La Barcelona m¨¢s vieja se viste de gala
La infanta Cristina vuelve a Ciutat Vella, donde trabaj¨® cuatro a?os, para casarse en la catedral
La Ciutat Vella de Barcelona es un punto del cosmos en el que se comprimen siglos de prosperidad y siglos de penuria, palacios y chabolas de varios pisos, la luz m¨¢s gloriosa y la humedad m¨¢s oscura, el mar y la tierra, la historia y el olvido. El Ayuntamiento ha aireado, esponjado y peinado la zona durante estos ¨²ltimos a?os, y en el removido humus urbano han crecido museos modernos, hoteles de lujo y otras maravillas. Queda el material humano: el ind¨ªgena, que lo ha visto todo en la vida, y el for¨¢neo que, en multitud, ocupa el barrio en horas laborales, comerciales y festivas. Durante cuatro a?os, hasta el pasado junio, la infanta Cristina form¨® parte de quienes trabajan en Ciutat Vella. Ma?ana vuelve para casarse. Y el barrio se viste de boda para acompa?arla.La Fundaci¨®n La Caixa estuvo en lo alto de Via Laietana hasta principios de verano, cuando se traslad¨® a las torres negras de la Diagonal. Cristina de Borb¨®n trabaja en esa fundaci¨®n como organizadora de exposiciones fotogr¨¢ficas y, hasta el traslado -que le dej¨® el empleo casi al lado de casa- fue casi una m¨¢s entre las unidades laborales y consumidoras que se adentraban cotidianamente en el barrio. "Era casi una clienta normal, que ven¨ªa con compa?eros o amigos y ped¨ªa el men¨² o, si se trataba de platos de mucha carne, una ensalada", explica el responsable de un bar-restaurante.
La Via Laietana es uno de los dos grandes vomitorios barceloneses hacia el mar. El m¨¢s vistoso y conocido son las Ramblas. El otro, Laietana, automovil¨ªstico, ruidoso y ¨¢spero, con flancos oficiales -la Jefatura de Polic¨ªa y la sede de la patronal catalana- y oficiosos -la catedral y el mercado de Santa Caterina-, restaurantes gallegos y cafeter¨ªas remozadas, vivir¨¢ ma?ana, al paso de la comitiva nupcial, un momento de triunfo. La empleada de la Caixa, casada y duquesa, descender¨¢ y ascender¨¢ el s¨¢bado la Via Laietana en coche descubierto.
"Estas cosas siempre sirven de algo. Asfaltan una calle, repintan otra, quitan por una temporada al drogata de la esquina... Y ser¨¢ un d¨ªa muy bonito", afirma do?a Amparo, una jiennense que ha vivido "desde siempre" en la calle Alt de Sant Pere y, que se siente "ilusionada, porque los dos son muy majos", por el enlace entre la Infanta e I?aki Urdangar¨ªn. "Asfaltan una callejuela, porque la pisar¨¢ la comitiva, y dejan intocada la de al lado. Lo arreglos, la verdad, son muy relativos", comenta un arquitecto con despacho en el barrio. Ciutat Vella ser¨¢ el epicentro de la ceremonia matrimonial. Para lo bueno y para lo malo. Para la fama televisiva, para la limpieza, para el extraordinario despliegue policial y para los cortes de tr¨¢fico. Aunque no se han tapado algunas de las cosas que, por una u otra raz¨®n, alguien pens¨® en ocultar (como el viejo cine Princesa, escenario de un violent¨ªsimo desalojo de okupas), se le ha dado un av¨ªo al conjunto y, en ¨²ltimo extremo, ser¨¢n las c¨¢maras las que elijan lo m¨¢s vistoso de un barrio cuyos rincones m¨¢s prodigiosos suelen ser los m¨¢s rec¨®nditos.
"Nos involucramos y entusiasmamos m¨¢s con los Juegos Ol¨ªmpicos, la verdad. Esto ha sido organizado desde arriba y las mejoras que pueda aportar, como la pintura nueva y los parterres de flores blancas, ser¨¢n ef¨ªmeras. Pero cada uno har¨¢ lo que pueda", comenta Miquel Pall¨¦s, propietario de la florister¨ªa La Carolina. La vida cotidiana quedar¨¢ suspendida durante unas horas y quien no sienta vocaci¨®n de vitoreador o de televidente y quiera mercado, que cruce la frontera de las Ramblas y vaya a la Boquer¨ªa.
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