El ordenador m¨¢s r¨¢pido del mundo conquista el tiempo y el espacio
Una m¨¢quina presenta sucesos complejos en cuatro dimensiones
Janus, bautizado recientemente como el superordenador m¨¢s r¨¢pido del mundo, no es gran cosa cuando lo miras: 84 armarios grises altos, parecidos a taquillas de pl¨¢stico de un gimnasio, alineados dentro de un cuarto claustrof¨®bico con luz fluorescente. Dentro de estos mon¨®tonos recintos, 9.072 procesadores Pentium Pro intercambian informaci¨®n en silencio y proporcionan al ordenador, construido por Intel Corporation e instalado este verano en los Laboratorios Nacionales Sandia, en Alburquerque, la capacidad de realizar un bill¨®n de operaciones matem¨¢ticas, algo que antes era inconcebible.Arriba rugen los ventiladores del sistema de refrigeraci¨®n, llev¨¢ndose el tremendo calor generado por la compresi¨®n de tantos c¨¢lculos en una min¨²scula brizna de tiempo. Este ruido es la se?al de que tras la fachada inerte de Janus se est¨¢ realizando una enorme cantidad de c¨®mputos. La potencia de los ordenadores se ha visto incrementada de un modo tan r¨¢pido a lo largo de los anos, que el anuncio de otro superordenador que es el m¨¢s r¨¢pido del mundo parece casi cosa de rutina.
Los superordenadores se clasifican de acuerdo con las operaciones matem¨¢ticas, como multiplicar dos n¨²meros, pueden hacer en un solo segundo. Puesto que estas tareas incluyen mantener el rastro de la posici¨®n de la coma decimal, se llaman operaciones de coma flotante, abreviadas en ingl¨¦s como flops (de "floating point").
A lo largo de los a?os, las m¨¢quinas megaflop, que realizan millones de operaciones por segundo, han cedido el paso a las m¨¢quinas gigaflop, que realizan cientos de miles de millones. El nuevo ordenador de Sandia es la primera m¨¢quina teraflop. Tera significa un bill¨®n (mill¨®n de millones) y, al cruzar este umbral, la ciencia de los ordenadores ha dado un salto cualitativo en la utilizaci¨®n de la informaci¨®n para modelar el mundo.
Janus es tan r¨¢pido y dispone de tanta memoria (cientos de miles de millones de bytes, comparado con los millones que tiene el t¨ªpico ordenador personal), que puede simular acontecimientos complejos -como explosiones, reacciones de fusi¨®n nuclear, impactos de misiles, o el choque de un cometa contra la tierra- con una precisi¨®n en cuanto al detalle que era imposible anteriormente. "El aumento de potencia casi no tiene precedentes", se?ala William J. Camp, director de ciencias del c¨¢lculo, inform¨¢tica y matem¨¢ticas de Sandia. "De una sola tacada hemos aumentado el poder de c¨¢lculo en un grado de magnitud". Mientras que las simulaciones en dos dimensiones son actualmente algo manido, a?adir la tercera dimensi¨®n precisa de una enorme cantidad de potencia suplementaria del ordenador. Reproducir en detalle un proceso tridimensional y hacer luego que se despliegue a?adiendo la cuarta dimensi¨®n, el tiempo, sobrecarga incluso a los ordenadores m¨¢s potentes.
Camp dice que en 1970 los superordenadores pod¨ªan simular en l¨ªneas generales un fragmento de materia consistente en mil ¨¢tomos y seguir su comportamiento durante aproximadamente un nanosegundo, una milmillon¨¦sima de segundo. Recrear este breve momento llevaba a aquellos ordenadores unas cuantas horas de intensos c¨¢lculos. En aproximadamente el mismo tiempo, dice Camp, la maquina teraflop puede seguir a 100 ,millones de ¨¢tomos durante un periodo tan largo como un microsegundo o millon¨¦sima de segundo (una eternidad a escala at¨®mica).
"Por primera vez somos capaces de realizar animaciones plenamente cuatridimensionales", a?ade. "?ste es realmente un cambio cualitativo". En el pasado, seg¨²n afirma, las simulaciones de armas no eran lo suficientemente detalladas como. para sustituir las pruebas reales.
Los investigadores de Sandia, un laboratorio del Departamento de Energ¨ªa, utilizaron recientemente a Janus para imitar el impacto de un misil bal¨ªstico. Para que el misil explote, el mecanismo que desencadena la explosi¨®n tiene que sobrevivir al impacto inicial y, un instante despu¨¦s, provocar la explosi¨®n. Recorriendo los restos simulados en la pantalla de un ordenador los cient¨ªficos pod¨ªan ver si el misil estaba correctamente dise?ado.
La precisi¨®n de tales modelos, desde luego, es s¨®lo tan buena como las hip¨®tesis que lleva incorporadas. Pero el ordenador teraflop permite a los cient¨ªficos representar las consecuencias de sus teor¨ªas con una precisi¨®n sin precedentes.The NYT News Service.
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