Tibia autonom¨ªa
GALES HA iniciado su camino hacia la autonom¨ªa. Con tibieza, apat¨ªa, y por los pelos, pues la constituci¨®n de una Asamblea con poderes escasos triunf¨® en refer¨¦ndum por un margen inferior a 7.000 votos. Casi la mitad (49,7%) de los 2,2 millones de galeses con derecho a voto no acudieron a las urnas. La autonom¨ªa galesa, en contraste con la escocesa, no despierta entusiasmo.Y, sin embargo, la propuesta auton¨®mica de Blair ha triunfado. Un resultado negativo en la consulta galesa -como ocurri¨® masivamente en 1979- podr¨ªa haber supuesto un serio rev¨¦s para el programa de reforma constitucional en profundidad que ha puesto en marcha el primer ministro laborista. Tras Escocia y Gales, en mayo tocar¨¢ el turno a los habitantes de Irlanda del Norte si el proceso de paz llega a alg¨²n resultado, y a los de Londres, cuyo concejo municipal suprimi¨® Margaret Thatcher. Blair espera acercar as¨ª el Gobierno a los ciudadanos, y en el horizonte contempla tambi¨¦n la supresi¨®n del car¨¢cter hereditario de los lores que a¨²n lo conservan y la transformaci¨®n del sistema electoral mayoritario en uno proporcional. Para el 2000, el Reino Unido, un pa¨ªs sin una Constituci¨®n escrita, habr¨¢ cambiado su cara constitucional.
El estrecho margen y la elevada abstenci¨®n en el refer¨¦ndum puede explicarse por la escasa implantaci¨®n del nacionalismo gal¨¦s, m¨¢s cultural que pol¨ªtico, Son las zonas rurales donde m¨¢s se habla gal¨¦s -lengua que conoce menos del 20% de la poblaci¨®n- las que m¨¢s han apoyado la autonom¨ªa, mientras que en las zonas urbanas, incluyendo la capital, Cardiff, y m¨¢s pr¨®ximas a Inglaterra, ha triunfado el no. Adem¨¢s, la Asamblea galesa -cuyos 60 integrantes ser¨¢n elegidos en 1999- tendr¨¢ muchas menos competencias que el Parlamento escoc¨¦s. Podr¨¢ controlar el dinero p¨²blico que actualmente se gasta en esta regi¨®n a trav¨¦s del Ministerio para Gales en ense?anza, deportes y otras materias, pero no tendr¨¢ capacidad legislativa ni impositiva.
Es ¨¦ste el inicio de un camino hacia la descentralizaci¨®n del Reino Unido cuyo punto de llegada se desconoce. Pero Blair -que en este empe?o ha contado con el apoyo de su partido, de los liberales-dem¨®cratas y de los nacionalistas- tendr¨¢ que hacer un esfuerzo suplementario para convencer de las ventajas de su futura Asamblea no s¨®lo a los galeses, sino a los propios ingleses.. En efecto, el Gobierno de Blair estar¨ªa estudiando una autonom¨ªa para las regiones inglesas regidas por el Parlamento de Westminster, donde hay una sobrerrepresentaci¨®n escocesa. Blair ha propuesto crear una Comisi¨®n Electoral que revise estas distorsiones.
El sistema pol¨ªtico brit¨¢nico se moderniza aceleradamente de la mano de Blair, volvi¨¦ndose m¨¢s europeo tambi¨¦n en materia auton¨®mica. Y aunque algunos nacionalistas escoceses aprovechen la ocasi¨®n para pedir un refer¨¦ndum sobre la Monarqu¨ªa, no parece que el Reino Unido se vaya a descoser.
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