Una retrospectiva de Eduardo ?rculo recorre 40 a?os de actividad art¨ªstica en 128 obras
Uno de los protagonistas del pop espa?ol recupera la desconocida etapa abstracta
La exposici¨®n retrospectiva Eduardo ?rculo: 1957-1997 se inaugur¨® ayer en el Centro Cultural de la Villa, del Ayuntamiento de Madrid (plaza de Col¨®n), donde permanecer¨¢ abierta al p¨²blico hasta el 23 de noviembre. Consta de 128 obras, seleccionadas de entre los 40 a?os de actividad de este artista, nacido en la localidad vizca¨ªna de Santurce, aunque de familia, crianza e identidad asturianas. Se trata de la primera gran retrospectiva de este importante y significativo artista espa?ol, perteneciente a la generaci¨®n posterior a la m¨ªtica del informalismo, la del grupo El Paso.
El artista se puede situar, si se quiere, en la generaci¨®n que, desde un punto de vista socio l¨®gico, asisti¨® al primer cambio del franquismo de posguerra, tras la crisis econ¨®mica y pol¨ªtica que gener¨® el Plan de Estabilizaci¨®n, o, en fin, la generaci¨®n cultural que protagoniz¨® el cambio de los cincuenta a los sesenta.Empiezo por esos datos contextuales porque hay un estereotipo sobre ?rculo, que s¨®lo ve en ¨¦l al artista pop, que, durante la segunda mitad de los sesenta, emergi¨® con una t¨¦cnica pict¨®rica rutilante, al modo de la empleada industrialmente en los medios de masas, y una tem¨¢tica er¨®tica provocadora.
Ahora bien, si lo que ha hecho ?rculo desde entonces es fondo y forma, muy digno d¨¦' cr¨¦dito y base justificada de su actual prestigio en la historia del arte espa?ol, se corre el peligro de que, conform¨¢ndonos s¨®lo con ello, hurtemos, por una parte, toda una amplia y significativa etapa previa, y, por otra, no expliquemos bien y, por tanto, no seamos capaces de valorar adecuadamente lo posterior.
Por si fuera poco, una gran parte del p¨²blico aficionado de nuestro pa¨ªs, por razones cronol¨®gicas, desconoce por completo esos casi quince primeros a?os de la obra de ?rculo.
Laguna
El primer gran acierto de esta retrospectiva es que rellena esta laguna, proporcionando que una amplia selecci¨®n de obras de este periodo entre, como. se dice, en el apartado correspondiente de la muestra El expresionismo y abstracci¨®n. Desde mi punto de vista personal, el r¨¦dito de esta restituci¨®n desborda lo informativo, incluido lo que ello comporta de un mejor conocimiento de las claves art¨ªsticas esenciales de ?rculo, y nos revela una calidad inherente de mucha enjundia, incluso para quienes cre¨ªamos que conoc¨ªamos todo de su trayectoria.
Salvo esta aportaci¨®n novedosa, tampoco hay que esforzarse aqu¨ª en explicar demasiado qui¨¦n es y qu¨¦ ha hecho ?rculo, pero s¨ª me parece imprescindible advertir lo admirablemente estructurada y montada que est¨¢ la presente retrospectiva, algo siempre dif¨ªcil de conseguir cuando se trata de resumir la amplia trayectoria de un pintor a¨²n vivo, pero m¨¢s cuando ¨¦l posee una vida y un talante agitados que, encima, se recortan sobre un paisaje hist¨®rico local tan vertiginosamente cambiante como el espa?ol de los ¨²ltimos 25 a?os. Pues bien, se recorre la exposici¨®n como si se leyera una novela de acci¨®n, plena de vicisitudes que, sin embargo, no rompen jam¨¢s la unidad del conjunto.
Y es que el mundo de ?rculo es el de sus aventuras e inquietudes, siempre apasionadas, de forma que, a trav¨¦s de las im¨¢genes, vibramos con sus sue?os y frustraciones, con sus ilusiones y decepciones, con sus ¨¦xitos y sus fracasos, con su rabia y con su reconciliaci¨®n, con la vida y el mundo; en definitiva: desde el ¨ªmpetu juvenil hasta la madurez melanc¨®lica, asistimos a la cr¨®nica art¨ªstica de una vida, cuyo colof¨®n, patente en la ¨²ltima sala del recorrido, es una nost¨¢lgica ceremonia de sab¨ªa afirmaci¨®n vital signada con una serie dedicada al abrazo, ese abrazarse que es mucho m¨¢s que el sexo, porque su emoci¨®n no tiene determinaciones de edad, ni g¨¦nero.
Es bello despedirse con, si se quiere, un canto de primavera, pero ni lo que se expresa en este mismo, ni en todo lo anterior, agota su sentido como simple icono, sino tambi¨¦n, y sobre todo, como ese valor puramente art¨ªstico que lo subraya, algo que est¨¢ visible a lo largo de toda la muestra y es para m¨ª otra de sus grandes aportaciones. Me refiero a la gran variedad de tensiones e investigaciones formales que subyacen en esta admirable novela que es la trayectoria de ?rculo.
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