Un pacto para que Galicia avance

La inexistencia de un debate en tomo a las ideas ha caracterizado hist¨®ricamente a la derecha espa?ola, m¨¢s interesada en los individualismos y los liderazgos prefabricados, para ocupar espacios de poder, que en la b¨²squeda de respuestas a las demandas e inquietudes sociales de su tiempo. En contraposici¨®n, la izquierda ha sido fuente permanente de ideas, de modos de analizar el presente y de organizar el futuro, respetuosa con el pluralismo ideol¨®gico y capaz de canalizar muchas aspiraciones colectivas.Sin embargo, a nadie se le oculta que esta capacidad para generar corrientes de opini¨®n ha sido al mismo tiempo el germen de divisiones y desencuentros hist¨®ricos, de errores t¨¢cticos irreparables y, en algunos casos, de la aparici¨®n de iluminados que en su ignorancia arrogante se proclaman en posesi¨®n de la verdad absoluta.

En Galicia, las izquierdas responsables, dispuestas por encima de todo a sumar y no a restar voluntades, a dialogar en libertad y a consensuar desde el pluralismo, hemos dado un paso hist¨®rico, sin precedentes desde las primeras elecciones democr¨¢ticas de 1977. Las fuerzas de progreso nos hemos propuesto acudir a las elecciones auton¨®micas unidas en un objetivo com¨²n: ofrecer a los ciudadanos y ciudadanas de este pa¨ªs una alternativa real de gobierno progresista, frente a la oferta anacr¨®nica e ineficaz de la derecha.

Los progresistas gallegos hemos aunado esfuerzos y voluntades, al margen de intereses personales de unos u otros. Hemos forjado un proyecto com¨²n desde la generosidad y el convencimiento de que podemos aportar a Galicia las soluciones que la mayor¨ªa de la. sociedad demanda. Hemos acordado en base a ideas y programas de gobierno, conscientes como somos de que s¨®lo gobernando se puede transformar la realidad de nuestro pa¨ªs.

Mientras tanto, Anguita, en una alianza indirecta con la derecha, se empleaba a, fondo en una lucha de personalismos fuera de lugar, ayudando a la derecha en su intento de mantener al pa¨ªs en las fronteras del atraso, cautivo de las subvenciones y de un clientelismo m¨¢s propio del siglo pasado que del inicio del pr¨®ximo milenio.

Por tanto, que nadie crea que sustentamos nuestra alianza en una estrategia electoral puramente coyuntural, como quieren pregonar y hacer creer los voceros de la derecha. Que nadie piense que nos hemos coligado para levantar una especie de bander¨ªn de enganche de "todos contra alguien", sin otro fundamento.

El planteamiento de la coalici¨®n va m¨¢s all¨¢ de qui¨¦n pueda encabezar el cartel electoral de la derecha. No nos ha movido al pacto el hecho de que su candidato incumpla sistem¨¢ticamente su palabra. La coalici¨®n habr¨ªa existido igualmente frente a cualquiera de sus posibles sucesores, por que a estas alturas esa circunstancia es, en la situaci¨®n que vive Galicia, anecd¨®tica para los prop¨®sitos de la coalici¨®n progresista.

La coalici¨®n electoral del PSdeG-PSOE con EU-EG y Os Verdes nace de una necesidad palpable, casi vital, de cambiar la penosa situaci¨®n en la que el Gobierno de la derecha ha sumido a Galicia.

Durante los ¨²ltimos ocho a?os de Gobierno del Partido Popular, en Galicia se han destruido m¨¢s de 140.000 empleos, mientras que en el resto del Estado se crean a un ritmo creciente. Galicia ha perdido m¨¢s de 70.000 individuos activos. En este periodo conservador, el paro ha aumentado en m¨¢s de 75.000 personas. Son datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, no interpretaciones partidistas de la realidad. Abundando en esta si tuaci¨®n, la EPA ha revelado que en 1996 Galicia tuvo el peor comportamiento de Espa?a en empleo, con una importante destrucci¨®n, d¨¦ puestos de trabajo, evidente consecuencia de las pol¨ªticas aplicadas por el PP.

El informe anual del Consello Econ¨®mico y Social asegura que m¨¢s de 40.000 familias gallegas viven en la frontera de la pobreza. El informe de la Comisi¨®n Europea indica que Galicia es la regi¨®n que m¨¢s posiciones perdi¨® en el, ranking de regiones en los dos ¨²ltimos a?os. Seg¨²n los datos, del Parlamento Europeo, Galicia se encuentra entre las 15 regiones m¨¢s pobres de Europa y es la tercera m¨¢s depauperada de Espa?a. El informe anual de Caixa Galicia asegura que la comunidad gallega no converge en t¨¦rminos reales con la Uni¨®n Europea. Seg¨²n el Bolet¨ªn Estad¨ªstico del Banco de Espa?a de 1966, la Xunta gobernada por el Partido Popular ha sometido a Galicia a un endeudamiento que ya representa el 9,2% del PIB. La deuda pas¨® de pr¨¢cticamente cero a m¨¢s de medio bill¨®n de pesetas con la gesti¨®n econ¨®mica de los conservadores.

Los gallegos ya saben que la renta de sus agricultores es un 65% inferior al resto de los de Espa?a. Saben que el 76% de los agricultores carece de derechos sociales. Los ganaderos sufren el desamparo ante las multas impuestas por superar la cuota l¨¢ctea. A cambio, del Gobierno aut¨®nomo del PP s¨®lo reciben promesas incumplidas y propaganda. El despilfarro resulta incuantificable, mientras el deterioro de la educaci¨®n p¨²blica le ha llevado a admitir al conselleiro del ramo que el 75% de los estudiantes de ESO no tendr¨¢n plazas adecuadas en el presente curso. La situaci¨®n administrativa es tan contradictoria que el n¨²mero de funcionarios gallegos supera en un 44% la media nacional en t¨¦rminos de ocupados, mientras los sindicatos denuncian la ineficacia en la gesti¨®n de los fondos estructurales que nos llegan de la UE y que el apoyo a la sanidad privada act¨²a en detrimento de la p¨²blica.

Esta relaci¨®n podr¨ªa alargarse con datos sobre el despilfarro econ¨®mico en gastos inmateriales, en fiestas e inauguraciones ficticias, en subvenciones a los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos y privados. Podr¨ªamos pormenorizar las situaciones crecientes de protestas y descontento en relaci¨®n con el Plan de Residuos S¨®lidos, el incumplimiento del Plan de Carreteras, la apropiaci¨®n publicitaria de las inversiones del Gobierno socialista en Galicia -autopistas, autov¨ªas, carreteras, gasificaci¨®n, etc¨¦tera-. Leg¨ªtimas protestas que se vuelven a reprimir con la misma dureza que en los tiempos del tardofranquismo. Los gallegos han asistido at¨®nitos a la traici¨®n de su presidente al asumir unilateralmente la cesi¨®n del 30% del IRPF de Aznar, cuando antes hab¨ªa recurrido la cesi¨®n del 15%, respaldada por casi todas las fuerzas pol¨ªticas.

Pero no se trata de hacer aqu¨ª un retrato catastrofista. Los gallegos conocen y padecen esas realidades. La mayor¨ªa sabe que ¨¦sa es la herencia que les dejar¨¢ el actual Gobierno cuando desaparezca de la escena pol¨ªtica. Por todo ello, la coalici¨®n progresista se presenta a estas elecciones con un programa de gobierno riguroso y factible, fruto del an¨¢lisis serio de la realidad, de la reflexi¨®n, del consenso y de la responsabilidad. Un programa que apuesta decididamente por la creaci¨®n de empleo, por la puerta en funcionamiento de los sectores productivos, por la correcta explotaci¨®n de la energ¨ªa, por potenciar la creaci¨®n de infraestructuras, por primar la ense?anza y la sanidad p¨²blicas y por recuperar el clima pol¨ªtico y de libertades que han sido conculcadas por la censura y tapadas con grandes cortinas propagand¨ªsticas por la derecha. Pero tambi¨¦n, y tal vez esto sea lo m¨¢s importante" desde mi punto de vista, un programa capaz de devolver a todos los gallegos y gallegas progresistas la ilusi¨®n colectiva y el orgullo de un pueblo que apuesta mayoritariamente, con optimismo y esperanza, por una Galicia pr¨®spera, moderna, solidaria, tolerante y abierta al mundo.