El ej¨¦rcito evita la presencia masiva de pobres y enfermos en el funeral de la madre Teresa
Los restos de la religiosa ser¨¢n trasladados en el mismo arm¨®n que llevaron a Gandhi
ENVIADO ESPECIALLa ceremonia funeraria en honor de la madre Teresa comenzar¨¢ hoy a las 9.00 hora de Calcuta, (5.30 hora espa?ola) en la iglesia de Santo Tom¨¢s, cuando miembros del ej¨¦rcito carguen el f¨¦retro sobre el arm¨®n de artiller¨ªa -utilizado para los restos de Ghandi- que lo llevar¨¢ al estadio Netaji. Los mandos militares han frustrado los intentos de la congregaci¨®n de la difunta, Misioneras de la Caridad, de lograr la presencia de pobres y enfermos en el cortejo hasta el estadio y la propia casa de la madre Teresa, donde ser¨¢ enterrada.
El alto mando del Ej¨¦rcito ha dejado claro que la situaci¨®n creada por la inmensa afluencia de p¨²blico a los funerales hace imposible cualquier concesi¨®n del control de los actos a las, autoridades civiles e incluso a la polic¨ªa. Cuatro coches con enfermos a los que la monja difunta y su orden de misioneras han dedicado las ¨²ltimas d¨¦cadas seguir¨¢n al cortejo pero siempre fuera de ¨¦l y a cierta distancia.A las 10 h. comenzar¨¢ la misa que supone el acto oficial y central de este funeral de m¨¢ximo protocolo del Estado decidido despu¨¦s de la muerte de la madre Teresa por el jefe del Estado, Narayanan, y el jefe del Gobierno, Gujral. Ambos presidir¨¢n los actos en Calcuta. La misa ser¨¢ celebrada por el enviado del papa Juan Pablo II, el cardenal Angelo Sodano, y despu¨¦s ser¨¢ la superiora de las Misioneras (de la Caridad y sucesora de la madre Teresa en el cargo, hermana Nirmala, la que pronuncie un discurso de recuerdo a su antecesora y de esperanza a todos aquellos que, beneficiarios de la ayuda de la fallecida, temen quedarse ahora incluso sin esta ayuda.
Pero es la seguridad una vez m¨¢s la m¨¢xima preocupaci¨®n en Calcuta. Ayer volvieron a producirse incidentes cuando el Ej¨¦rcito cerr¨® la capilla ardiente a los visitantes. Algunos miles de personas que esperaban dar su ¨²ltimo adi¨®s al cad¨¢ver comenzaron a empujar al cord¨®n (de soldados gritando "queremos ver a la madre". Los soldados tuvieron que hacer uso de las porras. Desde hace tres d¨ªas ya, la polic¨ªa primero y el Ej¨¦rcito despu¨¦s no han logrado imponer la hora acordada para el cierre de la capilla que fue establecida ante todo para evitar que el calor producido por el interminable desfile de visitantes deteriorara a¨²n m¨¢s el cuerpo de la madre Tteresa, muerta ya el viernes de la pasada semana a los 87 a?os.
Las informaciones sobre la inminente llegada a Calcuta de centenares de miles de habitantes de los mis¨¦rrimos suburbios de la ciudad y de que miles de personas hab¨ªan cruzado ilegalmente la frontera de Bangla Desh con la India para acudir a la ceremonia no han hecho sino alarmar a¨²n m¨¢s a los responsables de la seguridad.
La tomadura de pelo a las autoridades que ha supuesto el hecho de que uno de los l¨ªderes separatistas cachemiros m¨¢s buscados se personara en la capilla ardiente y lograra huir, s¨®lo ha dejado en mayor evidencia estas dificultades de las fuerzas de seguridad ante un acto sin precedentes en la historia de la India.
La mayor parte de las personalidades que hab¨ªan anunciado su asistencia llegar¨¢n a Calcuta desde Nueva Delhi horas antes del funeral, siguiendo as¨ª los consejos del Gobierno indio que alegaba sobre todo dificultades de alojamiento en esta decr¨¦pita ciudad pero que suger¨ªa tambi¨¦n su incapacidad de garantizar la seguridad a todas y cada una de las personalidades asistentes. Entre ellas estar¨¢n la reina de Espa?a, Do?a Sof¨ªa; la primera dama norteamericana, Hillary Clinton, y diversos jefes de Estado entre ellos el franc¨¦s Chirac, el italiano Scalfaro y el checo Havel; varios primeros ministros, y numerosas delegaciones de rango ministerial.
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