La bruja Piruja en las Vistillas
Gentes de toda condici¨®n hacen cola ante las pitonisas que adivinan el futuro en la Muralla ?rabe
"Se introduce la foto del ser amado en un bote y mientras se agita hay que decir "Pepe, vuelve a m¨ª". Esta es una forma de hacer un conjuro amoroso, seg¨²n Maribel Mu?oz, una empleada de la agencia de viajes de unos grandes almacenes madrile?os. La veintea?era, acompa?ada de su ex novio Manuel, hace cola ante las pitonisas de la Muralla ?rabe que todas las noches, hasta la hora bruja, tratan de predecir el futuro a quienes no tienen paciencia para esperarlo." ?Y Pepe volvi¨®?", pregunta intrigado un estudiante que tambi¨¦n aguarda turno en esta calurosa noche de agosto. Se escuchan risas entre, la veintena de personas, en su mayor¨ªa mujeres, que espera los augurios. La edad media del grupo no llega a los 30 a?os y la mayor parte tiene estudios superiores y est¨¢ firmemente convencida de que le pueden vaticinar detalles sobre el porvenir.
Maribel mantiene un romance con un deportista madrile?o muy conocido. No puede revelar el nombre, pero informa que ¨¦l tiene novia, y ella quiere saber c¨®mo va a terminar su affaire. Ni la lectura de manos ni el tarot la sacan de dudas. El ¨²nico acierto de la noche est¨¢ relacionado con su salud. "Tienes falta de hierro y calcio", le dice la cibila y profesora de piedras sagradas Alicia del Lama. "?C¨®mo lo sabes?", exclama impresionada Maribel, a la que el d¨ªa anterior le han diagnosticado anemia.- "Nena, si no hay m¨¢s que verte, no llegas ni a 40 kilos", se?ala su ex novio y "¨¢ngel de la guarda", como ¨¦l mismo se define.
En la cola, la gente se ha animado a contar sus experiencias. Los accidentes, a tenor de los testimonios, son uno de los t¨¦mas m¨¢s recurrentes en el campo de la adivinaci¨®n. Ana, de 18 a?os, estudiante de Pedagog¨ªa, relata un caso de destino cruel y predicci¨®n con efecto retardado: "A un compa?ero de facultad le dijeron la hora y el d¨ªa exacto en que iba a sufrir un atropello. Se qued¨® en casa, y fue atropellado la semana siguiente". Esther, periodista leridana de vacaciones en Madrid, fue subyugada mientras realizaba un reportaje sobre el tema. "Yo era esc¨¦ptica, pero una maga me ley¨® la mano y me habl¨® de una desgracia y un ingreso de dinero. A los pocos meses, un cami¨®n me golpe¨® por detr¨¢s y recib¨ª una indemnizaci¨®n de medio mill¨®n de pesetas".
Carmen, una mujer que se autodefine como superracional e hiperanal¨ªtica, no alberga ninguna duda sobre los aciertos en las predicciones. "A m¨ª me han acertado cosas muy concretas. Tengo una perra y una adivina predijo con exactitud el n¨²mero de perros de la camada, cu¨¢ntos iban a morir y qu¨¦ enfermedades iban a padecer cada uno de los cachorros".
En la Muralla trabajan tres adivinas y un pitoniso. Van vestidos como la ocasi¨®n exige. La m¨¢s elegante es Alicia del Lama, que recibe con el traje de ceremonia hind¨² y lleva una diadema de medallas doradas que indican "que miesp¨ªritu ha dominado a la materia", explica muy seria. Cada uno de ellos atiende una media de 15 personas cada noche. Son consultas r¨¢pidas y cobran la voluntad. Alicia explica que son las cuestiones amorosas las que m¨¢s preocupan a los madrile?os; despu¨¦s, el trabajo, y a bastante m¨¢s distancia, la salud.
Hace tres meses se ha ?inaugurado en la calle de la Reina Medium, un pub esot¨¦rico al que no le falta detalle: velas, brujas, lunas, soles, una b¨®veda que imita al. firmamento y cuadros con los signos del hor¨®scopo. Su due?o, Juan Louzao, obsequia a sus clientes con la lectura del tarot abreviada, s¨®lo tres cartas. Louzao es psic¨®logo y comenta que advirti¨® de sus poderes cuando era un ni?o porque acertaba los n¨²meros de todas las rifas. A los 16 a?os, un accidente de moto le dej¨® en coma -10 d¨ªas, y cuando despert¨® su percepci¨®n sensorial, afirma, se hab¨ªa incrementado notablemente. Una joven le pide que le eche las cartas. "?C¨®mo ser¨¢ mi futuro?", pregunta. Juan levanta un naipe y aparece un sol. La mira fijamente a los ojos y le contesta, "Cojonudo".
Uno de los locales m¨¢s ocultos de Madrid es La Cripta M¨¢gica. No figura en ninguna gu¨ªa y, para mayor dificultad, se exige una contrase?a para entrar. Est¨¢ en un s¨®tano de la calle de San Hermenegildo. Permanece cerrado. S¨®lo puede abrirlo un sencillo conjuro...
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