El PP promete otra vez abrir al p¨²blico el jard¨ªn atizado de Anglona
Un lugar p¨²blico situado en el coraz¨®n de la ciudad pertenecer¨¢ de verdad a todos en noviembre. El jard¨ªn de Anglona, en la plaza de la Paja (Centro), lleva m¨¢s de ocho a?os detr¨¢s de una puerta cuya llave guardan unos pocos vecinos de la zona. Para impedir esto, la concejal del distrito, Mar¨ªa Antonia Su¨¢rez,del PP, est¨¢ dispuesta, si hace falta, "a cambiar la cerradura". As¨ª lo asegur¨® la edil el pasado viernes.
La medida, con todo, no constituye ninguna novedad. En 1995, el Ayuntamiento ya se comprometi¨® a garantizar que la puerta del jard¨ªn de Anglona quedara franca para todos los vecinos. La por entonces concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, del PP, actual ministra de Educaci¨®n y Cultura, lo prometi¨® en un pleno municipal, a instancias del grupo socialista. Promesa incumplida.Ahora, seg¨²n Mar¨ªa Antonia Su¨¢rez, la cosa s¨ª que va en serio: un polic¨ªa municipal se encargar¨¢ de abrir la puerta por la ma?ana y cerrarla por la noche a partir de noviembre.
Esta peque?a pero encantadora zona verde de la capital, a tenor del juicio de los que la han visitado, se enclava en uno de los rincones m¨¢s antiguos y evocadores de Madrid: la plaza de la Paja. El parterre comparte elementos comunes con los jardines colgantes, y su inter¨¦s es, sobre todo, hist¨®rico.
El parquecillo se construy¨® hacia el a?o 1750, y perteneci¨®, en un principio, a la condesa-duquesa de Benavente y Osuna, due?a tambi¨¦n del palacete anexo, denominado tambi¨¦n de Anglona. El jard¨ªn se extiende por unos 800 metros cuadrados, y los mismos arquitectos que lo dise?aron se encargaron de idear el parque rom¨¢ntico por excelencia de Madrid, el de El Capricho, en la Alameda de Osuna. Ha figurado en todos los mapas y planos que de Madrid se han elaborado hasta la fecha.
El palacio pas¨® por varias manos aristocr¨¢ticas a lo largo del siglo XIX. Los marqueses de La Romana, sus ¨²ltimos propietarios, terminada la guerra civil, alquilaron vivienda y jard¨ªn al Ayuntamiento, que instala en esas dependencias, hasta entonces palaciegas y de fuste rancio, los departamentos municipales de estad¨ªstica, empadronamiento y alcantarillado.
En 1978, el municipio, ante el peligroso estado ruinoso del edificio, abandona el lugar, no sin antes expropiar el parque a fin de ganar una nueva zona verde para la capital.
Cinco a?os m¨¢s tarde, la empresa constructora Anglona, SA, rehabilita el palacete transform¨¢ndolo en 16 viviendas particulares. A la hora de vender estos pisos, entre los ganchos publicitarios utilizados, se cont¨® el de "con jard¨ªn". Dicho y hecho: en 1989, sin que hubiera terminado el arreglo del parque por parte de jardineros especializados y paisajistas municipales, los vecinos propietarios de los pisos instalan un portero autom¨¢tico y una entrada nueva de hierro que esconde el interior.
Miedo al peligro
Estos vecinos temen que el jard¨ªn, caso de abrirse al p¨²blico, se convierta en un lugar peligroso. Cuando ?ngel Matanzo mandaba en el distrito de Centro tambi¨¦n opinaba lo mismo, hace cinco a?os: "A m¨ª me parece muy bien que est¨¦ cerrado. Si no, se llenar¨ªa de drogadictos y de porquer¨ªa".La actual edil del distrito no piensa as¨ª: "El horario estar¨¢ controlado y ser¨¢ restringido, con lo que se garantiza la seguridad; lo que no es normal es que unos vecinos disfruten ellos solos de algo que pertenece a todos los madrile?os. Si no est¨¢n de acuerdo, estoy dispuesta a cambiar la cerradura para que esto se arregle de una vez", agrega esta responsable municipal.
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