La peor descalificaci¨®n
El calvario de la marcha son las descalificaciones. Es una modalidad tan particular que acaba perdiendo su esencia cuando se roza el l¨ªmite: en lugar de andar muy r¨¢pido, se corre. Los marchadores, en muchos momentos, no tienen al menos una de las plantas de los pies completamente apoyada en el suelo. Por eso, las descalificaciones han jugado un papel fundamental en la ¨¦lite. El mismo Daniel Plaza, que ha ido muchas veces al l¨ªmite, fue descalificado en los Mundiales de Tokio, en 1991. Su triunfo ol¨ªmpico en Barcelona fue m¨¢s que una revancha.Pero lo de ahora, con todas las disculpas que se quieran buscar, es la peor descalificaci¨®n. No hay tres avisos humanos, como las de los jueces en carrera, siempre discutibles, sino de la fr¨ªa t¨¦cnica que no enga?a. Manuel Alcalde, su entrenador despu¨¦s de Atlanta, no supo nada del asunto hasta que se lo notific¨® la Comisi¨®n Nacional Antidopaje hace unos d¨ªas. Es el mayor sorprendido. Cuando le pidi¨® explicaciones al atleta, ¨¦ste le respondi¨® con evasivas. Ayer andaba por Alicante desaparecido resolviendo asuntos familiares. Jordi Llopart, el primer medallista espa?ol de la ¨¦lite, y preparador de Plaza hasta, los Juegos Ol¨ªmpicos, no hab¨ªa llegado a casa anoche cuando se intent¨® hablar con ¨¦l y su. esposa, Carmina, dijo que le esperaba. Algo m¨¢s tarde ya no contest¨® nadie. Mois¨¦s Llopart, su padre, entrenador del atleta hasta el oro ol¨ªmpico de Barcelona, no se lo pod¨ªa creer.
Daniel Plaza no s¨®lo brill¨® en 1992, sino que tambi¨¦n gan¨® dos medallas de plata en los Mundiales de Stuttgart 93 y en los Europeos de Split 90. Tres medallas de las 17 totales de la marcha espa?ola, que no se merec¨ªa esta bofetada. Una mancha en un historial que ha llenado de podios el atletismo espa?ol cuando en otras modalidades no se brillaba. Es triste cuando se recuerda a nombres como el propio Llopart, Valent¨ª Massana, Josep Mar¨ªn o Jes¨²s ?ngel Garc¨ªa Bragado.
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