La ONCE revienta la Vuelta
S¨®lo Escart¨ªn y Dufaux resistieron a Jalabert y Z¨¹lle Olano perdi¨® dos minutos
La Vuelta es una carrera fiel a su tradici¨®n y fiel a sus protagonistas. Como si se hubieran parado los relojes, como si no hubieran pasado dos a?os, como si en el mundo del ciclismo el paso de los d¨ªas se hubiera detenido, no hubieran nacido estrellas, no se hubieran retirado mitos, como hace dos a?os: llega el primer d¨ªa importante y llega la ONCE arrasando, m¨¢s fuerte que nadie, Jalabert y Z¨¹lle al tim¨®n, llev¨¢ndose por delante cualquier oposici¨®n. S¨®lo Escart¨ªn y Dufaux resistieron el paso de la apisonadora. Los dem¨¢s fueron v¨ªctimas. Y los dem¨¢s significa Olano, el ciclista en que los espa?oles hab¨ªan depositado m¨¢s esperanzas. El ciclista que m¨¢s se jugaba en la ronda espa?ola. Y como entonces, como hace dos a?os, la Vuelta no ha hecho m¨¢s que empezar. El gui¨®n sigue inamovible y el lado que ocupan los protagonistas, el mismo. La v¨ªctima no ha podido pasar a hacer de verdugo.El parte oficial de la batalla dir¨ªa algo as¨ª como: coronando el trabajo devoto de Alberto Leanizbarrutia y Mikel Zarrabeitia en la ascensi¨®n del puerto del Mirador de la Cabra Mont¨¦s, en la sierra granadina, Jalabert y Z¨¹lle han atacado. S¨®lo Escart¨ªn y Dufaux les han resistido. Perfectamente coordinados, los cuatro han aumentado su ventaja sobre un desorganizado grupo de 32 en el que viajaban, entre otros, Olano y Tonkov como alma en pena. Finalmente han alcanzado la meta de Granada, 42 kil¨®metros despu¨¦s de la cima, con 1.57m de ventaja. Z¨¹lle ha preparado el sprint a su compa?ero de equipo Jalabert, que se ha impuesto con facilidad y ha logrado, adem¨¢s, el maillot amarillo. Punto y final.
Somero recuento, que, sin embargo, no aclara nada. ?C¨®mo han podido irse con tanta facilidad un Jalabert, que no es escalador nato, y un Z¨¹lle que, aparentemente, estaba corto de preparaci¨®n? ?C¨®mo ha viajado Olano como alma en pena? ?D¨®nde estaba su equipo? ?Por qu¨¦ no se ha organizado la caza?
Todas las respuestas las tiene Olano. Si el guipuzcoano hubiera estado tan bien como ¨¦l mismo esperaba -"yo no tengo ning¨²n interrogante sobre mi capacidad en la monta?a", dec¨ªa en la salida- nada de lo que pas¨® probablemente habr¨ªa sucedido. Para ¨¦l, al contrario que para sus rivales, el tiempo ha pasado. Tan deprisa, incluso, que parece que ha asumido su cuerpo el que se ha detenido de los otros. "Tengo las mismas sensaciones que en el Tour", dijo Olano despu¨¦s de terminar la etapa. "Por m¨¢s que quiero no ando". No ha pasado el verano, sus entrenamientos de recuperaci¨®n, su exhibici¨®n en la Lagunas de Neila, en la contrarreloj de Bruselas, pero no es el mismo que hace dos a?os plantaba cara gallardo a Jalabert en todos los puertos, el hombre al que s¨®lo el Mortirolo derrotaba en el Giro, o Larrau en el Tour. Mientras aguantaba como pod¨ªa en el grupo de 28, rodeado de corredores a los que normalmente s¨®lo ense?aba su espalda cuando quer¨ªa -los chavales del Euskadi, del Estepona, el viejo Rominger y el viejo Chiappucci, el apajarado Tonkov-, rebaj¨¢ndose a pedirles ayuda directamente -s¨®lo el sorprendente. De las Cuevas estaba vivo entre los de su equipo- y llev¨¢ndose las evasivas de la mayor¨ªa hasta casi el final, mientras asum¨ªa una vez m¨¢s el papel de sufridor, el papel que se hab¨ªa jurado no volver a interpretar. nunca, Olano se har¨ªa s¨®lo una pregunta. ?Qu¨¦ me pasa? No hay respuesta. La Cabra Mont¨¦s fue su Tourmalet, su Glandon, su Courchevel, su Madeleine, todos los puertos que se sud¨® en el Tour a c¨¢mara lenta.
Jalabert confes¨® que s¨®lo hab¨ªan tensado la cuerda -incre¨ªble otro viejo, Leanizbarrutia, haciendo la ascensi¨®n ¨¦l solo al ritmo marcado por un Jalabert que a sus espaldas se levantaba de la bicicleta y oteaba el panorama, las bocas abiertas de muchos, el inexplicable revent¨®n de Jim¨¦nez, Olano en medio del grupo y no delante, Casero perdiendo puestos en cada pedalada, Tonkov haciendo muecas de dolor- para dejar a los rivales sin equipo, ganar la etapa y, gracias a las bonificaciones, vestirse de amarillo. "Por casualidad les he dejado sin equipo y sin ellos".
Extra?amente es Z¨¹lle y no Jalabert el gran favorecido del d¨ªa. El suizo, maestro contrarreloj y duro en la monta?a, es, desde ayer, el gran favorito..
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