Gonz¨¢lez y Guerra declaran que se ocuparon del Gobierno y no de las finanzas del PSOE

Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra llevaron ayer al Tribunal Supremo mucha expectaci¨®n y algo de humor, pero no hicieron ninguna aportaci¨®n decisiva para el esclarecimiento del caso Filesa. Gonz¨¢lez hizo gala de su perfecto dominio esc¨¦nico para explicar que durante su etapa como presidente bastante tuvo con los asuntos del Gobierno como para dedicarse a controlar la contabilidad de su partido. "?Se imagina usted a un presidente del Gobierno yendo a Ferraz todos los d¨ªas a mirar los apuntes contables del libro mayor?" contest¨® a una pregunta de la acusaci¨®n. Guerra, m¨¢s serio y parco en explicaciones, insisti¨® en que jam¨¢s se hab¨ªa ocupado de las finanzas del PSOE.

El abogado Marcos Garc¨ªa Montes, representante de la acusaci¨®n del empresario Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Mateos, dirigi¨® unas 200 preguntas a Gonz¨¢lez y otras tantas a Guerra, buen parte de ellas sobre los estatutos de su propio partido. Los extensos interrogatorio s, la ausencia de contradicciones evidentes y algunas iron¨ªas y sarcasmos sabiamente dosificados dejaron la impresi¨®n de que ambos testigos salieron incluso airosos de su primera comparecencia judicial.Gonz¨¢lez insisti¨® en que nunca tuvo conocimiento de las actividades de Filesa y nadie le dijo nada: "No s¨¦ si debo agradecerles a los compa?eros que no lo hicieran, pero nunca tuve conocimiento de ello", asegur¨®. Y dej¨® flotando una ir¨®nica referencia al ex juez instructor Marino Barbero cuando le preguntaron si orden¨® investigar Filesa: "No, ya hubo una investigaci¨®n Judicial muy profunda y no era necesario".

El ex presidente. explic¨® que tampoco como secretario general tuvo constancia de los apuntes contables de su partido ni de los pagos a los proveedores. "0 sea que un secretario general no supervisaba las campa?as electorales le cuestion¨® Garc¨ªa Montes. "En mi caso no. No s¨¦ si otros est¨¢n obsesionados con eso, pero yo no", se zaf¨®.

Pese a que interrog¨® con cierta moderaci¨®n, el abogado del Partido Popular, Juan Ram¨®n Montero Est¨¦vez, recibi¨® un par de sarc¨¢sticas alusiones de cada uno de los testigos que le hicieron abreviar la faena. Montero recab¨® de Gonz¨¢lez una "explicaci¨®n" de por qu¨¦ Filesa pag¨® dos meses del alquiler de una sede del PSOE en Gobelas: "Es que no conozco el hecho", replic¨® el expresidente. Y con tono de candorosa sinceridad prosigui¨®: "Quiero cooperar para ayudar al tribunal, pero cr¨¦ame que no conozco el hecho. F¨ªjese que el tabaco subi¨® la semana pasada y ni siquiera lo conoc¨ªa el vicepresidente econ¨®mico del Gobierno".

En r¨¦plica al mismo letrado, Alfonso Guerra dijo despu¨¦s que desconoc¨ªa las actividades del grupo de empresas de Aida Alvarez, como tampoco si ¨¦stas "facturaban al PSOE o al PP".

El fiscal del caso, Antonio Salinas, interrog¨® brevemente a Gonz¨¢lez, aunque no sin intencionalidad. Refiri¨¦ndose a las finanzas, inquiri¨®: "?Entonces la responsabilidad no la ten¨ªa usted?". "As¨ª ha sido siempre en el partido. Por eso se designa a cada persona para un cargo".

Garc¨ªa Montes reiter¨® a Guerra el mismo interrogatorio que a Gonz¨¢lez. El ex vicepresidente dijo que "jam¨¢s" ha tenido dedicaci¨®n a la administraci¨®n ni finanzas del partido. Cambi¨® el "no me consta" de Gonz¨¢lez por un "no lo conozco

Pero cuando m¨¢s mon¨®tonas iban siendo sus negativas, Guerra aprovech¨® un resquicio para provocar una carcajada que descoloc¨® totalmente a su acusador. Garc¨ªa Montes formul¨® mal una pregunta en la que termin¨® inquiriendo si dentro del cajet¨ªn de correos de Ferraz "habr¨ªa alguien m¨¢s que no fuera el PSOE". "Dentro del cajet¨ªn no creo que hubiera nadie; no es muy normal", se burl¨® Guerra.

La sesi¨®n se desarroll¨® sin el menor incidente, pese a los presagios en contra derivados de una nutrida representaci¨®n del clan del empresario Ruiz Mateos. Su hijo Alfonso, revestido con toga de abogado, ocup¨® un asiento en el estrado, pero mantuvo en todo momento una presencia testimonial. Sentado en la primera fila del p¨²blico, el patriarca del clan hizo una inclinaci¨®n de cabeza y un ir¨®nico gesto de aplauso cuando Felipe Gonz¨¢lez abandonaba el estrado, que no alter¨® la sonrisa satisfecha del ex presidente.