro pueblo, cuando han dado el pl¨¢cet al proyecto correspondiente, es porque, seguramente, han visto que es el no va m¨¢s, el desider¨¢tum, en materia urban¨ªstica de vanguardia. Tres Cantos (la mejor ciudad del mundo que anhelaba para todos mi a?orado Antonio Osuna, nuestro primer alcalde) no va a permitirse ahora aberraciones de ning¨²n tipo. Sin duda, ese rinc¨®n de la calle del Azafr¨¢n, al lado de la estupenda avenida de la Luz y del nuevo polideportivo, ha sido concebido como ejemplo de lo que debe ser una ciudad de presente y de futuro que colme de agradables sensaciones a sus habitantes. Es m¨¢s, llenar¨¢ de gozo a quienes tengan el honor de ense?arlo, a los ilustres visitantes de Tres Cantos, como "l'endroit merveilleux de notre ville".
Pues no; ella, mi hija, sigue erre que erre. Est¨¢ empe?ada en que no han podido construirles enfrente nada m¨¢s horrible y menos est¨¦tico. Esto ha quedado peor, dice, que un patio interior, incluso con las ropas tendidas. No hay forma de convencerla de lo contrario.
En vista de ello, me atrever¨ªa a solicitar de aquellos conciudadanos que tuvieran la curiosidad de pasearse por la calle del Azafr¨¢n que, a modo de encuesta, dieran su opini¨®n, a trav¨¦s de este medio y con permiso de su director, acerca de c¨®mo quedar¨ªa mejor el muro en cuesti¨®n, si:
1. Dej¨¢ndolo tal y como est¨¢ (un muro de l¨ªneas limpias y airosas con los cuatro ventanucos ya abiertos -?o son troneras?-, muy aptos para la defensa con armas de fuego de los moradores del otro lado del mismo).
2. Decor¨¢ndolo (para lo cual podr¨ªa sugerirse a la corporaci¨®n la convocatoria de un concurso de ideas). Yo pienso que no estar¨ªa mal un fondo de color verde, el del aceite de oliva, y las yemas, con sus claras, de un par de huevos muy gordos en trance de ser fritos. El humo, en estos meses estivales, lo ponen los rayos del sol que dan de lleno en el propio muro desde la una hasta las ocho o nueve de la tarde-noche.
3. Destruy¨¦ndolo.
Se corre el riesgo de que al evidenciarse un desconocimiento de las nuevas tendencias en el campo de la construcci¨®n y del urbanismo, desde alg¨²n sill¨®n se llegue a decir que quien no est¨¦ conforme que venda la casa y se vaya a otro sitio.-
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