Juan Luis Cebri¨¢n denuncia en Washington la irrupci¨®n del Gobierno de Aznar en los medios

La libertad de expresi¨®n de un peri¨®dico que no obedece las consignas del poder y la libertad de empresa de un grupo de comunicaci¨®n emprendedor son los valores amenazados por el acoso del Gobierno conservador espa?ol al diario EL PA?S y al Grupo PRISA. ?ste es el mensaje que lanz¨® ayer el consejero delegado de dicha empresa, Juan Luis Cebri¨¢n, en su intervenci¨®n en el National Press Club de Washington, el foro period¨ªstico m¨¢s prestigioso de Estados Unidos.

Desde 1908, 15 presidentes de los Estados Unidos, desde Theodore Roosevelt a Bill Clinton, han comparecido en el National Press Club, donde tambi¨¦n celebran sus conferencias de prensa los jefes de Estado y de Gobierno que visitan Washington. Cebri¨¢n fue presentado por el prestigioso periodista Peter Hickinan, que record¨® que el ¨²ltimo espa?ol que ocup¨® ese foro fue el actual jefe del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, con motivo de su primera visita oficial a la capital de EE UU.Ante el pasmo de sus oyentes norteamericanos, el consejero delegado de este diario explic¨® que un Gobierno que se califica de centro-derecha y anuncia una pol¨ªtica econ¨®mica liberal ha lanzado toda una cruzada intervencionista en el mundo de la comunicaci¨®n, y ello con el apoyo de los comunistas en dos importantes iniciativas legislativas: la ley que regula la televisi¨®n digital y la ley sobre retransmisiones de f¨²tbol.

Unas iniciativas, subray¨® Cebri¨¢n, "hechas a medida para oponerse a un grupo concreto de comunicaci¨®n y apoyar a otro grupo concreto". La v¨ªctima, a?adi¨®, es un grupo privado e independiente como PRISA; el beneficiario, uno promovido desde el poder ejecutivo usando empresas como Telef¨®nica, que "han sido p¨²blicas hasta hace bien poco, se han beneficiado durante d¨¦cadas de una situaci¨®n de monopolio y est¨¢n ahora dirigidas por amigos personales del presidente del Gobierno".

Cebri¨¢n detall¨® las etapas del acoso: desde la promulgaci¨®n de las leyes digital y del f¨²tbol -seriamente puestas en cuesti¨®n por la Comisi¨®n Europea"- hasta el intento de "criminalizar" al Consejo de Administraci¨®n de la empresa Sogecable -en la que participa el grupo PRISA- con una actuaci¨®n en la Audiencia Nacional basada en un informe elaborado por un secretario de Estado; pasando por la compra de Antena 3 por Telef¨®nica y las escuchas telef¨®nicas descubiertas en el despacho del presidente del Grupo PRISA, Jes¨²s de Polanco.

Un periodista de una gran agencia internacional le pregunt¨® cu¨¢l hab¨ªa sido la respuesta de las autoridades espa?olas ante esas escuchas. Cebri¨¢n le respondi¨® que, casi dos meses despu¨¦s de su descubrimiento, segu¨ªa sin haber respuesta alguna. "?Se imaginan ustedes el esc¨¢ndalo que se organizar¨ªa en los Estados Unidos si se encontraran micr¨®fonos en el despacho del editor de The New York Times?", dijo.

Otro periodista norteamericano le pregunt¨® cu¨¢l podr¨ªa ser la respuesta de las autoridades y la opinion p¨²blica de EE UU ante los ataques a la libertad de expresi¨®n y el libre mercado en un pa¨ªs aliado como Espa?a. Cebri¨¢n respondi¨® limit¨¢ndose a resumir la gravedad del caso- "Los periodistas y los medios de EE UU tienen razones para inquietarse. Deben saber que estamos ante una situaci¨®n en la que un Gobierno intenta poner sus manos en el negocio de la comunicaci¨®n para acotar la libertad de expresi¨®n, acosando a los medios que no le son obedientes, favoreciendo a los que lo son y comprando la obediencia de otros"."En Espa?a", prosigui¨®, "est¨¢n ahora en entredicho la libertad de cr¨ªtica al Gobierno, la liberalizaci¨®n de los mercados de telecomunicaciones, medios audiovisuales y entretenimiento y la seguridad de los contratos realizados por Canal Sat¨¦lite con grupos norteamericanos de la talla de Time-Warner y Walt Disney. Es dif¨ªcil recordar desde tiempos del dictador Franco una actitud p¨²blica tan intervencionista en el mundo de la prensa y la comunicaci¨®n".