30 tenderos pagaron un mill¨®n por un falso local en la nueva Estaci¨®n Sur
La polic¨ªa ha desmantelado una red de supuestos estafadores a los que acusa de haber enga?ado a 30 peque?os comerciantes de los que obtuvo dinero con la falsa promesa de conseguirles un local comercial en la nueva Estaci¨®n Sur de Autobuses de M¨¦ndez ?lvaro, estrenada el dos de julio. Los presuntos timadores, acusados de cobrar m¨¢s de un mill¨®n de pesetas por gesti¨®n, aseguraban, seg¨²n la polic¨ªa, disponer de contactos en la administraci¨®n que garantizaban la concesi¨®n de las tiendas. Sin embargo, sobre estos establecimientos ten¨ªan derecho de preferencia los arrendatarios de la antigua Estaci¨®n Sur de Arganzuela, a quienes de hecho se adjudicaron finalmente los locales.Entre los detenidos por el Grupo de Fraude Bancario de la Unidad Central de Polic¨ªa figuran el delineante Jos¨¦ Mar¨ªa M. C. y Manuel R., funcionario del Ayuntamiento de Madrid y t¨¦cnico de promociones y presidente del comit¨¦ de empresa de la extinta entidad p¨²blica Promotora de Viviendas de la Comunidad de Madrid (Provicam). Fuentes socialistas aseguraron que Manuel R., militante de base, fue puesto en libertad tras pasar a disposici¨®n judicial. El hombre niega todas las acusaciones y, a tenor de dichas fuentes, no hay cargos contra ¨¦l.
Para convencer a su v¨ªctimas de la buena marcha de sus gestiones, los presuntos estafadores entregaban a los comerciantes documentos supuestamente oficiales en los que se acreditaba la adjudicaci¨®n de los locales o los contratos de arrendamiento. Estos papeles ven¨ªan firmados por un pretendido gerente del Consorcio de la Estaci¨®n de Autobuses de M¨¦ndez ?lvaro de la Comunidad de Madrid (un cargo inexistente). Los documentos, adem¨¢s, llevaban el anagrama de la Comunidad de Madrid, de la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas y Transportes, as¨ª como la r¨²brica y el sello del director general de Carreteras, Francisco Javier de Agueda. Todo era falso.
La polic¨ªa, en su relaci¨®n de hechos, afirma que los supuestos estafadores empezaron a captar a sus v¨ªctimas en enero de 1996. Este dato es especialmente llamativo en tanto que Manuel R., en esas fechas, era presidente del comit¨¦ de empresa (independiente) y t¨¦cnico de Producci¨®n (5.817.000 pesetas brutas al a?o) de Provicam.
Este organismo p¨²blico hab¨ªa sido constituido en enero de 1991 por el Instituto Madrile?o del Vivienda (Ivima). Su objetivo era economizar costes y reducir la tramitaci¨®n administrativa de los proyectos en construcci¨®n. La entidad funcion¨® hasta el 31 de diciembre de 1996, fecha en la que fue disuelta por el PP. Este hecho motiv¨® que Manuel R., seg¨²n fuentes sindicales, volviese a su puesto de delineante en el Ayuntamiento de Madrid.
"Los dos [Jos¨¦ Mar¨ªa M. C. y Manuel R. F.] estaban muy relacionados con el negocio de la construcci¨®n y de las obras p¨²blicas, por lo que concibieron la idea de obtener beneficios econ¨®micos moviendo los hilos de sus contactos con capacidad de decisi¨®n en la concesi¨®n de los citados locales", se?ala la polic¨ªa.
Como fachada para el negocio utilizaron "abusivamente" el estudio de un arquitecto para el trabajaba Jos¨¦ Mar¨ªa M. C. Este hombre -quien tambi¨¦n, fue detenido, aunque luego fue puesto en libertad por la propia polic¨ªa- se encarg¨® de buscar a personas interesadas en ubicar su negocio en la estaci¨®n. Entre los comerciantes que capt¨® figuran clientes de un restaurante de la calle de Atocha al que acud¨ªa habitualmente.
Reuni¨®n de 'conseguidores'
La polic¨ªa dice que los estafadores cobraban a cambio de "influir" en entidades oficiales
Dos semanas despu¨¦s, la sospecha de que un timo rondaba la estaci¨®n pas¨® a mayores. Un hombre entrado en a?os, propietario de una empresa de decomisos en la zona de Atocha, se dirigi¨® al gerente de la estaci¨®n, Antonio L¨®pez Moreno. De modo amable, le pregunt¨® por su local. El gerente, sin salir de su asombro, le contest¨® que eso era imposible, ya que todos los establecimientos hab¨ªan sido adjudicados a los arrendatarios de la antigua Estaci¨®n Sur.El visitante, recuerda L¨®pez Moreno, le cont¨® angustiado que hab¨ªa pagado un mill¨®n y medio de pesetas para obtener un local que pensaba destinar a un locutorio telef¨®nico y un negocio de cambio de divisas. El dinero se lo hab¨ªa dado a un grupo de personas que hab¨ªa conocido en un bar de la calle de Atocha.
"Al escuchar eso pens¨¦ que le hab¨ªan timado y me pareci¨® todo muy extra?o", se?ala L¨®pez Moreno. En la calle de Atocha, s¨®lo unos pocos comerciantes estaban al tanto. Algo hab¨ªan o¨ªdo, pero prefer¨ªan callar. "Un timo siempre es una mala pasada", dijo uno.
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