El gesto de Garz¨®n

EL JUEz Baltasar Garz¨®n ha decidido encarcelar al ex capit¨¢n de corbeta argentino Adolfo Scilingo, una figura a medio camino entre un arrepentido y un refugiado en busca de mayor seguridad personal frente a sus en compinches. El juez ha dictado adem¨¢s una orden de busca. y captura contra el ex comandante en jefe de la Armada argentina Emili¨® Massera y otros ex jefes militares m¨¢s por participar en un "plan criminal de eliminaci¨®n sistem¨¢tica de personas en la causa que instruye por la desaparici¨®n de 600.espa?oles en Argentina durante la dictadura militar entre 1976 y 1983. La decisi¨®n ha suscitado reacciones encontradas, pero en primera instancia debe ser considerado como un gesto valiente, al margen de su eficacia.A favor de Garz¨®n hay que contabilizar el deseo de muchos grupos sociales argentinos de ajustar realmente las cuentas a un periodo siniestro. de la historia argentina, cuyas tremendas heridas parecen mal cerradas por la ley de puptofinal. Muchos de los familiares afectados por los terribles cr¨ªmenes de la dictadura ¨¢r¨¢el¨ªtil¨ª,i¨¢:,-han saludado con entusiasmo la iniciativa del juez- espa?ol al reabrir aunque sea desde la perspectiva parcial de los 600 espa?oles desapareci

dos, una causa general contra el genocidio cometido durante aquella siniestra ¨¦poca.En, la decisi¨®n de Garz¨®n tambi¨¦n hay sombras. Algunas, de car¨¢cter jur¨ªdico. Por ejemplo, est¨¢ en cuesti¨®n la jurisdicci¨®n para pedir las detenciones de los ex jefes de la Armada o para tratar, casos de genocidio. Otras son de car¨¢cter pragm¨¢tico e insisten en que el procedimiento judicial chocar¨¢ frontalmente con la imposibilidad para juzgar a los militares ya exonerados pol¨ªticamente. Otros critican la t¨¢ctica de encarcelar a Scilingo y desincentivar a otros denunciadores. El encarcelamiento de Scilingo es tan s¨®lo un gesto, aunque importante, y un recordatorio para quienes colaboraron en los terribles cr¨ªmenes de la dictadura argentina de que su genocidio no se ha olvidado.