Gobernar la globalizaci¨®n
Latinoam¨¦rica y el Caribe pueden y deben elegir un nuevo rumbo para consolidar la paz, la democracia y el desarrollo ante el peligro emergente de modelos econ¨®micos sin justicia, sin igualdad y sin solidaridad.
Gobernar la globalizaci¨®n es el nombre de la Declaraci¨®n de la Cumbre para el Desarrollo Pol¨ªtico y los Principios Democr¨¢ticos que se celebr¨® en Brasilia en julio con la participaci¨®n del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso; del director general de la Unesco, Federico Mayor, y de m¨¢s de 150 intelectuales y pol¨ªticos de la regi¨®n de Am¨¦rica latina y el Caribe.Esta cumbre regional fue el punto culminante de cinco laboratorios de an¨¢lisis social y pol¨ªtico desarrollados por iniciativa de la Unesco los ¨²ltimos dos a?os, y destinados a reflexionar sobre una nueva cultura pol¨ªtica para el nuevo siglo que inclu¨ªa temas fundamentales como ¨¦tica y pol¨ªtica; cultura y desarrollo; globalizaci¨®n y desarrollo; diversidad, integraci¨®n y orden social, y democracia y renovaci¨®n pol¨ªtica.
El consenso de Brasilia estableci¨® que, frente al proceso de globalizaci¨®n, Am¨¦rica latina y el Caribe han oscilado entre la adaptaci¨®n pasiva y la tentaci¨®n aut¨¢rquica. Estamos asistiendo a una revoluci¨®n cautelosa, un proceso de maduraci¨®n intelectual y social que busca recuperar el crecimiento econ¨®mico para asociarlo con la igualdad y la justicia social, preservando la sustentabilidad ambiental. Sin ignorarla, pero sin someterse a ella, nuestros pueblos tienen ante s¨ª la tarea de gobernar esta globalizaci¨®n. Este complejo proceso de gobernar la globalizaci¨®n es, sin embargo, dif¨ªcil. Al abrir la Cumbre, el presidente de Brasil se?al¨®, por ejemplo, la imposibilidad de poner en marcha un mecanismo real de decisi¨®n o un instrumento institucional que permita controlar esa complejidad, especialmente en lo que se refiere al volumen de las transacciones financieras internacionales. El presidente Cardoso cit¨® el caso del propio Banco Mundial, que dispone de recursos casi similares a los del Banco de Desarrollo Social de Brasil, lo que est¨¢ demostrando que, hoy en d¨ªa, la suma de las fuerzas propias de cada pa¨ªs hacen casi imposible pensar en cualquier mecanismo internacional regulador. En este sentido, subray¨® que no hay, ni puede haber, un ¨¢mbito institucional que pueda asumir esa misi¨®n. Gobernar la globalizaci¨®n es un cambio de responsabilidad compartida que compromete a todos los actores sociales. En el contexto internacional actual parece necesario adoptar un nuevo pacto de gobernabilidad global que implique un nuevo contrato moral por la paz, un nuevo acuerdo sobre la equidad en materia de flujos econ¨®micos internacionales, el control de la especulaci¨®n financiera y la democratizaci¨®n de las comunicaciones. Esto permitir¨¢ construir un orden de desarrollo compartido para liberar. a la humanidad de las ruinas sociales de la pobreza y la desigualdad.
El pacto deber¨ªa ser la expresi¨®n de un di¨¢logo fecundo entre unos pocos que disfrutan de la modernidad y la inmensa mayor¨ªa que ha sido excluida de ella. Su realizaci¨®n significar¨ªa el reconocimiento de la necesidad de otra modernidad, en la cual las diversidades que componen nuestros mestizajes puedan reconocerse en igualdad de condiciones y donde puedan desarrollarse las capacidades humanas fundamentales. Para conquistar este pacto, Latinoam¨¦rica y el Caribe deben integrar todas sus potencialidades. Si la regi¨®n ya aprendi¨® que los mercados competitivos son indispensables para desatar las energ¨ªas de crecimiento econ¨®mico, ahora aprende que ni la igualdad social ni la estabilidad pol¨ªtica son bienes que se obtienen en el mercado. La reconstrucci¨®n democr¨¢tica del Estado debe estar sustentada en y por los ciudadanos, verdaderos protagonistas de la democracia, y basada en la reivindicaci¨®n de una pol¨ªtica austera, responsable y de profundas convicciones ¨¦ticas.
Los principios democr¨¢ticos se expresan hoy como pol¨ªtica de la inclusi¨®n, lo que exige de nosotros al menos ocho compromisos: el primero, desterrar la corrupci¨®n de la pol¨ªtica; el segundo, resolver los conflictos de intereses dentro de los pa¨ªses, en democracia y por la v¨ªa del di¨¢logo y la negociaci¨®n; el tercero, detener el armamentismo, especialmente el de alta tecnolog¨ªa, propiciado por los pa¨ªses productores de armas, y proscribir la guerra como forma de soluci¨®n de disputas fronterizas; el cuarto, procurar la seguridad y la paz para todos; el quinto, darle prioridad a la infancia y a la juventud en la soluci¨®n de los problemas sociales; el sexto, eliminar la impunidad de las autoridades p¨²blicas y de todos los poderes f¨¢cticos, y propiciar la capacidad de los ciudadanos para ejercer el debido control del poder; el s¨¦ptimo, impartir educaci¨®n para todos a lo largo de toda la vida, garantizando la igual calidad de la misma, y el octavo, conservar el medio ambiente, la biodiversidad y la calidad de la vida urbana.
Latinoam¨¦rica y el Caribe pueden y deben elegir un nuevo rumbo para consolidar la paz, la democracia y el desarrollo ante el peligro emergente de modelos econ¨®micos sin justicia, sin igualdad y sin solidaridad. En este sentido, la Cumbre de Brasilia formul¨® un llamado a los dirigentes de nuestros pa¨ªses para poner en pr¨¢ctica estos ocho compromisos de cambio y responsabilidad compartida. Porque gobernar la globalizaci¨®n requiere l¨ªderes capaces de reflexi¨®n, voluntad y compromiso ¨¦tico. Reflexi¨®n, para comprender la creciente complejidad social y construir nuevos senderos para la vida en com¨²n. Voluntad pol¨ªtica para asumir el riesgo y la responsabilidad moral del cambio. Compromiso ¨¦tico para mejorar la calidad de la pol¨ªtica y ponerla al servicio de la gente.
Federico Mayor se?al¨® en su intervenci¨®n que "la globalizaci¨®n de los sistemas productivos debe ir acompa?ada de los correspondientes sistemas correctivos, de instituciones nacionales e internacionales que deben no s¨®lo ser adaptadas, sino que deben anticiparse. La capacidad de anticipaci¨®n, esta fuerza prospectiva, es esencial para la democracia frente a lo urgente y lo inmediato". ?ste es el reto de hoy
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