La mili forzosa ser¨¢ reinstaurada si el Ej¨¦rcito no logra reclutar suficientes soldados voluntarios
El servicio militar obligatorio, que el Gobierno se ha comprometido a suprimir en el a?o 2003, ser¨¢ reinstaurado si los ej¨¦rcitos no consiguen reclutar suficientes soldados voluntarios. El entonces director general de Pol¨ªtica de Defensa, el teniente general V¨ªctor Suances, calific¨® esta hip¨®tesis como "la m¨¢s remota, pero la m¨¢s peligrosa", cuando en febrero pasado compareci¨® a puerta cerrada ante la ponencia parlamentaria sobre profesionalizaci¨®n de las Fuerzas Armadas. El proyecto del Gobierno no pasa por suprimir la mili forzosa, lo que obligar¨ªa a modificar la Constituci¨®n, sino por suspenderla.
"La capacidad de disponer del n¨²mero de voluntarios suficientes es un problema m¨¢s peliagudo [que la falta de medios materiales]. No olvidemos que Espa?a tiene una experiencia muy negativa en este campo, y aunque las circunstancias sociopol¨ªticas y las condiciones de vida en los ej¨¦rcitos de los siglos XIX y comienzos del XX eran muy diferentes a las actuales, la realidad es que todos los intentos que surgieron en este per¨ªodo para sustituir el servicio militar obligatorio por el voluntario fracasaron por falta de aspirantes", explic¨® Suances a los parlamentarios."Los datos [de aspirantes a soldado profesional] disponibles de estos ¨²ltimos a?os son, afortunadamente, distintos, pero no hay que cantar victoria. Han de tomarse con la debida precauci¨®n [ ... ]. En este momento, no supone ning¨²n problema, pero pensemos en el futuro, pensemos en las cifras que se est¨¢n barajando, de 100.000 a 130.000 hombres... Para mantener el ritmo de aspirantes preciso es imprescindible una actitud general de la sociedad diferente a la que se ha vivido en los ¨²ltimos a?os", concluy¨® el teniente general.
El a?o pasado, el Ministerio de Defensa convoc¨® 8.404 plazas de tropa y mariner¨ªa profesional, a las que se presentaron 51.252 aspirantes. En teor¨ªa, hubo seis peticionarios por plaza, m¨¢s que suficiente para seleccionar a los mejores. La realidad no es exactamente as¨ª, ya que algunas plazas recibieron hasta diez solicitudes y otras, ni siquiera dos.
La cifra de 50.000 aspirantes debe ser, adem¨¢s, dr¨¢sticamente reducida. Al realizarse varias convocatorias a lo largo del a?o se calcula que en tomo a un 25%, son repetidores. Adem¨¢s, m¨¢s del 10% de los solicitantes ni siquiera se presenta a las pruebas, otro 10% no re¨²ne el nivel cultural m¨ªnimo exigido y, entre los aprobados, hay un n¨²mero significativo de renuncias. Ello explica que, al final del proceso, casi el 20% de las plazas ofertadas en 1996 quedasen vacantes.
El general Manuel Lara Cimadevilla, jefe de la Fuerza de Acci¨®n R¨¢pida (FAR), la unidad de. ¨¦lite del Ej¨¦rcito, explic¨® ante la ponencia parlamentaria que los 500 soldados te¨®ricamente incorporados a la Brigada Paracaidista quedaron reducidos a 380 tras los reconocimientos m¨¦dicos y antes de la realizaci¨®n del cursillo de paracaidismo, en el que se suele producir otro 10% de bajas. La consecuencia de ello es que la FAR s¨®lo tiene un 42% de tropa profesional sobre su plantilla total; "es decir, que nos falta m¨¢s de la mitad de la plantilla por cubrir y es la unidad del Ej¨¦rcito con mayor grado de profesionalizaci¨®n", concluy¨®.
El Objetivo de Fuerza Conjunto que el ministro de Defensa, Eduardo Serra, se propone presentar este mes ante el Congreso, prev¨¦ que las Fuerzas Armadas cuenten en el a?o 2003 con 120.000 soldados o marineros voluntarios. Para llegar a esta cifra de efectivos, habr¨¢ que contratar¨¢ 80.000 nuevos profesionales en el pr¨®ximo lustro, a raz¨®n de m¨¢s de 15.000 anuales.
"Este objetivo presenta grandes interrogantes sobre el grado de aceptaci¨®n que tendr¨¢ el modelo entre los j¨®venes, pues aunque las estad¨ªsticas actuales nos indican un alto n¨²mero de aspirante por plaza, su mantenimiento durante varios a?os puede originar problemas de captaci¨®n en cantidad y calidad, sobre todo si no se incentiva suficientemente", advirti¨® a la comisi¨®n parlamentaria el jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito de Tierra, Jos¨¦ Faura.
El proceso debe despegar en 1998. El proyecto de Presupuestos Generales del Estado prev¨¦ la contrataci¨®n de entre 10.000 y 12.500 nuevos soldados durante el a?o pr¨®ximo; lo que, unido a la reposici¨®n de las bajas, supondr¨¢ ofertar no menos de 15.000 plazas de tropa y mariner¨ªa profesional, el doble que en 1997.
La profesionalizaci¨®n se realizar¨¢, adem¨¢s, en el momento en que los indicadores demogr¨¢ficos son m¨¢s negativos, debido a la fuerte ca¨ªda del ¨ªndice de natalidad de la poblaci¨®n espa?ola que se produjo en la d¨¦cada de los ochenta. Los m¨¢s de tres millones de j¨®venes de ambos sexos de 15 a 19 a?os que hab¨ªa en 1995 se reducir¨¢n a poco m¨¢s de dos millones en el 2.005.
Los expertos consideran, pese a todo, que la Fuerzas Armadas no deber¨ªan tener problemas para reclutar soldados mientras Espa?a mantenga su alt¨ªsimo ¨ªndice de desempleo entre los j¨®venes que, con el 40%, es el mayor de la Uni¨®n Europea. Lo l¨®gico, sin embargo, es que Espa?a aspire a situarse a medio plazo en la media europea de paro juvenil, que ronda el 20%.
"En la medida en que la entrada en las Fuerzas Armadas sea s¨®lo un refugio a su situaci¨®n personal o una salida, por ejemplo, temporal al paro, ¨²nicamente se conseguir¨¢ un aumento moment¨¢neo de aspirantes, pero ni su calidad ni, sobre todo, su continuidad estar¨¢n aseguradas", advirti¨® el general Suances.
En otras palabras, si las Fuerzas Armadas se ven obligadas, por falta de solicitudes, a aceptar a cuantos aspirantes se presenten, corren el riesgo de acabar, nutriendo sus filas con los sectores marginales de la sociedad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.