Diez a?os del 'lunes negro'
"La memoria financiera dura unos diez a?os. ?ste es aproximadamente el intervalo entre un episodio de sofisticada estupidez y el siguiente. As¨ª, no tenemos que preocupamos, por los pr¨®ximos diez a?os". Estas frases fueron escritas por el economista norteamericano de origen canadiense John Kenneth Galbraith (uno de los mejores historiadores de la Gran Depresi¨®n), pocos d¨ªas despu¨¦s del crash burs¨¢til que comenz¨® el 19 de octubre de 1987, del que hoy se cumplen diez a?os.Seg¨²n esta cadencia, los problemas para los mercados de valores mundiales podr¨ªan estar a punto de resucitar, independientemente de los fundamentos econ¨®micos. Tanto en 1929, como 58 a?os despu¨¦s, las declaraciones de los responsables se acumulaban en el mismo sentido. Pocos meses antes del crash del veintinueve, el presidente norteamericano Calvin Coolidge, dec¨ªa: "El presente puede contemplarse con satisfacci¨®n, y el futuro con optimismo"; y d¨ªas despu¨¦s del lunes negro de 1987 -pero horas antes de una segunda reca¨ªda burs¨¢til- el titular de la primera p¨¢gina del Wall Street Journal proclamaba: "Pocos en la Bolsa de Nueva York temen hoy que se repita la experiencia del lunes negro". Los que ahora dicen -con raz¨®n- que la situaci¨®n es totalmente distinta no hacen m¨¢s que repetir lo que se afirmaba en 1929 y en 1987.
Ello no significa, desde luego, que tengan que volver a darse de modo obligatorio las convulsiones burs¨¢tiles del pasado, a pesar de que el actual mes de octubre no est¨¦ siendo precisamente bueno para los inversores, que han visto como se esfumaban parte de las ganancias de meses anteriores. Hace d¨ªez a?os se viv¨ªa un ambiente de exuberancia financiera y, como ahora, en los meses anteriores al crash hab¨ªa habido muchas personas e instituciones que compraron en las bolsas simplemente porque ¨¦stas estaban subiendo, pensando en liquidar antes de que bajaran. Es lo que Galbraith denomina efecto codicia, que deviene en efecto p¨¢nico y en efecto contagio cuando los mercados comienzan a caer.
El 20 de octubre de 1987, seg¨²n cuenta en su primera p¨¢gina EL PA?S Ias bolsas de valores de los principales pa¨ªses industrializados sufrieron ayer su peor d¨ªa desde la postguerra, s¨®lo comparable a los hechos que dieron lugar al crash de 1929. El ¨ªndice Dow Jones, que agrupa a los 30 valores industriales m¨¢s importantes que cotizan en Wall Street, lleg¨® a caer m¨¢s de 500 puntos en Nueva York, lo que produjo 'horas de p¨¢nico y de locura, en Tokio primero e inmediatamente despu¨¦s en el resto de los mercados de valores: Londres, Par¨ªs, Francfort, Hong Kong, Sidney, etc¨¦tera. En Espa?a, la ca¨ªda de sus cuatro bolsas se mantuvo en cotas controlables, alrededor de los cinco puntos [un d¨ªa despu¨¦s caer¨ªan mucho m¨¢s]". En dos meses, el ¨ªndice Dow Jones perdi¨® casi un 30% de su valor, pero de forma casi inmediata inici¨® una senda de recuperaci¨®n. Con la perspectiva que da el tiempo, se puede afirmar que el colapso de hace diez a?os no fue sino una breve pausa correctiva del ciclo alcista de los mercados de valores de los ¨²ltimos tres lustros.
Las diferencias entre 1929 y 1987 est¨¢n hoy a¨²n m¨¢s arraigadas: una mayor presencia del Estado que permite mecanismos de intervenci¨®n inmediata, y la interrelaci¨®n de las bolsas de valores de todo el mundo, funcionando en forma de bucle las veinticuatro horas del d¨ªa. Sin embargo, no conviene olvidar ni las lecciones ni las advertencias. Entre las primeras, la m¨¢s n¨ªtida: los mercados financieros se han alejado en demas¨ªa de las realidades econ¨®micas e industriales. De las advertencias, recordar las que hac¨ªa la pasada semana el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, alertando sobre un exceso de optimismo: "Ser¨ªa irrealista esperar que la bolsa mantenga el ritmo alcista de los dos ¨²ltimos a?os".
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