Proeza emeritense
El M¨¦rida se agarra a Sabas para acabar con empate un partido que perd¨ªa 0-3
Fue un partido extra?o, desquiciado y sembrado de dudas. Tuvo hasta un toque ag¨®nico para los dos rivales por el desarrollo de cada tiempo. Cara y cruz. Aparentemente el empate otorga al Compostela condici¨®n de valor en alza, pero realmente fue un beneficio escaso viendo el gui¨®n del encuentro. Estuvo el M¨¦rida al borde del KO, pero el conjunto gallego desaprovech¨® la ocasi¨®n para golpear duro a uno de sus directos rivales por la permanencia. El M¨¦rida ejerci¨® de resucitado por la falta de ambici¨®n de su rival; incluso pudo ganar, pero al final gan¨® el espect¨¢culo.El M¨¦rida, marcado por una extra?a angustia vital, impropia del inicio del campeonato, se dej¨® atrapar en un siniestro drama. Lo primero que hizo fue destrozar la m¨¢s elemental lecci¨®n de pundonor, la que otorga fogosidad, atrevimiento y raza al conjunto que debuta ante su afici¨®n. La pesadilla se dej¨® sentir desde el primer pelotazo y el grupo D'Alesandro exhibi¨® una patente crisis de ubicaci¨®n, inusual en un equipo de Primera. Y eso que enfrente tuvo s¨®lo a un conjunto bien plantado, sin brillantez, pero que conoc¨ªa el oficio y que se dedic¨® a utilizar el mejor recurso para destrozar la ingenuidad que manifiestamente le mostr¨® el contrario: orden, presi¨®n, paciencia y juego por las bandas.
Tosco y alocado, el M¨¦rida hizo agua por todas partes. La defensa asumi¨® el papel de hermanas de la caridad, el centro del campo dej¨® patente su mezquina interpretaci¨®n del juego y los atacantes se contagiaron de la mediocridad general. El bochorno ambiental se traslad¨® al terreno y el p¨²blico asisti¨® incr¨¦dulo al rid¨ªculo que protagonizaba su equipo.
Fue un espect¨¢culo tr¨¢gico. Dos hombres de la experiencia de Montoya y Sierra se dejaron atemorizar como debutantes y exteriorizaron unos nervios que salpicaron al resto de sus compa?eros. A ello se uni¨® la escasa agresividad de Correa, Marcos y Pirri Mori en el centro y la tosquedad de Gabrich y Podbrozny en ataque. Los de D'Alessandro se sumieron en cont¨ªnuas desventuras. S¨®lo Sinval interpret¨® que el f¨²tbol es vertical, pero estuvo demasiado desasistido.
El M¨¦rida reaccion¨® tras el descanso y la escenograf¨ªa del encuentro dio un vuelco. El Compostela, que se hab¨ªa limitado a rentabilizar sin demasiados esfuerzos la crisis local, se encogi¨® y sus vacilaciones dieron alas al rival, motivado con la presencia de Sabas. Se atasc¨® el Compostela y el M¨¦rida, en un arrebato de pundonor, se lo comi¨® a base de tirones, ganas y atrevimiento: fue una metamorfosis aparentemente extra?a, pero dentro de la pasi¨®n futbol¨ªstica. Porque pudo el M¨¦rida conseguir la victoria al entregarle a los gallegos el testigo de sus nervios. El viejo efecto Sabas, lo llaman.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.