Krens define la colecci¨®n del Guggenheim Bilbao como una historia "atrevida" del siglo XX
Los responsables del museo defienden la normalidad "frente a la sinraz¨®n" del terrorismo
Los responsables pol¨ªticos y culturales del Museo, Guggenheim Bilbao describieron ayer una imagen de normalidad en la presentaci¨®n de la colecci¨®n de arte a los medios informativos, "frente a la sinraz¨®n de los que quieren detener el progreso" tras el frustrado atentado de ETA que cost¨® la vida ¨¢ un polic¨ªa aut¨®nomo. "No nos van a obligar a dar un paso atr¨¢s en la construcci¨®n de este pa¨ªs, representado por este museo", dijo Josu Bergara, diputado general de Vizcaya. Cerca de 250 obras forman la colecci¨®n de apertura del museo, presentadas como "una historia atrevida" del siglo XX, seg¨²n Thomas Krens, director de la Fundaci¨®n Solomon R. Guggenheim. El edificio proyectado por Frank Gehry acapar¨® los mayores elogios de un proyecto de 23.000 millones de pesetas, que ser¨¢ inaugurado por los Reyes el s¨¢bado como una apuesta por el futuro.
Seis a?os despu¨¦s de iniciarse el proyecto del Museo Guggenheim Bilbao a orillas de la r¨ªa, entre los puentes de la Salve y el de Deusto, el atrio de la gran escultura de titanio, piedra y cristal fue el escenario para presentar a los medios informativos de todo el mundo la realidad de "un sue?o", como fue calificado por Juan Ignacio Vidarte, director general del museo. "Es un proyecto cautivador dirigido a la modernizaci¨®n de nuestra sociedad", dijo Josu Bergara, al presentar "el esfuerzo colectivo" que supone un hecho positivo para el Pa¨ªs Vasco que crear¨¢ riqueza econ¨®mica, social y cultural. Ofreci¨® como datos iniciales la previsi¨®n de 400.000 visitantes anuales, con el compromiso de 34 patronos con diferentes aportaciones, cuatro empresas benefactoras y otras nueve asociadas., En 15 d¨ªas ya se han hecho 1.222 amigos del museo. La consejera de Cultura del Gobierno vasco, Mari Carmen Garmendia, insisti¨® en la uni¨®n de historia y modernidad.Los museos Guggenheim y el arte de este siglo es la propuesta de la colecci¨®n de apertura que est¨¢ formada por 242 obras, de las que 186 pertenecen al museo de Nueva York y 50 han sido adquiridas por el Gobierno vasco, junto a otras piezas que est¨¢n en pr¨¦stamo.
Krens declar¨® ayer que estas pinturas, esculturas e instalaciones "describen la historia del siglo de una manera atrevida". La idea de Krens al presentar este montaje es "contar una historia" con unas propuestas narrativas o vi?etas del siglo XX. Recomienda la visita por la tercera planta, con cubismo anal¨ªtico y el emblema la Fundaci¨®n Guggenheim con las obras de Kandinsky. Hasta el gran atrio de la entrada se recorren 19 salas, cuyos contenidos se distinguen por los materiales empleados en el pavimento, madera para las galer¨ªas cl¨¢sicas y cemento para las actuales.
La confrontaci¨®n entre Europa y Estados Unidos, junto a los espacios dedicados en exclusiva a seis artistas, son otros conceptos que Krens aplica a la presentaci¨®n de las obras a lo largo de las tres plantas. Las vanguardias. europeas, con el cubismo, el expresionismo, el surrealismo y la abstracci¨®n geom¨¦trica, est¨¢n en la fila de las salas, con los nombres que forman la historia del arte de este siglo, como Picasso, Ernst, Braque, Mir¨®, Pollock, Calder, Malevich. Junto a ellos se encuentran o aparecen, en un recorrido Heno de sorpresas, Nauman, Juan Mu?oz, Schnabel, Badiola, Barcel¨® o Basquiat.
El comienzo de la segunda planta es lo que m¨¢s se identifica con la colecci¨®n original de los Guggenheim, con las obras de los expresionistas abstractos, adem¨¢s de los europeos de los a?os cincuenta y sesenta. Se pasa por Pollock, Rothko y De Kooning antes de llegar a Chillida y T¨¢pies, con otras piezas singulares de Cristina iglesias y los espacios dedicados a Clemente y Kiefer. La primera planta supera el espect¨¢culo del atrio, escaleras, ascensores y pasarelas con las piezas de gran tonelaje, como La Serpiente de Richard Serra, el Barco navaja de Oldenburg, ya visto en el Retiro madrile?o, o los igl¨²es de Mario Merz. Salvo una instalaci¨®n de Bill Viola, pendiente de apertura, los enormes espacios se atreven con las instalaciones de Beuys, Boltansky, Long, HoIzen y otros.
El arquitecto Frank Gehry se?al¨® su pieza preferida, las paredes pintadas por Sol Lewitt, al identificar el uso del edificio con los experimentos de los artistas. Tambi¨¦n mostr¨® su inter¨¦s por el Puppy de Jeff Koons, un perro faldero vestido de vegetaci¨®n, escenario del ¨²ltimo atentado terrorista. El autor del proyecto del museo, y del dise?o de las sillas donde se sentaban los periodistas, se confes¨® "testigo de un milagro" a lo largo de seis a?os.
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