Reaparece el autoritarismo conservador
El autor crit¨ªca la pol¨ªtica intervencionista del Gobierno en el sector de la informaci¨®n que, en su opini¨®n, sit¨²a de nuevo a Espa?a entre las naciones en que anida la incertidumbre pol¨ªtica.
Creo que resulta comprensible la extra?eza que manifiesta la comisi¨®n de la UE ante las ¨²ltimas decisiones que acaban de tomarse en Espa?a en relaci¨®n con la propiedad de una cadena privada de televisi¨®n.Semejante incomodidad es la exteriorizaci¨®n de una censura ante la manera a trav¨¦s de la que la derecha pol¨ªtica ha inundado repentinamente el escenario televisivo espa?ol. En la UE no se llevan a cabo este tipo de actuaciones. La rudeza y la brusquedad con la que se est¨¢ produciendo el Gobierno conservador espa?ol no son admisibles para los comunitarios. All¨ª, las formas de hacer pol¨ªtica y de consolidarse en el poder son m¨¢s sofisticadas y desde luego m¨¢s convivenciales y armoniosas.
El respeto a la reglas del juego adquiere una aceptaci¨®n que deja sentir se en todo momento y en toda la actividad pol¨ªtica.
Como entre nosotros las cosas casi nunca han sido as¨ª hasta hace poco tiempo se ven¨ªa dedicando un notorio esfuerzo a alterar el signo de la trayectoria hist¨®rica; el cometido que persegu¨ªamos era el de acercar nuestra manera de hacer pol¨ªtica a la que existe en esa zona del mundo, que para muchos de nosotros constitu¨ªa un destacado referente. El ¨¦xito alcanzado fue significativo, puesto que se tradujo en altas cotas de estabilidad y de convivencia civilizada, lo que redund¨® en un mayor respeto exterior, gracias al que Espa?a adquiri¨® un cr¨¦dito y un prestigio que hab¨ªa perdido en d¨¦cadas anteriores.
La paulatina desaparici¨®n de esta c¨¢lida circunstancia y de alguno de sus logros m¨¢s destacados constituye una de las claves de la actual situaci¨®n pol¨ªtica. Ala anterior etapa de estabilidad y progreso le est¨¢ siguiendo otra en la que de nuevo se nos sit¨²a entre aquellas naciones donde anida la incertidumbre pol¨ªtica.
Este mal emplazamiento no ocurre porque se haya acentuado el casticismo en nuestra sociedad, ni porque se haya incrementado la pretensi¨®n de defender los valores tradicionales al modo m¨¢s tradicional. Y mucho menos porque una parte de los habitantes de Espa?a desee alterar abrupta y radicalmente las relaciones sociales imprimiendo a las mismas tensiones v conflictos que fueron caracter¨ªsticos en tiempos y en escenarios bastante lejanos.
La derecha es la que, al romper las reglas del juego, nos lleva hasta el ventisquero. El riesgo y la incertidumbre los ocasiona el PP cuando, una y otra vez, por diferentes motivos, origina intensos vaivenes pol¨ªticos al llevar a cabo actuaciones vengativas y hostiles hac¨ªa cuantos considera que son sus oponentes.
Eso es lo que llama la atenci¨®n, lo que hace aparecer la turbulencia que preocupa al comisario Van Miert. En la UE no es concebible que los Gobiernos acosen a los grupos empresariales que act¨²an legalmente.
El gran espacio que queremos construir trata de facilitar el mejor desenvolvimiento de las iniciativas particulares, ampliando, para ello tanto la zona del mercado como la que obedece a razones de legitimidad social, reduciendo -en todo caso- aquella otra que responde a criterios arbitrarios.
Por eso sorprende observar c¨®mo el Gobierno del PP vulnera los principios que enf¨¢ticamente hab¨ªa pregonado, renunciando a democratizar desde el mercado para empe?arse en todo lo contrario: consolidar una posici¨®n de predominio con la que acentuar los rasgos monopolistas en un sector tan ind¨®mito como el de la informaci¨®n.
Eso es lo que preocupa en la UE, ver c¨®mo un Gobierno de Ia misma, un Gobierno de derechas, identifica y se?ala a algunos medios empresariales, haci¨¦ndoles objeto de una particular y obstinada persecuci¨®n pol¨ªtica.
Debido a ello, en el mundo de la comunicaci¨®n de Espa?a aparecen problemas de seguridad jur¨ªdica enteramente ajenos al esp¨ªritu y a las normas comunitarias cuya plasmaci¨®n entre nosotros conduce a una clara y cualitativa regresi¨®n democr¨¢tica.
En la capacidad para desencadenar esta inseguridad poco es lo que se ha transformado la derecha pol¨ªtica espa?ola. De la mano de los "niet¨ªsimos" (lo son Aznar y Villalonga) se est¨¢ produciendo una vertiginosa recuperaci¨®n del viejo y rancio autoritarismo. Frente a ¨¦l, otros valores y otras circunstancias quedan arrumbados. Aznar, Cascos, Rato y el propio Villalonga creen ante todo en el poder, en el ejercicio puro y duro del mismo, sacrificando ante ¨¦l cualquier otro tipo de planteamiento; por lo que pretenden conseguirlo a cualquier precio: a golpe de talonario. Eso es lo ¨²nico que ha tenido de comercial y de empresarial la operaci¨®n de adquisici¨®n de Antena 3.
El resto es de sobra conocido: utilizaci¨®n de medios p¨²blicos, presiones, concentraciones medi¨¢ticas, despilfarro de recursos, expolio de una parte del dividendo junto con compromisos de efectuar modificaciones legislativas por quien carece de legitimaci¨®n para adquirirlos.
Y frente a todo esto, un accionista, masivo y popular, al que se le llam¨® la Compa?¨ªa Telef¨®nica Nacional de Espana para que con su ahorro contribuyera a la realizaci¨®n de un esfuerzo serio y profesional en el ¨¢mbito econ¨®mico y que ve c¨®mo, de la noche a la ma?ana, aqu¨¦llos que fueron designados por el Gobierno dilapidan repentinamente m¨¢s de 200.000 millones de pesetas con el ¨²nico objetivo de favorecer pol¨ªticamente a quienes los nombraron, permiti¨¦ndoles a cambio el que de esta forma se asienten m¨¢s contundentemente en el poder.
Todo ocurre con el apoyo activo de otros medios de comunicaci¨®n vinculados a la derecha, en los que expresiones como las de "donde las dan las toman" y el "desquite" son exponentes de la verbalizaci¨®n de un subconsciente belicoso e intransigente que, d¨ªa a d¨ªa, deja ver con claridad su protagonismo.
La voracidad de poder que experimentan en el Gobierno del se?or Aznar hace que hoy vivamos ante un nuevo autoritarismo, que trasciende a los intereses del grupo empresarial que m¨¢s directamente lo padece.
Nos encontramos ante un golpe que afecta al modo democr¨¢tico de hacer pol¨ªtica, llevado a cabo desde el Gobierno de Espa?a, que no ha dudado en emplear, de forma espuria, diferentes poderes econ¨®micos con el exclusivo prop¨®sito de aferrarse al poder y de conseguir, mediante el uso abusivo del mismo, lo que los ciudadanos en un proceso democr¨¢tico y limpio recientemente le negaron en las urnas.
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