Orden de prioridades
Me uno conmocionado al estupor colectivo que ha provocado el pasado fin de semana la terrible noticia que impacta en los corazones del mundo, y entiendo perfectamente que la totalidad de los medios, prensa, radio y televisi¨®n, y hasta las revistas del coraz¨®n, dediquen cada d¨ªa lo mejor y m¨¢s central de sus p¨¢ginas y minutos en difundir, explicar y analizar los pormenores de esta tragedia que necesariamente conmueve y sobrecoge, con especial intensidad a los espa?oles, vecinos como somos del pa¨ªs en donde ha tenido lugar el ins¨®lito desastre.Me refiero, naturalmente, a la carnicer¨ªa de Argel, a la salvaje masacre de los 300 mujeres y ni?os degollados y decapitados, inocentes v¨ªctimas de la sinraz¨®n, cuyos cad¨¢veres abandon¨® a la intemperie con impiedad y escarnio la horda irracional, pero organizada, de un escuadr¨®n de fan¨¢ticos que opera casi impune al dictado de extra?os designios mist¨¦rico-religiosos.
Que esto ocurra en nuestro siglo y a tan escasos kil¨®metros de nuestra misma costa alicantina es algo que con raz¨®n nos sobrecoge, pero afortunadamente recibimos cada d¨ªa la cumplida informaci¨®n que nos suministran los medios y que nos permite conocer con, puntual precisi¨®n el c¨®mo y el porqu¨¦ de las circunstancias que han llevado a Argelia a tan deshumanizada situaci¨®n, y es gracias a los exhaustivos an¨¢lisis y comentarios que leemos y escuchamos cada d¨ªa en medios concienciados -se disculpa si a veces pecan de excesivos- que nos acercamos a la comprensi¨®n de las causas que derivan en los brutales acontecimientos que ocurren cada d¨ªa tan cerca de nosotros.
Hay tambi¨¦n otra noticia, de indudable inter¨¦s, sobre un accidente de coche -causado, como tantos, por el exceso de velocidad y alcohol- en el que han aparecido una ex princesa divorciada y su playboy acompa?ante. Dada la relevancia de los fallecidos, ser¨ªa de agradecer algo m¨¢s de informaci¨®n sobre aspectos m¨¢s detallados de la noticia. Pero todo tiene su tiempo y su medida, y ya se sabe que en informaci¨®n, como en tantas facetas de la vida, es necesario saber establecer el correcto orden de las prioridades.-
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