"Se dan las circunstancias para una tregua de ETA"
Fue miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna (HB) desde su formaci¨®n hasta 1982 y de 1987 a 1996. Es abogado y licenciado en Filosof¨ªa y Letras, escritor, miembro de la Academia de la Lengua Vasca y parlamentario foral navarro por HB.Patxi Zabaleta naci¨® en Leitza hace 50 a?os y es una voz singular dentro del llamado Movimiento de Liberaci¨®n Nacional Vasco (MLNV). No fue la primera vez en que lo hizo pero, tras el asesinato del concejal del PP Miguel ?ngel Blanco, "reprob¨®" el crimen de ETA y formul¨® un llamamiento p¨²blico para abrir v¨ªas de di¨¢logo que eviten nuevas muertes. Considera que se atraviesa un momento inmejorable para que ETA decrete una tregua y cree que la composici¨®n de su actual Mesa Nacional, dos de cuyos integrantes -Floren Aoiz y Adolfo Araiz- son compa?eros de esca?o en Navarra, deber¨ªa ser "mucho m¨¢s plural" para recoger el sentir de los numerosos militantes que, como ¨¦l, ven las cosas con una sensibilidad espec¨ªfica.
Pregunta. El asesinato de Miguel ?ngel Blanco ha generado una gran ofensiva para aislar pol¨ªtica y socialmente a HB. ?A d¨®nde conducir¨¢ esa incipiente marginaci¨®n?
Respuesta. El eslogan del aislamiento contiene la semilla de la confrontaci¨®n civil. Afortunadamente, la sociedad es mucho m¨¢s sensata que buena parte de la clase pol¨ªtica y no va a seguir esa v¨ªa. Las llamadas al aislamiento social de HB est¨¢n condenadas al fracaso.
P. Usted rechaz¨® el asesinato del concejal popular y sienta junto a Floren Aoiz en el Parlamento de Navarra. ?Por qu¨¦ no condena HB un crimen como el de Blanco?
R. Yo no s¨®lo reprob¨¦ la muerte de Blanco, sino que puse toda la carne en el asador antes de que sucediese. Utilizar la palabra condena como elemento de diferenciaci¨®n pol¨ªtica es mitificar el t¨¦rmino. Netanyahu acaba de decirle a Arafat que las condenas no sirven. Tiene raz¨®n. Las condenas esconden muchas veces actitudes farisaicas que aprovechan pol¨ªticamente una muerte para ocultar una completa inactividad previa que podr¨ªa haberla evitado, como ha hecho el PP. ?se es el motivo. La propuesta de la Mesa de Ajuria Enea me parece equivocada y antidemocr¨¢tica. Muchas gentes en HB hemos reiterado que el dolor de esta confrontaci¨®n se extiende a todos. Es una frase dial¨¦cticamente dura, pero real.
P. Pero esa negativa a censurar cualquier actuaci¨®n de ETA desacredita a quienes desde HB exigen que se condene todo tipo de violencia.
R. Mire, hay dos ¨¦ticas diferentes: la conservadora, que subraya valoraciones, esto es bueno, esto es malo..., heredada de la ¨¦tica del m¨¢s rancio escolasticismo, del concepto de pecado, que se para ah¨ª, y la progresista, que es la que busca c¨®mo corregir situaciones, c¨®mo salir del atolladero marcando pautas de actuaci¨®n. La Mesa de Ajuria Enea y los pactos por la paz se han quedado anquilosados en la ¨¦tica del pecado.
P. ?Qu¨¦ le impide a la Mesa Nacional de HB pedir a ETA una tregua en su violencia terrorista como acaba de hacer el Sinn Fein respecto al IRA?
R. No estoy ahora en la direcci¨®n pol¨ªtica de HB y no s¨¦ por qu¨¦ no se produce esa petici¨®n, pero incluso cuando estuve en ella muchas veces consider¨¦ positiva esa posibilidad. Hace un a?o hubo un cese de actividad armada de ETA y yo dije que el cese no pod¨ªa ser considerado como una situaci¨®n de verdadera tregua, aunque fuese transitoria, porque Ortega Lara segu¨ªa secuestrado. Ahora estamos en unas circunstancias tremendamente positivas para que pueda haber una tregua, ya que no hay ning¨²n secuestro. Y yo pedir¨ªa que la tregua tuviese, adem¨¢s, rasgos de bilateralidad. Creo que hay que dar por agotada esa, ¨¦poca de largos secuestros no s¨®lo porque hayan acabado sin resultados, sino porque as¨ª se propicia una situaci¨®n m¨¢s favorable para el di¨¢logo.
P. Indudablemente, el asesinato del concejal Blanco ha hecho saltar por los aires la fr¨¢gil mayor¨ªa pol¨ªtica, institucional y social que hab¨ªa calado en Euskadi en pro del acercamiento de los presos. Esa muerte se ha convertido en su principal obst¨¢culo.
R. La verdad es que el PP sigue manteniendo las mismas tesis antes y despu¨¦s. Son los dem¨¢s partidos los que han sucumbido a su presi¨®n. IU, EA o el PNV padecen advertencias por haber roto esta nueva unidad. Un sentimiento popular muy enardecido lo explica, pero ese cambio no es sostenible a la larga. El PNV, EA o IU, por ejemplo, apoyaban convencidos el acercamiento de los presos. Por otro lado, la sensibilidad social respecto a esa demanda permanece, de modo que en unos meses la situaci¨®n volver¨¢ a ser la que era, ante la convicci¨®n social de la. flagrante injusticia que la dispersi¨®n genera como castigo a?adido, un castigo que no figura en el C¨®digo Penal ni existe en el Derecho comparado. Los presos del IRA, por ejemplo, siempre han estado en Irlanda.
P. ?C¨®mo explica el creciente n¨²mero de presos etarras y ex miembros de la banda que critican desde la propia c¨¢rcel y con extrema dureza a ETA?
R. Considero que esas cr¨ªticas no son siempre leg¨ªtimas porque se trata de personas que anteayer estaban en esa misma situaci¨®n sobre la que ahora lanzan los ep¨ªtetos m¨¢s ofensivos. Esa actitud de antropofagia de la propia historia, como en el caso de Soares Gamboa o el del propio Latasa, se debe explicar desde la psicolog¨ªa del converso.
P. Como buen conocedor de los entresijos del poder en HB y del funcionamiento de su Mesa Nacional, ?comparte la tesis de que la actual direcci¨®n de HB est¨¢ en manos de un colectivo sin proyecto pol¨ªtico propio y sometido al dictado de las pistolas etarras?
R. No. En la Mesa Nacional hay gentes muy inteligentes y pol¨ªticamente muy curtidas. Evidentemente, yo no estoy de acuerdo con la composici¨®n de la Mesa porque me parece que, no representa a todo el conjunto de personas que hay en la izquierda abertzale. Deber¨ªa ser mucho m¨¢s plural, sobre todo si ha de cumplir la funci¨®n de foro de debate, ya que de alguna manera no existe otro en HB. Yo echo en falta en la expresi¨®n p¨²blica de HB una voz que represente a toda esa gente, muy numerosa, que sintoniza con posturas como las m¨ªas u otras parecidas.
P. Usted parece gozar de un fuero especial en HB que le permite expresar su disenso tras haber sido apartado educadamente de la direcci¨®n.
R. No, no es cierto. En realidad, yo sal¨ª por vez primera de la Mesa Nacional en 1982 por discrepancias sobre la participaci¨®n en las instituciones. Despu¨¦s, en los debates internos de los a?os 1994-95, insist¨ª en mi ponencia erkide (militante) en la necesidad de dar prioridad y primac¨ªa al que hacer pol¨ªtico en HB, lo que obligaba a organizar la estructura interna democr¨¢ticamente de cara a ese objetivo en el que la izquierda abertzale tendr¨ªa una representatividad muy amplia.
P. ?C¨®mo explica el goteo de suicidios de presos de ETA e incluso de un dirigente de HB en los ¨²ltimos meses?
R. Me provocan una gran sorpresa y dudas sobre c¨®mo se han producido. Por ejemplo, el caso de losu Zabala, Basajaun, cuya familia insiste en los serios indicios de que no se suicid¨®, o el doloroso caso de Juan Carlos Hernando, Peli. En todo caso, aunque hubiesen sido suicidios, sobre todo en el caso de los presos, existir¨ªa una responsabilidad objetiva de las instituciones, derivada de la situaci¨®n de sufrimiento ps¨ªquico que se atraviesa. Las explicaciones de algunos medios sobre los momentos previos al suicidio, relativas al clima de profundo rechazo por parte de otros presos, aislamiento, etc¨¦tera, justifican a¨²n m¨¢s la oposici¨®n a la pol¨ªtica de dispersi¨®n, que genera consecuencias totalmente contrarias a los objetivos sobre los que presuntamente se apoyaba su justificaci¨®n.
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