El precio de la discordia

El precio del algod¨®n se ha convertido en el arma que todos esgrimen para defender sus posturas. La totalidad de las partes implicadas aceptar¨ªan. 145 pesetas por kilo, m¨¢s portes (2,55 pesetas), m¨¢s el 4% de IVA. Una cifra que est¨¢ lejos de las 166 pesetas por kilo de la campa?a anterior.No obstante, el abanico de pron¨®sticos sobre cu¨¢l ser¨¢ el precio final es amplio, sobre todo porque cualquier cuenta parte de estimaciones de cosechas. El c¨¢lculo m¨¢s pesimista es el de UAGA-COAG, que lo coloca en poco m¨¢s de 104 pesetas por kilo.

Bastante m¨¢s optimista es la patronal Asaja, que sostiene que incluso podr¨ªa llegar a las 145, teniendo en cuenta los elevados precios del mercado internacional y la subida del d¨®lar. Bruselas, sin embargo, lo estima en 123 pesetas, utilizando como base los datos del Ministerio de Agricultura.

Todas estas cifras est¨¢n realizadas con criterios "pol¨ªticos y no econ¨®micos", seg¨²n UAGA, que sospecha de un intento del Gobierno para intentar tranquilizar artificialmente al sector con sus c¨¢lculos.

En cualquier caso, lo que UAGA-COAG pretende transmitir es que con estos precios, los peque?os agricultores van a tener serios problemas econ¨®micos.

Y lo justifica con un ejemplo: "Producir una hect¨¢rea de algod¨®n tiene unos costes de 350.000 pesetas entre siembra, pl¨¢sticos, abonos y recolecci¨®n y con la media de los precios estimados sobre unos rendimientos de 3.300 kilos por hect¨¢rea se obtendr¨ªan 437.000 pesetas". "?C¨®mo puede un agricultor vivir un a?o con "la rentabilidad de 87.000 pesetas?", se preguntan los integrantes de la asociaci¨®n agraria.

Octavillas an¨®nimas

"Otra cosa", ironizan sin utilizar nombres, "es lo que plantea Asaja, que tiene asociados con 100 hect¨¢reas. De acuerdo a los mismos n¨²meros, ¨¦sos que tienen apellidos conocidos obtendr¨ªan ocho millones de pesetas. Es decir, nosotros gazpacho; ellos, de veraneo".

La pol¨¦mica de los precios rond¨® ayer entre los algodoneros antes de iniciar las movilizaciones. Y es que, seg¨²n responsables de la organizaci¨®n UAGA-COAG, la confusi¨®n ha empezado, a cundir en los agricultores. Sobre todo despu¨¦s que el viernes, la, mayor parte de los pueblos del Bajo Guadalquivir, principales productores de algod¨®n, apareciesen inundados con octavillas poniendo en duda el precio anunciado por la organizaci¨®n agraria.

Aunque estas octavillas eran an¨®nimas, los manifestantes no ten¨ªan dudas del autor: Asaja.