S¨ª a La Salve

LA PROCESI?N de La Salve el 14 de agosto en San Sebasti¨¢n es una tradici¨®n civil y religiosa, y como tal es perfectamente revisable y discutible su celebraci¨®n. Otras costumbres similares han ca¨ªdo en desuso por una raz¨®n u otra, lo que es normal en una sociedad abierta en evoluci¨®n que adopta nuevos h¨¢bitos y olvida otros.Pero es un hecho que La Salve no se ha celebrado en los dos ¨²ltimos anos porque en los anteriores el acto se hab¨ªa visto sistem¨¢ticamente saboteado por los violentos del entorno de ETA y HB. Durante a?os, las autoridades y los ciudadanos donostiarras que quer¨ªan participar en este acto se vieron sometidos a todo tipo de agresiones por parte de quienes intentan arrebatar la calle a los dem¨®cratas. Lo consiguieron en este caso. Convirtieron La Salve en una fecha fija para la algarada y el vandalismo. Esto indujo al alcalde socialista de San Sebasti¨¢n, Od¨®n Elorza, a anular el acto c¨ªvico para acallar a los inc¨ªvicos.

Es muy triste que los partidos democr¨¢ticos en el Ayuntamiento no hayan apoyado un¨¢nimemente la reanudaci¨®n el pr¨®ximo d¨ªa 14 de una tradici¨®n cuya interrupci¨®n es una victoria de los violentos. M¨¢s triste a¨²n es que, como parece ser el caso, el alcalde no asuma la responsabilidad que finalmente recae sobre ¨¦l y se decante por la nueva suspensi¨®n de los actos. ?l y quienes le apoyan en la decisi¨®n se adhieren de hecho a la postura de HB y su ya habitual compa?ero de viaje, IU.

Al Ayuntamiento le puede ser m¨¢s c¨®modo que no se celebre La Salve. Pero la comodidad suele ser incompatible con el coraje c¨ªvico y la responsabilidad pol¨ªtica. Elorza puede ahora alegar que se trata de un "pase¨ªllo anacr¨®nico". Pero en realidad es una magn¨ªfica ocasi¨®n de demostrar que se han acabado los tiempos en que HB y sus huestes de v¨¢ndalos dictaban el programa de las fiestas populares. La Salve podr¨ªa ser una demostraci¨®n masiva de ciudadan¨ªa. Y la Ertzaintza tiene medios para garantizar su celebraci¨®n. Y para poner a disposici¨®n judicial a quienes provoquen, inciten y cometan agresiones y causen da?os. Incluidos los portavoces radicales que convocan a la violencia y no suelen mancharse las manos con los c¨®cteles m¨®lotov. La cancelaci¨®n de La Salve ser¨ªa, de hecho, una derrota de la ciudadan¨ªa.