La Casa de Campo se queda sin el sistema antiincendios que inutiliz¨® la riada de 1995
A ojo. As¨ª se detectan los incendios en la Casa de Campo, el mayor parque de la ciudad: 1.221 hect¨¢reas y unos 100.000 visitantes diarios en verano. Y ello a pesar de que, hace dos a?os, se instal¨® a prueba una moderna tecnolog¨ªa de lucha contra el fuego: c¨¢maras de rayos infrarrojos, instaladas sobre torretas. La riada del verano de 1995 lo inutiliz¨® y la burocracia, los problemas de implantaci¨®n y la falta de inter¨¦s se han aliado para impedir la reposici¨®n del nuevo dispositivo, llamado Bosque. El parque, vigilado desde dos torres, ha sufrido cuatro fuegos este verano.
El agua, que desbord¨® el lago de la Casa de Campo e inund¨® la M-30, dej¨® inservibles los modernos equipos antiincendios reci¨¦n instalados. El operador que los manejaba tuvo que salir a nado del centro de control.Al a?o siguiente no se hab¨ªa repuesto el dispositivo, por culpa de los problemas burocr¨¢ticos derivados del desastre acu¨¢tico: el Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros tard¨® en pagar la indemnizaci¨®n por los da?os ocasionados. Ahora el Ayuntamiento, que no a desembolsado una peseta, justifica la ausencia de los infrarrojos en que el sistema, ideado por la Empresa Nacional Baz¨¢n a partir de tecnolog¨ªa militar, "tiene deficiencias que se est¨¢n perfeccionando".
El director de la F¨¢brica de Artiller¨ªa de Baz¨¢n (donde se construye el Bosque), Luis Abad, reconoce algunos problemas en la aplicaci¨®n del sistema, pero se?ala que son subsanables. La principal deficiencia de las c¨¢maras de infrarrojos en la Casa de Campo es su dificultad para detectar los fuegos en algunas vaguadas que quedan fuera del alcance de las c¨¢maras. Esta carencia puede aliviarse de dos maneras, seg¨²n el responsable de Baz¨¢n: con m¨¢s ojos electr¨®nicos en nuevas ubicaciones o con torretas m¨¢s altas. Y eso supone un coste adicional a los 30 millones de pesetas previstos inicialmente.
"No hay que mejorar el sistema en s¨ª, sino su implantaci¨®n en la Casa de Campo, pero la pelota est¨¢ en el tejado del Ayuntamiento. Ellos deben decidir si quieren o no que lo instalemos otra vez", asegura el director de la F¨¢brica de Artiller¨ªa de Baz¨¢n.
Sin embargo, la reimplantaci¨®n del sistema de infrarrojos amenaza con quedarse en agua de borrajas. ."No vamos a embarcarnos en esa aventura mientras no est¨¦ claro que da los resultados que necesitamos", aseguran en el departamento municipal de Parques y Jardines. "A lo mejor no es el mejor dispositivo para un lugar como la Casa de Campo", a?aden. En Baz¨¢n no tiran la toalla, pero creen que el Ayuntamiento ya no est¨¢ interesado en su invento. El Bosque es una aplicaci¨®n civil de la tecnolog¨ªa militar. Para descubrir los incendios utiliza la detecci¨®n de calor, mediante rayos infrarrojos, que emplea el sistema antimisiles Meroka, instalado en varios buques de la Armada. El Bosque ya se ha implantado en lugares como Collserola (Barcelona) o Despe?aperros (Ja¨¦n). Una persona puede controlarlo.
La cadena de problemas provoca que este verano se mantenga una vigilancia tradicional contra los incendios, a cargo de una empresa privada que cobra 19 millones por temporada (de mayo a octubre). Sus operarios controlan con prism¨¢ticos desde dos torretas (una en Somosaguas otra en Garabitas). En el parque, que dispone de 138 kil¨®metros de cortafuegos, se realizan siegas para disminuir el riesgo de fuego, y hay un ret¨¦n de incendios diurno, seg¨²n Parques y Jardines.
En laCasa de Campo se han producido cuatro peque?os fuegos y se han quemado 4.200 metros cuadrados de pastos este verano. El a?o pasado se registraron 10 fuegos peque?os.
El Gobierno regional tambi¨¦n renuncia a las novedades
El mal del ojo electr¨®nico no es exclusivo del Ayuntamiento. El Gobierno regional, que el a?o pasado anunci¨® la inversi¨®n de 500 millones de pesetas para que todos los parques de la Comunidad tuvieran ojos electr¨®nicos (vigilancia por rayos infrarrojos para detectar los incendios), a¨²n no ha dado ning¨²n paso para cumplir ese proyecto.El plan de la Consejer¨ªa de Presidencia preve¨ªa instalar un sistema de sensores t¨¦rmicos y c¨¢maras de v¨ªdeo (una tecnolog¨ªa similar a la del sistema Bosque que no acaba de implantarse en la Casa de Campo) para vigilar una masa forestal de 350.000 hect¨¢reas. Tres grandes parques naturales (Pe?alara, cuenca alta del Manzanares y Sureste) ser¨ªan los principales beneficiados (ver EL PA?S de 29 de junio de 1996). Pero tanto los parques como el resto de la superficie forestal (400.000 hect¨¢reas en total, la mitad arboladas) siguen sin alta tecnolog¨ªa contra el fuego, reconocen en el Gobierno regional. El coste elevado y las dudas sobre la operatividad del sistema han frenado la implantaci¨®n, explican.
El Ejecutivo regional dedica este a?o 891 millones de pesetas a la vigilancia y extinci¨®n de incendios, seg¨²n la Direcci¨®n General de Protecci¨®n Ciudadana. Un total de 1.023 personas se ocupan de esta tarea (697 bomberos profesionales, 225 auxiliares contratados para la ocasi¨®n y 101 vigilantes). Ocho helic¨®pteros est¨¢n listos para lanzar agua.
De momento, los efectivos regionales no han debido aplicarse a fondo. El mes de julio, pr¨®digo en lluvias y con temperaturas m¨¢s bajas de lo normal, ha tra¨ªdo escasos incendios: ardieron 9,8 hect¨¢reas, la mayor¨ªa de rastrojos. Una cifra inferior a la del caluroso mes de marzo (13,7 hect¨¢reas da?adas por las llamas). En los siete primeros meses del a?o se han quemado 31,5 hect¨¢reas, de las que s¨®lo tres eran arboladas.
Los buenos datos de julio no conjuran el peligro que acecha hasta septiembre. "El riesgo ser¨¢ m¨¢ximo si, como se espera, las temperaturas se mantienen altas", pronostican en Protecci¨®n Ciudadana. La abundancia de lluvias ha provocado un fuerte crecimiento de la vegetaci¨®n en las zonas forestales. De ah¨ª que se deba extremar la prudencia.
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