La carretera
DESDE EL 1 de julio hasta el pasado domingo, 688 personas han perdido la vida en accidentes de circulaci¨®n en Espa?a. Las carreteras espa?olas contin¨²an figurando entre las de mayor ¨ªndice de siniestralidad pese a que en los ¨²ltimos siete a?os el n¨²mero de accidentes con v¨ªctimas mortales se redujo en un 40%. Desde el 1 de enero han fallecido 2.500 personas en nuestras carreteras. Un estudio de 1992 situaba a Espa?a en tercer lugar en siniestralidad -486 v¨ªctimas por cada mill¨®n de veh¨ªculos-, muy por encima de las 250 de Alemania o las 175 del Reino Unido. Francia es tambi¨¦n uno de los pa¨ªses con m¨¢s accidentes: m¨¢s de 8.000 v¨ªctimas en 1994, unas 350 por cada mill¨®n de coches.Tan s¨®lo en el fin de semana del 15 de agosto, 66 personas fallecieron en los 52 accidentes habidos. Entre las v¨ªctimas que se han a?adido esta semana a la siniestra estad¨ªstica figuran las 13 personas que han perecido en dos accidentes de autocar: seis personas el lunes, cerca de Madrid, y siete m¨¢s ayer, en Almer¨ªa. El conductor del veh¨ªculo siniestrado en este ¨²ltimo accidente, herido de menor consideraci¨®n, ha reconocido que la causa del suceso fue un despiste ocasionado por la conversaci¨®n que manten¨ªa con algunos viajeros.
Los accidentes de autob¨²s alarman especialmente, pero la estad¨ªstica demuestra que es, con el avi¨®n, el m¨¦todo de transporte m¨¢s seguro. S¨®lo muy excepcionalmente se producen accidentes colmo el de hace algunos a?os en Torreblanca, el vuelco de un autob¨²s que, ocasion¨® 46 muertos. A ra¨ªz de aquel siniestro se establecieron una serie de medidas, la principal de las cuales era hacer obligatorio para los autobuses de nueva construcci¨®n un sistema de soportes entre el techo y el cuerpo del veh¨ªculo que evitase el efecto acorde¨®n producido en caso de vuelco. Ninguno de los dos autocares siniestrados esta semana, fabricados ambos antes de 1994, contaba con ese sistema, que hubiera evitado el aplastamiento de las v¨ªctimas por el techo, causa principal de los fallecimientos.
Una incidencia importante en estas coincidencias tr¨¢gicas es que estamos en el mes de mayor transporte de viajeros del a?o y de m¨¢xima circulaci¨®n de veh¨ªculos de todas clases. Deb¨ªa ser una raz¨®n m¨¢s para vigilar todas las medidas abundantemente dictadas por las leyes generales y por las de cada comunidad para que los autobuses y sus conductores re¨²nan todas las condiciones posibles de seguridad. Sin embargo, muchos de los accidentes vacacionales se producen en desplazamientos cortos, una vez en el lugar de destino, y no en el desplazamiento principal. Estudios realizados por la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico demuestran que un porcentaje alt¨ªsimo de los accidentes con v¨ªctimas se producen de madrugada, afectando especialmente a personas j¨®venes, y que con frecuencia se ocasionan como consecuencia de la ingesti¨®n de bebidas alcoh¨®licas.
La tentaci¨®n de buscar culpables ante cada desgracia forma parte de la naturaleza humana, por mucho que no siempre sea posible identificar las causas o establecer las responsabilidades personales en los accidentes o cat¨¢strofes. Pero seguramente no hay en la Uni¨®n Europea actual una cat¨¢strofe tan grave como la que suponen, los accidentes de tr¨¢fico, que cuestan cada a?o unos 50.000 muertos: medio mill¨®n en una d¨¦cada, m¨¢s que el doble de las v¨ªctimas de guerras tan mort¨ªferas como la que ha asolado a la antigua Yugoslavia en esta d¨¦cada, por ejemplo. Frente a una sangr¨ªa tan descomunal no es posible la resignaci¨®n. El estudio de las circunstancias de cada siniestro, con vistas a reducir los riesgos en el futuro, sigue siendo una de las tareas m¨¢s necesarias de las autoridades. No para encontrar culpables, sino para evitar v¨ªctimas, incluso de la propia imprudencia.
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