La pol¨ªtica comercial, eje de la visita de Jiang Zemin a EE UU
La visita que el presidente chino, Jiang Zemin, inicia ma?ana a Estados Unidos ha estado precedida en el pa¨ªs anfitri¨®n por un intenso debate sobre los derechos humanos. Pero en Pek¨ªn las autoridades creen que el eje de las conversaciones ser¨¢ la relaci¨®n comercial. Para EE UU, China es un pa¨ªs clave en la expansi¨®n de sus empresas, y pretende que abra sus mercados lo suficiente como para consolidar su presencia en este pa¨ªs. Actualmente, China goza de un super¨¢vit de m¨¢s de 30.000 millones de d¨®lares (en 1996), y super¨®, s¨®lo en el mes de agosto, los 5.000 millones.
Jiang Zemin, que buscar¨¢ el apoyo de Washington para su entrada, despu¨¦s de largo tiempo de insistencia, en la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC), as¨ª como que Estados Unidos haga permanente su estatus comercial de naci¨®n m¨¢s favorecida, recibir¨¢ como respuesta la condici¨®n de que abra sus mercados al exterior y compre m¨¢s productos estadounidenses. Las visitas en las ¨²ltimas semanas de la secretaria de Estado, Madeleine Albright; del secretario del Tesoro, Robert Rubin, y del secretario de Comercio, William Daley, recibieron bien claro el mensaje de Pek¨ªn.Y la respuesta ha sido inmediata, con el env¨ªo de la mayor delegaci¨®n comercial china hasta ahora para realizar compras de 4.000 millones de d¨®lares (cerca de 600.000 millones de pesetas) en los sectores de aviaci¨®n, energ¨ªa, automoci¨®n y alta tecnolog¨ªa, entre otros, adem¨¢s de la firma, prevista durante la estancia de Jiang en Estados Unidos, de un supercontrato para comprar a Boeing -el rival mundial del consorcio europeo Airbus- 30 aviones por un total de 2.000 mi llones de d¨®lares. China rebaj¨® el 1 de octubre los aranceles para determinados productos un 26%, se ha comprometido a su posterior revisi¨®n y ha anunciado un mayor acceso a sus emergentes mercados financieros.
Pero este pa¨ªs no desea la afluencia masiva a sus mercados, a¨²n en gestaci¨®n, con un tit¨¢nico programa de reestructuraci¨®n de las empresas estatales reci¨¦n iniciado, hasta que las condiciones nacionales permitan la competencia, en igualdad de condiciones, de empresas chinas capaces de colocar sus productos con beneficios y de multinacionales dispuestas a hacerse con importantes proyectos y con los cientos de millones de chinos, de entre sus 1.224 millones de habitantes, con capacidad adquisitiva.
Propiedad intelectual
En estrecha relaci¨®n estar¨ªa el eterno problema de hacer respetar en China los derechos de propiedad intelectual, a falta de una legislaci¨®n adaptada a las condiciones econ¨®micas actuales, lo que ha derivado tambi¨¦n en el enriquecimiento ?l¨ªcito de funcionarios del Gobierno de Pek¨ªn. Discos y v¨ªdeos o programas y juegos inform¨¢ticos pirateados se encuentran en cualquier esquina por dos y cinco d¨®lares, a pesar de su persecuci¨®n, por no mencionar las marcas textiles presentes en los mercadillos callejeros a precios de ganga.Jiang deber¨¢ prometer a su colega estadounidense, para poner en pr¨¢ctica un acuerdo firmado en 1985 sobre el intercambio de tecnolog¨ªa nuclear con fines pac¨ªficos, que no vender¨¢ tecnolog¨ªa nuclear a pa¨ªses como Ir¨¢n, algo que ha denunciado este ¨²ltimo por considerar que la medida responde a las intenciones de Washington de da?ar sus relaciones con China.
Un acuerdo sobre esa. materia permitir¨ªa a multinacionales como Westinghouse, General Electric y otras hacerse con contratos sustanciosos, a cambio de alta tecnolog¨ªa para centrales nucleares, de las que este pa¨ªs precisa imperiosamente.
Jiang, primer l¨ªder chino que visita Estados Unidos desde hace 12 a?os, buscar¨¢ el favor de Clinton para que levante el embargo a la venta de armas que le impuso tras la represi¨®n de Tiananmen en 1989. El Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Popular (ELP), decidido a embarcarse en el proceso de racionalizaci¨®n y modernizaci¨®n que caracteriza al pa¨ªs, podr¨ªa as¨ª comprar, entre otros, helic¨®pteros de combate en Washington o Mosc¨² y dem¨¢s material necesario para las Fuerzas Armadas del nuevo milenio.
?sta ser¨¢ la primera fase de una gran discusi¨®n que continuar¨¢ cuando Clinton viaje a China el pr¨®ximo a?o para establecer una l¨ªnea directa de comunicaci¨®n permanente entre ambos l¨ªderes, de forma que puedan consultarse sobre asuntos internacionales de inter¨¦s para ambos pa¨ªses.
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