La oposici¨®n mexicana planta cara a Zedillo al acusar a un ministro de "golpe constitucional"
La oposici¨®n mexicana parece decidida a demostrar al Gobierno que la transici¨®n pol¨ªtica es, esta vez, algo m¨¢s que ret¨®rica. Parapetados en una fruct¨ªfera alianza, los cuatro partidos que dominan la nueva C¨¢mara aprovecharon el martes la primera comparecencia del ministro del Interior, Emilio Chuayffet, para acusarlo de frenar la democratizaci¨®n que arranc¨® en las elecciones del 6 de julio mediante un intento de golpe constitucional. En una velada advertencia al presidente, Ernesto Zedillo, los legisladores descalificaron a su brazo derecho como interlocutor.
La sesi¨®n comenz¨® a las diez y media de la ma?ana. El recinto parlamentario estaba a rebosar de periodistas e invitados. Desde la llegada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al poder, en 1929, s¨®lo el secretario de Hacienda ten¨ªa la obligaci¨®n de rendir cuentas ante el pleno de diputados. El nuevo Congreso surgido de los comicios de julio, en los que el PRI se qued¨® con 22 esca?os menos que el bloque de oposici¨®n, decidi¨® la pasada semana que los ministros presentaran un balance de su gesti¨®n despu¨¦s del informe presidencial.El primero de la lista era, precisamente, Chuayffet, el principal interlocutor del Gobierno con los partidos pol¨ªticos y brillante negociador. Despu¨¦s de alabar "la nueva realidad pol¨ªtica" de M¨¦xico, el secretario de Gobernaci¨®n repas¨® los asuntos de su dependencia. Pero para los legisladores del centroizquierdista Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), del conservador Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), del centrista Partido del Trabajo (PT) y del Partido Verde Ecologista de M¨¦xico (PVEM), el meollo de esta comparecencia estaba en un punto del que no habl¨® el ministro: el golpe constitucional dado por el PRI el pasado 29 de agosto, cuando se neg¨® a reconocer a la nueva C¨¢mara, lo que puso en peligro la incipiente democratizaci¨®n del pa¨ªs. "Evidentemente todas estas jugadas vinieron del Ejecutivo", aseguraba Carlos Medina, coordinador del PAN.
Si bien finalmente el PRI abandon¨® el berrinche y el nuevo Congreso pudo inaugurarse en paz, la oposici¨®n aprovech¨® la sesi¨®n del martes para exigir cuentas al que consideran el cerebro de toda la trama. El primero en abrir fuego fue un diputado del PRD. "Cuando lleg¨® a la secretar¨ªa de Gobernaci¨®n pensamos que en usted podr¨ªamos encontrar un aliado para el cambio democr¨¢tico ( ... ) Nos equivocamos. Usted ha obstaculizado la transici¨®n pactada, la ha frenado", le espet¨® a Chuayffet.
Todos los grupos insistieron en este punto y no faltaron las acusaciones contra el propio Zedillo "y diversos sectores del PRI" por "resistirse a dejar el poder". Chuayffet se defendi¨® como pudo. Asegur¨® que la vocaci¨®n del presidente y de su Gobierno era profundizar en la democracia.
La figura de Chuayffet como el interlocutor de Zedillo se desmoron¨®. Los cuatro partidos se?alaron que el ministro hab¨ªa perdido su confianza, indispensable "para dar lugar a una relaci¨®n fruct¨ªfera entre Ejecutivo y Legislativo". Este varapalo debilita no s¨®lo a Chuayffet, sino al propio presidente, que forzosamente debe negociar con la oposici¨®n para sacar adelante sus propuestas. En cierto modo el destinatario final del mensaje era sin duda Zedillo, que recibe as¨ª una dura advertencia sobre la necesidad de cambiar los viejos h¨¢bitos de su partido.
Por otra parte, el PRI dar¨¢ a conocer hoy el nombre de su nuevo presidente, tras la fulminante destituci¨®n, el martes, de Humberto Roque. El elegido ser¨¢ probablemente Mariano Palacios, un veterano diputado.
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